¿Por qué el veneno de unas serpientes es más poderoso y letal que el de otras? ¿Por qué la cobra o la cascabel tienen mucho más veneno del que aparentemente necesitan para matar a su presa? ¿Por qué otras, como la serpiente mármol de mar tienen tan poco veneno que son inofensivas para cualquier animal más grande, incluso el ser humano?
Con preguntas como estas en la mente, investigadores de la Universidad Nacional de Irlanda, la Universidad de Galway, y el Trinity College de Dublín (todas ellas en Irlanda) se dieron a la tarea de averiguar las respuestas. Para ello contaron con la ayuda de la Universidad de Saint Andrews en Escocia y de la Asociación Zoológica de Londres.
En su investigación los científicos compararon los venenos de más de cien especies de serpientes de muy diversa índole. Exploraron la calidad, letalidad y cantidad de veneno. Las conclusiones las publicaron en la revista Ecology Letters.
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El análisis no fue sencillo, ya que en el veneno que produce cada especie entran en juego diversos factores. Uno de los aspectos determinantes es la evolución. Con el tiempo, los venenos han ido evolucionando para ser más potentes contra sus presas.
“Tiene sentido. Es de esperar que los venenos se adaptaran para matar a las presas que le son útiles a cada serpiente. Como no encontramos ratones en el agua, no veremos que las especies marinas tengan un veneno eficiente para matar ratones, lo tienen eficiente para matar peces”, explicó en un comunicado de prensa Kevin Healy, autor principal del reporte.
Hay otros puntos importantes que determinan la diferencia de los venenos. El tamaño de la serpiente, de su presa y el ambiente en el que esta vive también son clave para determinar la cantidad y letalidad de esta sustancia.
“Como con todas las sustancias,el daño del veneno depende de la dosis. El alcohol, el café y hasta el agua pueden ser tóxicos en volúmenes muy altos. Entonces necesitamos considerar cuánto veneno producen las diferentes especies y cuánto guardan en sus glándulas”, expresó Andrew Jackson, uno de los investigadores.
“Encontramos que las especies grandes terrestres tienen más veneno, mientras que las más pequeñas, que viven en árboles o las acuáticas tienen menos. Esta diferencia puede deberse a que las serpientes terrestres tienen presas más grandes y menos oportunidad para capturarlas porque estas pueden moverse muy rápido, por lo que necesitan más cantidad de veneno para poder inmovilizar a su presa y matarla”, añadió.
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Afectación a los humanos
Esta información puede ser útil a la hora de atender a personas que han sido mordidas por una serpiente.
“Las mordeduras de serpiente son una preocupación mundial, hay más de 2,7 millones de casos cada año. Entender cómo funciona el veneno nos permite identificar los riesgos para los humanos según la especie, y podría darnos pistas de cómo sucede esto con otros animales venenosos, como arañas, escorpiones y medusas”, adujo en el comunicado de prensa Chris Carbone, uno de los científicos que participó del estudio.
Los investigadores aseguran que esta información que han recopilado también puede servirles para la futura creación de nuevos sueros antiofídicos que ayuden a tratar y sanar las heridas.
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