Suministrar una dosis más baja de fármacos contra el VIH a personas cuya pareja tiene el virus, trabajadores del sexo, mujeres embarazadas seropositivas, poblaciones carcelarias, individuos que iniciaron su vida sexual a muy temprana edad y otros grupos que están en alto riesgo de infección, reduce las posibilidades de contagio en más de un 99%.
Este método se conoce como profilaxis pre exposición (PrEP, por sus siglas en inglés). Su uso comenzó en Estados Unidos en el 2012 y en este momento se emplea en 68 países de todo el mundo.
La alta efectividad de este tipo de terapia, fue una de las conclusiones generadas por ocho estudios presentados el martes pasado en el Congreso de Investigación para la Prevención del VIH (HIVR4P, por sus siglas en inglés), que se celebra esta semana en Madrid, España.
¿En qué consiste la PrEP? La forma más común es la pastilla Truvada, del laboratorio Gilead Sciences Inc. Este fármaco combina dos antirretrovirales utilizados en pacientes con VIH: Emtriva (cuyo componente activo es la emtricitabina) y Viread (cuyo nombre genérico es tenofovir disoproxil fumarato).
La evidencia científica confirma que este medicamento, tomado a diario, previene contagios en gente que está en alto riesgo de infección.
Sin embargo, tomar solo la pastilla no es garantía. Lo recomendable es que estas personas mantengan otras prácticas de sexo seguro como la fidelidad, utilizar el condón en toda relación coital y hacerse la prueba del VIH una vez al año o una vez cada dos años, recalcan los expertos.
Aún más: los especialistas aclaran que el tomar este tratamiento previene específicamente contra VIH, pero no así contra otras enfermedades de transmisión sexual, como gonorrea, sífilis o hepatitis.
En Costa Rica, las personas en alto riesgo de contraer el virus aún no tienen acceso formal a esta terapia, pero el año entrante el panorama podría ser diferente. Gloria Elena Terwes, coordinadora de Prevención y Control de VIH/Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), explicó que sí se planea dar a poblaciones específicas y cuyo riesgo de contagio esté debidamente probado.
“Esto aún no está normado, pero saldrá en la próxima norma (el año entrante). Esto para el sector público. En cuanto al sector privado, está pendiente una directriz de casa presidencial para hacer un protocolo nacional con la medicina privada. La idea es que las personas puedan acceder en las farmacias al tratamiento pre, pero con el protocolo en marcha”, destacó Terwes.
Con esto, Costa Rica se sumaría a los países que luchan contra el VIH de esta manera. Sin embargo, aún falta mucho por hacer.
Uno de los estudios presentados este martes en el congreso HIVR4P señaló que 309.525 personas en el mundo han comenzado un tratamiento PrEP. No obstante, falta extender el programa, ya que el 71% de los pacientes están ubicados en Estados Unidos y el 15% en África subsahariana. En el resto de países, es muy bajo el porcentaje de beneficiados.
“Hay otro aspecto que nos preocupa: el que inicien el tratamiento no quiere decir que haya continuidad. Por esta razón debemos estar más vigilantes. Si se deja de tomar el tratamiento se pierde la eficacia y esto no podemos permitirlo”, destacó Laura Fitch, representante de la Iniciativa Global para Prevención del VIH AVAC.
En ese sentido, uno de los estudios dados a conocer en el congreso y realizado solamente en Kenia, señaló que el 61% de las personas logró adherencia al tratamiento durante el primer mes completo, y bajó al 56% al concluir el tercer mes.
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Eficacia según varios estudios
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Dentro de las investigaciones dadas a conocer esta semana, destacó un análisis de 46 proyectos PrEP en América del Norte y América del Sur. Europa, Asia y África entre el 2011 y mediados del 2017.
En total se analizaron a 10.609 personas sin el virus pero con alto riesgo de contraerlo. Al cabo del tiempo de estudio, 91 individuos se infectaron (un 0,92%), 27 de ellos se contagiaron cuando habían abandonado el tratamiento, menos de 30 días después de la última dosis. Los otros 64 sí se infectaron mientras recibían esta terapia, lo que representa un 0,63%.
“Esto es un ejemplo real, no es hipotético, son datos reales de personas reales bajo este tratamiento. Nos dice que sí es eficaz y que los sistemas de salud deberían tomarlo en cuenta”, apuntó Jared Baeten, de la Universidad de Washington en Estados Unidos y uno de los autores del análisis.
Otro estudio comparó las nuevas infecciones entre quienes sí tomaron PrEP y quienes no lo hicieron. Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y del centro médico Deaconess en Israel analizaron los registros de una comunidad estadounidense y revisaron los datos obtenidos entre el 2012 y el 2017.
De 16.128 personas que se hicieron una prueba de detección de VIH, 3.965 (el 25%) iniciaron su terapia PrEP.
Ahora bien, de los 12.163 que no tomaron el tratamiento el 1,3% se infectó con el virus, contra 0,4% de quienes sí lo tomaron. Entre los que sí tomaban PrEP y se contagiaron, el 59% había abandonado su terapia a los dos meses, en promedio,
¿Por qué las personas de ese estudio abandonan la PrEP? Según el reporte, el 29% dijo que el seguro le dejó de dar acceso, el 18% manifestó que no lograba tomar el medicamento a las horas necesarias o se le olvidaba, el 12% mencionó que ya no sentía que la PrEP fuera necesaria para evitar la infección y 6% percibió que lo estigmatizaron por tomarla. El otro 35% aceptó utilizar estimulantes como método para no infectarse.
