Quepos. “Él me dijo que no lo hizo, que no lo creyera asesino, porque yo lo conocía y yo realmente no creo que lo haya hecho”.
Así defendió Santamaría Rojas Agüero la inocencia de su hijo, un hombre de 28 años que hace frente a un juicio por el homicidio de dos mujeres en el 2017.
La señora, de 52 años, contó que desde hace un año y tres meses viaje desde Parrita hasta la cárcel de El Roble de Puntarenas para visitar a su hijo, a quien acompañará hasta el final del debate que arrancó este martes.
Él, de apellidos López Rojas, es el único sospechoso de la muerte de la salonera Anacedy Salazar Carrillo, asesinada el 14 de febrero del 2017, y de la modelo Isamar del Carmen Córdoba Ramírez, cuyo cuerpo fue hallado en una plantación de sandía en Barbudal de Parrita.
Doña Santamaría detalló que durante el proceso por la muerte de Salazar se contaba con siete sospechosos, pero que la Policía determinó que López era el responsable. Sin embargo, dijo desconocer de dónde eran los otros sujetos.
Destacó que su hijo no consume drogas ni fuma y que era él quien le ayudaba económicamente a ella.
“No es un ángel, pero mi hijo no creo que lo haya hecho”, aseguró.
Rojas explicó que su hijo fue operado cuando era niño y que estuvo en control psiquiátrico en el que se determinó que debía tomar unas gotitas de por vida.
Sobre Salazar y Córdoba afirmó no saber mucho, ya que aunque en determinado momento vivieron cerca, no tuvo contacto con ellas. No obstante, mencionó desconocer si su hijo las conocía.
El juicio contra López se extenderá al menos hasta el viernes 26 de octubre y se prevé que durante el debate declaren 23 personas.
Según las autoridades, semejanzas entre los crímenes los hicieron presumir que López, un peón agrícola y extrabajador de un supermercado, sería un homicida y que aparentemente se preparaba para atacar de nuevo, por lo que el 18 de julio del 2017 lo capturaron.