Decídase a no usar pijama esta noche y permita que solo la tela de las sábanas roce su piel mientras descansa. Su salud le estará agradecida, pues diversos estudios han demostrado que la temperatura corporal está directamente relacionada con la calidad del sueño.
Dormir al desnudo no es una práctica usual en el mundo. La Encuesta Global de Sueño 2013, realizada por la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, revela que solo el 30% de los británicos lo hace, en tanto la cifra cae a 12% en México y Estados Unidos. De Costa Rica, ni siquiera hay datos.
Más allá del morbo, las razones para dormir así son, por estos días, un tema popular en revistas de salud alrededor del mundo debido a los beneficios que esta práctica depara al cuerpo, la mente y las relaciones de pareja.
Para nadie es un secreto que la calidad del sueño incide favorable o desfavorablemente en el bienestar de las personas.
La Universidad de Rutgers en Nueva Jersey (EE. UU.), por ejemplo, ha publicado estudios que sostienen que dormir mal puede disminuir el desempeño diario, la concentración y los tiempos de reacción.
Además, pueden incrementarse los problemas de memoria y de conducta, el riesgo de accidentes y el malestar emocional.
En el plano físico, un sueño constantemente deficiente predispone a sufrir enfermedades cardiovasculares, renales, diabetes, obesidad, desajustes hormonales y una baja en las defensas, indican los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.
Más calor de la cuenta. Meterse a la cama sin pijama podría ayudar a revertir esto. ¿Cómo? Todo tiene que ver con la temperatura corporal.
Estudios de la Universidad de Australia del Sur revelan que las personas que sufren de insomnio generalmente tienen una temperatura central más elevada de lo normal.
Entonces, la dificultad natural para liberarse del calor les afecta el reloj biológico, que confunde al organismo sobre cuándo es hora de dormirse.
“La temperatura corporal alcanza su máximo a las 11 p. m., y su mínimo a las 4 a. m. Con el más pequeño factor que evite que la temperatura caiga, el cerebro se despierta para ver qué es lo que sucede, y esto se traduce en un sueño interrumpido y en dificultad para conciliarlo nuevamente”, explicó al periódico británico Daily Mail el médico Chris Idzikowski, director del Centro de Sueño de Edimburgo, Escocia.
“La ventaja de dormir desnudo es que el cuerpo se mantiene fresco, y resulta más fácil que la temperatura corporal esté al nivel que el cerebro requiere”, añadió Idzikowski.
Metabolismo activo. Los beneficios de dormir como llegamos al mundo, no se acaban al despertar. Una investigación de la Fundación Nacional del Sueño de EE. UU. concluyó que esta práctica podría reducir el riesgo de padecer diabetes y ayudaría a perder grasa corporal.
Mientras el cuerpo intenta regular su temperatura, el tejido adiposo, que actúa casi como un músculo, se activa y quema calorías para generar calor.
Al mismo tiempo, se regulan los niveles hormonales: bajan las cantidades de cortisol que se liberan por el estrés –lo cual hace disminuir la ansiedad y el apetito por antojos, además de que acelera el metabolismo– y suben los de melatonina y de la hormona de crecimiento, que regulan el peso y previenen el envejecimiento prematuro.
Otro beneficio, particularmente relevante para las mujeres, es que este hábito baja la incidencia de infecciones vaginales como la candidiasis. Esto, porque la ausencia de ropa sobre el área genital permite que circule el aire y haya menos humedad, explican expertos.
Según datos de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, tres de cada cuatro mujeres tendrán al menos un episodio de candidiasis vaginal. La piel en general respira y descansa mejor cuando se le deja libre de ropa por las noches, añade un reporte de investigadores de esa casa de enseñanza.
Si aún no se convence, hay más razones para intentarlo.
Menos es más. Si acostumbra dormir con alguien más, sepa que las parejas que duermen desnudas tienen una relación más romántica, según una encuesta hecha a 1.000 británicos por la empresa Cotton USA, estudio liderado por el psicólogo de la Universidad de Hertfordshire, Richard Wiseman.
“El 57% de quienes duermen sin ropa dicen estar muy felices con su relación de pareja, frente a 48% de quienes usan pijamas, 43% de los que usan camisón, y 38% de quienes duermen en un enterizo”, reveló el sondeo.
Wiseman dice que al compartir la cama con la pareja, menos es más. Por ejemplo, investigaciones sugieren que dormir con menos de una pulgada de distancia de la pareja es indicador de felicidad en la relación.
“El 94% de las parejas que duermen piel con piel dijeron estar felices con su relación, en comparación con 68% de quienes no lo hacen”, agregó.
El contacto físico con un ser querido hace que el cerebro libere oxitocina, la llamada “hormona del amor”, que genera cercanía emocional, reduce el estrés, baja la presión arterial y aumenta la libido.