Otra investigación fue más allá y decidió ver el significado económico de este método. Este análisis fue hecho únicamente en Uganda, pero sus resultados pueden dar luz de lo que podría suceder en otros lugares. El equipo utilizó un modelo matemático para realizar sus cálculos.
Los resultados indican que si se da PrEP en parejas serodiscordantes (en donde una persona de la pareja tiene el virus y la otra no) y a trabajadores del sexo, se evitarían 12.000 mil infecciones, lo que representaría un costo de $28.000 por infección evitada. Si se le agregan personas de riesgo medio como quienes tienen múltiples parejas sexuales o mujeres entre los 15 y 24 años de zonas con altos índices del virus, se evitarían 16.000 infecciones, solo que cada infección evitada costaría $30.000.
“Evitar una infección es más valioso que lo que se gasta en darles tratamiento preventivo, pero los gobiernos deben tener en mente de cuánto será esa inversión”, recalcó Katahrine Kripke, del proyecto SOAR, que busca la prevención de infecciones de transmisión sexual en el mundo.
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Protección para bebés
La PrEP funciona también en quienes no han nacido y su madre tiene riesgo de infectarlos (ya sea porque es seropositiva desde antes de la concepción o porque tenga posibilidades de contagiarse durante el embarazo). Una investigación se enfocó directamente a ver cuáles eran los beneficios y efectos adversos tanto para la madre como para el bebé.
El estudio se llama Implementación de PrEP para Mujeres Jóvenes y Adolescentes (PrIYA, por sus siglas en inglés) y se desarrolló en Kenia. Las pesquisas fueron encabezadas por la Universidad de Washington.
El equipo, liderado por Juilia Dettinger, obtuvo información de 162 niños que estuvieron expuestos al PrEP porque su mamá lo tomó durante el embarazo y de 2.613 bebés que no fueron expuestos.
El 46,9% de las mujeres comenzó a tomarlo en el segundo trimestre del embarazo y 41,4% lo usó durante uno a tres meses.
Los investigadores vieron que los nacimientos prematuros fueron muy similares en ambos grupos, el peso también fue muy similar, ambos registraron un peso promedio de 3,3 kilos. Tampoco hubo malformaciones congénitas en el grupo PrEP y el desarrollo, al cumplir seis meses de vida, fue muy parecido en ambos grupos.
“Podemos decir que es seguro y eficaz utilizar este método durante el embarazo”, detalló Dettinger.
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¿Solución con solo una inyección?
Diferentes equipos de científicos buscan una solución para tener más opciones de PrEP, especialmente para evitar los olvidos propios de tomar solo una pastilla al día. Entonces se preguntan si unas pocas dosis de un inyectable pudieran lograr el mismo efecto.
Precisamente, investigadores liderados por Raphael Landovitz, del Centro de Educación e Investigación Clínica del Sida en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, están probando una inyección experimental para proteger a las personas en alto riesgo de infectarse con este mal de transmisión sexual. El ensayo clínico está en fase II (donde se prueba eficacia y seguridad de dosis previamente establecidas).
Los participantes se reclutaron en Brasil, Malaui, Sudáfrica y Estados Unidos. Ellos recibieron inyecciones del componente activo cabotegravir en diferentes presentaciones: ya fueran tres sesiones de dos inyecciones de 400 mg (para un total de 800 mg por dosis) cada 12 semanas, o cinco sesiones de una inyección de 600 mg cada ocho semanas.
A los participantes se les siguió primero durante 52 semanas y luego se les hizo otro seguimiento hasta la semana número 76, para así saber la eficacia en el tiempo, efectos adversos y tolerancia a la inyección.
“No vimos efectos adversos fuertes. El 90% de los efectos fueron enrojecimiento, dolor y comezón en el sitio de la inyección”, explicó Landovitz en conferencia de prensa.
“Se registraron dos embarazos, uno de los bebés fue concebido en el período donde se aplicaban los inyectables, el otro durante el seguimiento de las 52 semanas. Los dos bebés nacieron completamente normales y sanos”, añadió.
A pesar de estos buenos resultados, los científicos están claros que aún debe trabajarse para lograr mayor eficacia y adaptar el tratamiento a las diferentes personas. Por ejemplo, el fármaco ha demostrado más beneficios en mujeres, en ellas la eficacia media de los inyectables fue de 66,3 semanas, mientras que en los hombres fue de 42,7 semanas.
También deben hacerse adecuaciones según el peso de la persona, pues quienes tenían sobrepeso u obesidad registraban eficacia de la droga por menos tiempo.
“Es algo que deberemos analizar durante la fase III de nuestro estudio”, comentó Landovitz.
El congreso HIVR4P continuará durante esta semana explorando nuevos avances científicos para prevenir el virus y formas de hacer que esta prevención llegue a toda la población, especialmente a quienes tienen más riesgo de contraerlo.
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