Washington. Las dos compañías que tienen contrato con la NASA para llevar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI), Boeing y SpaceX, no podrán cumplir el cronograma que tenían previsto y que anticipaba un primer viaje en 2019, según un reporte gubernamental.
Como consecuencia de esto, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) podría no tener ninguna manera de enviar astronautas al espacio a partir de noviembre de 2019, cuando los últimos astronautas estadounidenses regresen desde la EEI a la Tierra a través de la nave espacial rusa Soyuz.
La NASA detuvo sus lanzamientos espaciales en 2011, y desde entonces depende de naves rusas para llevar a sus astronautas al espacio. En 2014 le asignó a Boeing y SpaceX la tarea de desarrollar nuevos sistemas de lanzamiento que se podrían utilizar a partir de 2019. En estos momentos hay tres estadounidenses, un alemán y dos rusos en la EEI, donde el promedio de permanencia es de unos cinco a seis meses.
Pero la Oficina de Contraloría Gubernamental (GAO) confirmó en un reporte hecho público este miércoles que ambas compañías estaban retrasadas en sus programas.
Boeing no estará certificada hasta diciembre de 2019 y no en enero como estaba previsto, y SpaceX en enero de 2020 en vez de febrero de 2019.
La consecuencia es que la NASA se quedaría sin un medio de transporte espacial luego de que se venza su contrato con Soyuz en noviembre de 2019.
Sin plan 'b'
“NASA está explorando otras opciones, pero no cuenta con un plan B para evitar una interrupción (en los viajes)”, se lee en el reporte.
El riesgo es que podrían pasar hasta nueve meses sin un estadounidense en el espacio, pues probablemente las dos compañías no puedan realizar estos viajes espaciales hasta agosto de 2020, según cálculos de la NASA.
Pero la política espacial estadounidense da por sentada una presencia continua, ininterrumpida, de este país en el espacio.
La soluciones para evitar esto no son sencillas: comprar puestos adicionales en el Soyuz no parece viable, pues se trata de un proceso que debe comenzar tres años antes del viaje programado.
Otra opción sería colocar astronautas en los vuelos de prueba de estas dos compañías, pero eso representaría un importante riesgo a la seguridad de los mismos.