Caracas AFP, EFE Rodolfo González, un hombre de 63 años señalado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, de ser uno de los organizadores de las protestas antigubernamentales de 2014, fue hallado muerto ayer en una prisión del servicio de inteligencia (Sebin), informó el ministro de Interior y Justicia.
“Queremos informar a la opinión pública la lamentable muerte de Rodolfo Pedro González Martínez, cuyo cadáver fue encontrado en su celda del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, presentando signos que nos hacen presumir, sin adelantarnos a la investigación iniciada por el ministerio público, que se quitó la vida, ahorcándose”, confirmó el ministro Gustavo González López a la televisora oficial VTV.
El ministerio público informó en su sitio web que nombró a la fiscal Raiza Sifontes para que “investigue las circunstancias de la muerte de Rodolfo González”, quien fue detenido en abril de 2014, a fin de “determinar las causas del deceso”.
Angustiado. El abogado defensor José Vicente Haro detalló que González, cuyo juicio no se había iniciado, estaba “angustiado por su traslado a una cárcel común, con reos de alta peligrosidad”, lo que habría influido en su decisión de quitarse la vida “porque su delicado estado de salud no le permitía soportar esas condiciones” de encarcelamiento.
Las prisiones venezolanas son consideradas entre las más violentas y sobrepobladas de América Latina.
Lissete González, una catedrática universitaria hija de este hombre, denunció que su padre fue acusado a partir de testimonios de un “ciudadano cooperante” (simpatizantes del oficialismo que realizan denuncias casi anónimas sobre hechos que pueden considerarse fuera de la ley).
En un blog de su autoría, Lissette denunció allanamientos y detenciones arbitrarias contra su familia, en las cuales su padre fue señalado de cometer delitos como “asociación para delinquir” junto a personas a las que no conocía.
Dos días después de las detenciones, en una cadena de radio y televisión obligatoria Maduro acusó a González, a quien se refirió como “el Aviador”, de ser “uno de los cerebros de la conspiración guarimbera (protestas opositoras)” que sacudieron a Venezuela a principios del 2014 con un saldo de 43 muertos.
Para Lissette, el discurso de Maduro constituyó una “orden directa por TV” para que el poder judicial señalara la culpabilidad de su padre pese a que no se presentaron pruebas en su contra.
El abogado detalló que Rodolfo González, expiloto de aviación civil, “participó en las manifestaciones como cualquier ciudadano venezolano” y rechazó que en su casa tuviera armas y explosivos, como dicen las autoridades.
La oposición y organizaciones de derechos humanos han denunciado detenciones arbitrarias durante las protestas, entre ellas las del líder radical Leopoldo López, en prisión desde hace un año acusado de promover la violencia.
Una mano. Aparte de la situación interna, Venezuela enfrenta tambien un deterioro de la relación con Estados Unidos, que el lunes declaró al país suramericano como una “amenaza extraordinaria e inusual” a su seguridad.
Maduro envió ayer un mensaje de diálogo a Washington.
“Yo tiendo una mano al Gobierno de EE.UU. para que avancemos juntos en diálogos francos y busquemos una solución sobre la base del derecho internacional, el respeto mutuo, para que se subsane este grave problema que se ha creado”, dijo Maduro.
Calificó de “exagerado” y “desproporcionado que hayan declarado emergencia nacional en el territorio de EE.UU.” por la “amenaza” que, según Washington, representa Venezuela.
Pidió que sus palabras se tradujeran para enviárselas directamente a su homólogo, Barack Obama, quien, aseguró, es “desinformado” por su equipo.