En siete puntos clave de ingreso y salida de personas del país se carece de especialistas del Ministerio de Salud y de la Caja con capacidad para realizar vigilancia sanitaria.
Esta situación eleva la vulnerabilidad ante el ataque de cualquier enfermedad; en especial luego de la alerta internacional por el virus del Ébola, decretada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 7 de agosto anterior.
Esos puntos son el aeropuerto internacional Juan Santamaría, en Alajuela, y la terminal aérea Daniel Oduber Quirós, en Liberia, Guanacaste.
También está puerto Caldera, en Puntarenas; los muelles Alemán y Moín, en Limón; y los puestos fronterizos de Peñas Blancas (La Cruz, Guanacaste) y Paso Canoas (Corredores, Puntarenas).
La limitación para crear más plazas por las restricciones presupuestarias, impide colocar en todos esos sitios el equipo básico de vigilancia sanitaria, reconoció la directora de Vigilancia de la Salud, del Ministerio del ramo, María Ethel Trejos Solórzano.
De acuerdo con la funcionaria, en cada uno de esos lugares se necesitan, al menos, tres personas para cubrir todos los turnos, tanto en fines de semana como en feriados.
“Es una necesidad que se ha planteado, pero no ha sido posible de resolver por la limitación para la de creación de plazas.
”Sin embargo, esto lo hemos comentado con las autoridades actuales de Salud, que están viendo cómo podemos poner en todos los puntos de entrada gente que pueda hacer vigilancia. Vamos a ver en qué nos puede ayudar el nivel político”, dijo Trejos, una de las principales responsables de la vigilancia sanitaria en el país.
El virus del Ébola tiene su origen en África, donde este año se ha reportado uno de los brotes más fuertes jamás vistos desde 1976, cuando se descubrió la enfermedad. El virus no es tan contagioso como podrían ser otros (influenza, por ejemplo), pero sí tiene una alta mortalidad (alrededor del 50% de los casos).
Pendientes. Salud, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y diferentes cuerpos de socorro corren para tener los insumos básicos que permitan atender la aparición de eventuales casos sospechosos.
Según Trejos, hay entre un 60% y un 70% de avance en aspectos como el inventario de equipos de bioseguridad, la capacitación de personal, y el acondicionamiento de sitios para aislar pacientes.
Entre los aspectos ya están decididos, figuran los centros de salud que atenderán enfermos. La selección se hizo partiendo del acceso que tienen sus laboratorios a cámaras o capillas de flujo laminar, aparato indispensable para el manejo de muestras contaminadas.
Los hospitales seleccionados son el Enrique Baltodano, de Liberia (por su cercanía con el aeropuerto Daniel Oduber); y el San Rafael de Alajuela (está a 1 kilómetro del Juan Santamaría). Este centro tendría otro de apoyo, el Hospital San Vicente de Paúl, en Heredia.
En la lista también están los hospitales Tony Facio, de Limón, y el de Ciudad Neily (zona sur), así como el Rafael Ángel Calderón Guardia y Nacional de Niños, en San José, informó Trejos.
La Caja dará el detalle de sus acciones este lunes, durante conferencia de prensa.
Apoyo. Los cuerpos de socorro, como la Cruz Roja y la Fuerza Pública, comenzaron la capacitación y la adquisición de equipo.
La Cruz Roja, por ejemplo, empezó a repartir 1.000 equipos de protección en sus nueve sedes.
Esta organización usará bolsas para basura de jardín en lugar de las cápsulas plásticas inflables que normalmente se utilizan para trasladar pacientes.
El alto costo de esos equipos los obligó a buscar una salida que es igual de efectiva que la cápsula, según Jim Batres, subdirector de Operaciones de la Cruz Roja.
Por su parte, la Fuerza Pública debe capacitar a sus 14.000 policías. Comenzará, primero, con los 1.500 que trabajan en puertos y fronteras, informó Juan José Andrade, director de la Fuerza Pública.
Cada una de esas organizaciones confía en que la experiencia acumulada con la pandemia de influenza, en el 2009, les sirva para afrontar esta nueva amenaza.