Durante el 2017, 37 menores debieron internarse en el Hospital Nacional de Niños (HNN) como consecuencia de mordeduras de perro.
“Se trata de aproximadamente un caso cada diez días. Esto nos preocupa. Una mordedura no es solo a una parte del cuerpo del niño, también al alma. Muchos de ellos pueden quedar con estrés postraumático y cuadros de ansiedad después de este incidente, o sufrir cicatrices que les afecten su autoestima”, señaló Olga Arguedas, directora del HNN.
Esta cifra tiene preocupadas a las autoridades de Salud, pues es la más alta en 15 años y todavía faltaría sumar lo reportado por otros centros médicos.
“Es un proceso que requiere de muchas atenciones. Se les tiene que hacer lavado quirúrgico, someterlos a cirugía reconstructiva (en caso de necesitarla) y darles antibiótico durante al menos siete días. Si tomamos en cuenta la cantidad de niños que no requieren hospitalización, la totalidad de afectados por mordedura puede ser cuatro veces mayor”, expresó Cinthya Mora, jefa de cirugía reconstructiva del HNN.
De acuerdo con Mora, la mayoría de las víctimas tiene entre uno y nueve años de edad.
Por este motivo, el HNN, el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) lanzarán la campaña Prevengamos las mordeduras de perros, en donde piden a los padres que si su hijo es mordido deben trasladarlo de inmediato a un hospital, independientemente de si solo tiene una herida pequeña.
La consigna es que todo adulto que tenga a cargo a un menor tome las medidas del caso y vigile a sus pequeños cuando interactúan con perros.
De la misma forma, se busca que todos los dueños sean responsables con su mascota y que la tengan acostumbrada a socializar con gente, en un lugar donde pueda tener el espacio necesario para desenvolverse y con la alimentación adecuada.
La campaña también busca aclarar varios mitos. Uno de ellos es el que existen razas peligrosas.
“No hay razas ‘seguras’ o ‘peligrosas’, existen dueños irresponsables. Un perro bien socializado y que cuente con buen espacio y buena atención no atacará de buenas a primeras a un niño”, afirmó Yayo Vicente, representante de Senasa.
Las autoridades también insisten en desmitificar ideas como: “a mí nunca me va a morder un perro”, “mi perro nunca mordería”, “si mi perro mordió a un niño Senasa va a sacrificarlo” o “los perros que se crían en casa desde cachorros son más tranquilos”.
En todos los casos, se debe recordar: “si hay una sana convivencia entre los niños, niñas perros y hay supervisión responsable de adultos, podemos evitar las mordeduras”, recalcó Patricia Vega, ministra de la Niñez y la Adolescencia.
Quienes deseen encontrar más recomendaciones pueden ir al sitio: www.evitemordeduras.com.
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Mayores controles
Senasa es la encarga de examinar y analizar a los perros que muerden de forma violenta a las personas y determinar qué medidas se ponen a los dueños del animal y si este regresaría nuevamente al lugar donde estaba y bajo qué condiciones.
Vicente aseguró también que este lunes se firmó una directriz para uniformar criterios a la hora de recibir denuncias por mordeduras de perro.
“Es para determinar la peligrosidad del perro. Cada caso es diferente, se debe hacer un análisis epidemiológico para cada caso y ver cómo actuó el perro”, destacó el especialista.