Matea Fajardo García ha pasado los últimos 30 de sus 83 años de vida participando de todas las actividades que organizan en el grupo del adulto mayor de Nicoya, Guanacaste.
Aunque trabajó planchando la ropa de todos los doctores de la zona, “en épocas cuando solo se usaba pantalón blanco almidonado y plancha de fuego calentada a la leña”, esta señora es un roble. Tan fuerte como su nombre.
A Matea la encontramos en el segundo taller para organizar el encuentro mundial de longevos de las zonas azules, programado para los días 16, 17 y 18 de noviembre.
Su experiencia de vida se hará pública en esa ocasión, como la de Moisés, Sara, José Rosendo o Elodia.
¿Por qué han vivido tanto y tan bien? ¿Por qué están sanos y lúcidos? ¿Por qué hay quienes aun traspasando la frontera de los cien años siguen trabajando frente al mostrador de una pulpería de pueblo o montando a caballo?
Nicoya, como otras cinco comunidades de la península, está entre las zonas azules del mundo porque es aquí donde la gente lleva a vivir más años con una muy buena calidad de vida. Se ha llegado a afirmar que los longevos de esta península son los que tienen una vida más prolongada.
Además de la península de Nicoya, las otras zonas azules del mundo son Loma Linda, en California (EE. UU.), Cerdeña (Italia), Icaria (Grecia) y Okinawa (Japón).
Conocimiento
La trabajadora social del Área de Salud de Nicoya, Aleyda Obando Briceño, está entre los organizadores de este encuentro mundial.
La cita, coordinada por el Ministerio de Salud, reúne a instituciones entre las que están la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), instituciones educativas y las municipalidades y asociaciones de la zona.
Obando comentó que el encuentro reunirá el conocimiento mundial que se tiene sobre el fenómeno de la longevidad, y se compartirán experiencias culturales y gastronómicas ligadas con los principales elementos que favorecen una longevidad saludable.
La directora del Área de Salud de Nicoya, Tannia Tánchez, asegura que este tipo de actividades son parte de los ejes que se están desarrollando en la atención de estas personas: la atención, la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.
Se calcula que en toda esta área hay casi 6.000 personas de 65 años y más. Mayores de 80 años, hay 2.465.
Otras épocas
Matea sabe que su nombre es singular. Le encanta cómo suena cuando la llaman.
“Yo era de las que iban a lavar ropa al Río Grande antes de que se convirtiera en un basurero. Ahí veo aún la piedra donde me sentaba a lavar y cómo duele ver a lo que ha llegado todo hoy.
”Tuve diez hijos: siete varones y tres mujeres. Todavía me gusta hacer tamales y hago tortillas a mano y tacos, pero ya me están limitando trabajar”, dice.
Sí, aquellos fueron tiempos mejores, pero esta vecina del barrio San Martín, de Nicoya, no reniega por los días que vive.
Al contrario. Recomienda como los diez mandamientos llevar una vida sana, tener amigos y nunca dejar de moverse.
A sabiendas de que esta población está en crecimiento, la Caja y otras instituciones públicas y privadas están echando a andar una red para atender a los longevos.
La promoción de la salud es el nuevo discurso, aseguró Grettel Balmaceda, asesora del Viceministerio de Salud.
“Queremos hablar más de factores de protección que de factores de riesgo. Y entre ellos, la alimentación sana que caracteriza a estos longevos y su sentido de la vida”, agregó.
Tánchez y su equipo trabajan en reforzar la integración de grupos de adultos mayores activos y encuentros intergeneracionales para que los más jóvenes sigan el ejemplo de estos adultos. Briceño aspira a promover la apertura de centros diurnos donde longevos como Matea la pasen bien sin perder el sentido de la vida.