Hace unos días visité Medellín, Colombia. Gracias a que fui a cubrir uno de los eventos más grandes de moda de la región, Colombiamoda. Toda una experiencia. Aprovechando mi viaje decidí quedarme el fin de semana para conocer más de aquella ciudad que me hospedaría por varios días.
Empezando por lo que quizá es lo más popular: el sistema de transporte. Medellín cuenta con su propio aeropuerto local y el internacional, Aeropuerto Internacional José María Córdoba (MDE). Llegar al centro de la ciudad le tomará cerca de 25 minutos en carro.
De ida ya tenía coordinada la salida, de regreso decidí tomar un taxi colectivo cerca del centro comercial San Diego, justo detrás están los colectivos que cobran 15.000 pesos, eso es poquito más de tres dólares.
Una vez en el centro es muy fácil desplazarse. La tarjeta cívica le permite utilizar algunas rutas de bus, el metrobus, el metro y el cable con el mismo sistema de pago. Todos los pases tienen un valor de 2.500 pesos. La ventaja es que estos medios pasan por los puntos más relevantes de la ciudad.
El metro atraviesa la ciudad en menos de 45 minutos. Es muy aseado, bastante cómodo siempre y cuando no se le ocurra subirse en hora pico, es decir entre las 4:30 p. m. y las 7 p. m.
Los taxis son muy accesibles, la tarifa básica es de 3.500 pesos. Los Uber son un poquito más baratos, pero no son legales. Por ejemplo, una ruta que en un taxi regular le puede costar entre 13.000 y 15.000 pesos, dependiendo del tráfico, en Uber le puede costar 11.000 pesos. Lo malo es que el Uber puede tardar hasta 15 minutos en llegar al punto y los taxis pueden que se vayan por rutas no muy favorables. Los locales aconsejan no subirse en cualquier taxi. Recomiendan llamarlo.
Eso sí, lo mejor es caminar. No hay mejor forma de orientarse y conocer la ciudad que caminando.
El teleférico de Medellín, además de ser un medio de transporte es toda una experiencia para el turista. Con el mismo pase del metro se pude subir en él. El teleférico que va hacia Niquía conecta con el teleférico de Santo Domingo. De ahí se puede disfrutar de una vista única de la ciudad, pero además puede hacer transbordo al teleférico que lo dirige hasta el Parque Arví, una reserva biológica en la cúspide de la montaña.
¿Barato o caro?
Como en toda ciudad depende de lo que busque, el estilo de turismo que acostumbra a realizar y de los ingresos que tenga.
Así como hay sitios donde una botella de agua me llegó a costar hasta 2500 pesos, en un supermercado la encontré en 600 pesos.
La comida igualmente es relativa. Se dice que la zona del Poblado es una de las más costosas, sobre todo cerca del Parque Lleras, famoso por estar rodeado de bares y restaurantes gastronómicos reconocidos. Ahí una Bandeja Paisa con refresco le puede salir en 38.000 pesos, algo costosa pero vale la pena comprarla, recomendadísimo el restaurante Mondongos. Mientras que unas cuadras más abajo del parque El Poblado se puede conseguir una versión mucho más simple en 8.500 pesos.
Opciones para alojarse hay de todo. Por ejemplo, el hotel San Fernando Plaza, uno de los más reconocidos de la zona tiene una tarifa cercana a los $90 por noche con desayuno incluido (¡la delicia del desayuno!), las instalaciones geniales y el servicio ni para qué. Realmente son muy amables.
En las cercanías hay alternativas mucho más económicas. Yo, por ejemplo, me hospedé en Montañita Hostel ubicado por el parque y a unos 400 metros de la estación del metro. Me pareció una alternativa bastante rentable, 7,5 dólares por noche en una habitación compartida y con un desayuno básico incluido.
Cuando uno viaja solo un hostel resulta ser una excelente opción para conocer gente, ponerse de acuerdo para ir a pasear, tomar unos tragos y hasta conversar sobre nuestros diversos países.
Me hice muy amiga de Maynor y de Haico, un guatemalteco que trabaja en Panamá y un japonés que vive en Medellín para aprender español. Espero que pronto vengan a Costa Rica.
El supermercado más popular es el Éxito, pero es fácil gastar bastante tiempo en una compra pequeña, es demasiado grande.
El otro punto de compra son los centros comerciales, hay uno en cada estación de metro, en cada cuadra, donde uno vuelva a ver.
En comparación con Costa Rica se puede decir que sí vale la pena comprar uno que otro gustito. La ropa producida ahí es bastante buenas y económica. Las tiendas de diseñador y de mano de obra colombiana pueden ser mucho más económicas que en Costa Rica. Los artículos de marcas extranjeras es mejor dejarlos pasar.
El centro comercial Mayorca, ubicado justo en la estación de Itagüí, es uno de los más grandes y donde se pueden encontrar más descuentos de marcas. La mitad del edificio es outlet y la otra mitad son las mismas tiendas con las colecciones y precios regulares, así que hay de todo.
Otro lugar para compras baratas es el Hueco, en el puro centro de la ciudad. Es como ir a comprar a San José donde es necesario comparar, regatear y andar con cuidado.
Andar con efectivo es indispensable. Muchos de los lugares no aceptan tarjeta, en especial para el transporte, tours o comida.
Si va a cambiar a pesos colombianos, en el aeropuerto cambie el mínimo pues en las casas de cambio en la ciudad el tipo de cambio está mucho mejor.