La Paz
Miles de vecinos se manifestaron el miércoles en La Paz por la escasez de agua potable debido a una prolongada sequía y sus críticas han estado dirigidas al gobierno de Evo Morales pues considerarn que no previó la situación.
Poco más de 8.000 manifestantes llegaron de la vecina ciudad de El Alto y tomaron las calles del centro de La Paz. El martes en la noche otra protesta menos numerosa tuvo lugar en barrios del sur.
Hasta ahora son las manifestaciones más numerosas en esta ciudad desde que comenzó la emergencia con un drástico racionamiento de agua a gran parte de las dos ciudades y que afecta a poco más de dos millones de habitantes.
"Basta de show, queremos agua", dijo Raúl Canaza, un dirigente vecinal de El Alto. Un cartel de los manifestantes expresaba: "Queremos agua, no palacios" en referencia al nuevo palacio presidencial que está construyendo el gobierno.
Faltó previsión. El propio Morales reconoció que la empresa administradora estatal del agua en La Paz no le previno del agotamiento de los embalses que abastecen a las dos ciudades.
El gobierno tomó el control de la institución hace nueve años y los críticos dicen que no hubo inversiones suficientes para garantizar el abastecimiento. La oposición criticó el nombramiento político de los ejecutivos de la Empresa Pública de Agua y Saneamiento (EPSAS).
A su vez, el mandatario atribuyó la crisis al cambio climático. "Esto es producto del cambio climático...es como un terremoto; no estaba en las previsiones, pero nuestra tarea ahora es abastecer de agua (con camiones cisternas )", declaró Morales el miércoles tras reunirse con militares que cooperan en el reparto de agua.
El gobierno declaró el lunes emergencia nacional.
Otras cuatro capitales, entre ellas Cochabamba, la tercera más grande del país, también afrontan drásticos racionamientos.
Autoridades y expertos atribuyen la crisis al fenómeno climático El Niño cuyos efectos se han visto aumentados por al calentamiento global. La sequía, la más severa en casi 30 años, diezmó cultivos, provocó mortandad en el ganado y ahora está golpeando a ciudades situadas entre las montañas y que se abastecen de represas.