El contacto entre la modelo Isamar Córdoba Ramírez, asesinada el 11 de mayo del 2017 en una plantación de sandía ubicada en Barbudal de Parrita, e Hilario Francisco López Rojas, un supuesto homicida serial, comenzó tres días antes del crimen.
Una red social facilitó las comunicaciones entre ambos y durante sus conversaciones, López le dijo a la mujer que era dueño de una finca y que la contrataba para un espectáculo de baile privado por su cumpleaños.
Así lo reveló este miércoles por la mañana Cinthia Córdoba Ramírez, hermana de la fallecida, durante el juicio que se desarrolla en contra del hombre en el Tribunal Penal de Quepos.
La muchacha también manifestó que aunque su familiar se dirigía a Quepos para cumplir con la contratación, se bajó del bus en Parrita, ya que López le dijo que ahí la recogería un chofer que trabajaba para él.
Sin embargo, el día de los hechos fue él mismo quien llegó en moto por Isamar y la llevó a la comunidad de Barbudal, donde según la acusación planteada por la fiscala Katherine Chaves Gutiérrez, la asesinó.
La modelo presentaba 11 heridas de arma blanca, así como un mecate en el cuello con el que fue asfixiada.
El deceso de Isamar es uno de los dos homicidios calificados por los que se juzga a López, un peón agrícola y exempleado de un supermercado, de 28 años, a quien también se le acusa de dos robos agravados.
La otra víctima es Anacedy Salazar Carrillo, cuyo cuerpo fue encontrado en playa Marisol, en Parrita, el 15 de febrero del 2017. No obstante, la autopsia permitió determinar que murió la noche del 14 de febrero de ese mismo año.
El martes, durante el primer día del debate, declararon siete personas, entre ellas la hermana de Salazar, un excompañero de colegio de esta y la expareja del presunto homicida.
Esta última narró a los jueces Rafael Víctor García (quien preside), Hernán Enrique Moya Ureña (redacta) y Maureen Víquez Córdoba, que el hombre la agredía físicamente cada vez que ella se negaba a tener relaciones sexuales con él.
Además, detalló que el 14 de febrero, fecha del primer homicidio, él no durmió en la casa, mientras que para el 11 de mayo, cuando se dio el segundo crimen, llegó después de las 6 p. m.
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De momento, López no ha declarado nada ante los jueces y solo habla con la defensora pública, Melissa Masís Soto, quien dijo que expondrá sus puntos de vista durante las conclusiones.
El hombre reconoció durante la verificación de datos ante el Tribunal que de niño acudió al psiquiatra, versión que fue confirmada por su madre, Santamaría Rojas Agüero, quien defendió la inocencia del hombre.
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Para este jueves continuará la recepción de testimonios a partir de las 7:30 a. m., ya que en total son 23 personas las que brindarán su versión ante los jueces, para luego pasar a revisión de la prueba documental y, posteriormente, la etapa de conclusiones de las partes.
Una patóloga y una analista criminal son parte de las personas citadas para detallar su versión en el juicio.
¿Por qué se señala a López?
López, de 28 años, es juzgado por el crimen de Isamar Córdoba Ramírez, ocurrido el 11 de mayo del 2017, así como por la muerte de Anacedy Salazar Carrillo, registrado el 14 de febrero de ese mismo año.
Durante la investigación del caso, las autoridades determinaron que existían similitudes entre los dos homicidios. Por ejemplo, el contacto con las dos víctimas fue mediante redes sociales y ambos fueron cometidos con un arma punzocortante.
Además, el OIJ determinó que el presunto asesino escogía fechas especiales para atacar: Salazar murió el 14 de febrero de 2017; día del Amor y la Amistad; mientras que Córdoba falleció el 11 de mayo, día del cumpleaños del imputado.
Dichas semejanzas hicieron presumir a los agentes judiciales a cargo del caso, que López sería un homicida serial y que aparentemente se preparaba para atacar de nuevo, por lo que el 18 de julio del 2017 lo capturaron.
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Los homicidios
El primero de los crímenes que se le atribuye a López fue el de Anacedy Salazar Carrillo, de 35 años. El cuerpo apareció el 14 de febrero del 2017 en playa Marisol de Parrita. La víctima presentaba heridas de arma blanca en el cuello.
A unos 20 metros de donde encontraron el cadáver estaba el vehículo de Salazar, un Daihatsu Terios. Era madre de dos menores de edad.
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En tanto, Isamar Córdoba, de 26 años y quien se dedicaba al modelaje, fue localizada bocabajo y con las manos amarradas en una plantación de sandía en Barbudal de Parrita, el 11 de mayo. Murió por estrangulamiento y tenía heridas con arma blanca.
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Los dos cadáveres aparecieron semidesnudos y con la ropa interior destrozada, según reveló la Policía Judicial luego de la captura del presunto homicida.
“Las dos fueron asesinadas como consecuencia de lesiones en su cuello, una (Salazar) tenía dos heridas cortantes en el cuello muy profundas, de seis y diez centímetros, mientras que la segunda (Córdoba) murió por asfixia con un mecate y también tenía una herida en el cuello. Ambas recibieron estocadas fuertes en la base del cráneo con un cuchillo y otras en abdomen, estómago y costados del cuerpo”, declaró en aquel momento Wálter Espinoza, director del OIJ.
Según su criterio, “el móvil de ambos homicidios tiene características de sexualidad, tanto así que la marca o la firma del sujeto es cortar la ropa interior y dejar sus genitales expuestos. Existe la posibilidad de un acercamiento de otra naturaleza y con más contenido sexual, pero tendríamos que comparar los fluidos biológicos”.
Luego de matarlas, se presume que López sustraía el celular a las mujeres y se comunicaba con sus familiares o alguna persona cercana a ellas para “protegerse”.
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