Dos científicas costarricenses de gran trayectoria zarparon desde Argentina el pasado 31 de diciembre rumbo a la Antártida, junto a otras 80 mujeres, con el objetivo de visibilizar el liderazgo femenino en asuntos de interés global, como el desarrollo sostenible y la mitigación del cambio climático.
A bordo del barco MV Ushuaia viajan las ticas Christiana Figueres, quien lideró la negociación del Acuerdo de París sobre cambio climático, y Melania Guerra, ingeniera mecánica y doctora en Oceanografía.
Figueres es una de las nueve instructoras del programa australiano Homeward Bound, auspiciado por la empresa española Acciona, dedicada al desarrollo de infraestructura sostenible y energías renovables.
Posted by Melania Guerra - La Tica Polar on Monday, December 31, 2018
Durante la expedición, que se extenderá hasta el 19 de enero, la costarricense facilitará el proceso de aprendizaje de las participantes, entre las que se encuentra su compatriota Melania Guerra.
“Nos hemos limitado a usar el 50% del potencial humano, el de los hombres. Con el viaje de Homeward Bound impulsados por Acciona, avanzamos hacia el uso del 100% del potencial humano para obtener mejores resultados y crear un mundo mejor para nuestros hijos”, expresó Figueres, citada en un comunicado de la firma española.
Todas las mujeres involucradas en la expedición se desarrollan en el campo de STEMM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas y Medicina; por sus siglas en inglés).
“A pesar de que representan el 45% de la fuerza laboral global, las mujeres están subrepresentadas a nivel mundial en posiciones de liderazgo, a pesar de que la población femenina comprende el 57% de los graduados universitarios recientes”, señala la organización en su sitio web.
“Al proporcionarles a estas mujeres liderazgo y habilidades estratégicas, una comprensión sólida de la ciencia y una red sólida desarrollada a propósito, mejoraremos su capacidad para impactar la política y la toma de decisiones para un futuro sostenible”, añade.
La iniciativa se propone como meta crear en un plazo de 10 años, una red internacional de 1.000 mujeres interesadas en la lucha contra el cambio climático para que trabajen juntas en proyectos de diversos campos.
Asimismo, busca dotar a las científicas de herramientas de comunicación estratégica, que les permita visibilizar sus investigaciones en un lenguaje simple y que pueda ser entendido por el resto de la población.
El vínculo con Costa Rica
Esta es la tercera expedición a la Antártida que realiza Homeward Bound, sin embargo, no es la primera ocasión que una tica se encuentra entre las participantes de este proyecto.
La primera expedición a la Antártida de Homeward Bound tuvo acento costarricense, gracias a la presencia de Mónica Araya, una economista con un doctorado en gestión ambiental de la Universidad de Yale y cofundadora de la organización Costa Rica Limpia.
En aquella ocasión, Araya fue la única representante latinoamericana, ya que la mayoría de participantes provenían de Australia, mientras que el resto eran originarias de Estados Unidos, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Canadá.
La falta de diversidad es uno de los factores que se ha ido solventando con las nuevas ediciones del programa, prueba de esto es que la más reciente generación cuenta con representantes de un total de 35 naciones.
Más allá de la ciencia
El viaje a la Antártida es la culminación de un proceso de aprendizaje de un año, en el que las científicas se han preparado y capacitado de manera virtual.
“Fue súper emocionante llegar acá (Argentina, de donde zarparon), vernos a la cara, sabiendo que tenemos un año de estarnos comunicando por Skype y otros medios", contó Guerra a La Nación el pasado 30 de diciembre.
Como el barco MV Ushuaia no tiene licencia de toma de datos, las científicas no podrán tomar muestras cuando desciendan del navío para recorrer las distintas estaciones de investigación que se encuentran en esta fría región, por lo que reciben capacitación en aspectos como la comunicación.
“No hacemos ciencia en el sentido académico normal, sino que más bien el propósito es desarrollar y capacitar a las mujeres en herramientas que tradicionalmente el mundo académico o privado no otorga o facilita, para que este conocimiento que tenemos pueda ser insertado en la toma de decisiones, ya sea a nivel regional, internacional”. expresó la tica.