La cantidad de casos de sarampión en Europa presentó niveles récord durante los primeros seis meses de este año. Solo entre enero y junio del 2018 se registraron 41.000 casos, una cifra superior a los que se han presentado anteriormente en años completos durante la última década.
A esto se le unen 37 personas muertas en el primer semestre del año.
Así lo dio a conocer este lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un comunicado de prensa.
De acuerdo con la información, el año en que anteriormente se habían visto más casos había sido el 2017, con 23.927 casos de enero a diciembre.
El reporte también indica que el país más golpeado por esta enfermedad es Ucrania. Solo en este territorio se han presentado más de 23.000 casos (más de la mitad de los vistos en toda Europa). El país que más muertes reporta es Serbia, con 14.
La OMS también se muestra preocupada por otros países donde se registraron más de 1.000 infecciones durante este período, como Rusia, Francia, Italia, Grecia y Georgia. Todos estos países registran fallecimientos por este virus. En algunos de estos países se han visto casos en los últimos 18 meses.
“Hacemos un llamado a todos los países a inmediatamente implementar medidas para evitar mayor diseminación de esta enfermedad. La buena salud de todas las personas comienza con la inmunización, no deberíamos perder vidas en algo que se puede prevenir con vacunas. Mientras esta enfermedad no se elimine estaremos con problemas para alcanzar los Objetivos del Milenio”, señaló Zsuzsanna Jakab, directora regional de la OMS para Europa.
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Virus agresivo
El sarampión es una enfermedad muy contagiosa, causada por virus. Se propaga por contacto mediante gotitas provenientes de la nariz, boca o garganta de una persona infectada. Los estornudos y la tos lanzan gotas contaminadas al aire.
Los síntomas, por lo general, comienzan de ocho a 12 días tras la exposición al virus (periodo de incubación), pero las personas pueden contagiar a otros desde el primer momento en que se exponen al microorganismo. Estos síntomas incluyen erupciones en la piel que causan comezón, tos, fiebre, dolor muscular, conjuntivitis y dolor de garganta.
La enfermedad suele ser leve o moderadamente grave; sin embargo, pueden darse complicaciones como neumonía, diarrea, ceguera y encefalitis (infección del cerebro que causa inflamación).
Las hospitalizaciones alcanzan entre 20% y 25% de los casos. La mortalidad es del 0,2% y, casi todos los fallecimientos se dan en menores de cinco años.
Esta enfermedad no tiene transmisión activa en Costa Rica. El último caso autóctono (de contagio en suelo tico) se presentó en el 2006, y en el 2014 se registró un caso importado (la persona desarrolló síntomas en el país, pero fue contagiada en otra nación).
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Baja en vacunación sería la responsable
Si bien, el récord alcanzado este año en casos de sarampión supera, por mucho, los de los años anteriores, la tendencia al alza no es nueva.
Especialistas en temas de vacunación apuntan a que algunos padres, desde hace algún tiempo, han dejado de vacunar a sus hijos y esto ha bajado la tasa de inmunización de la población y por lo tanto, la cifra de enfermos aumenta.
“Cada una de las personas no vacunadas permanecen vulnerables donde quiera que se encuentren. Todos los países deben seguir trabajando para amplificar las campañas de vacunación y terminar con los sectores de población no inmunizados”, afirmó por su parte Nedret Emiroglu, director del departamento europeo de emergencias sanitarias de la OMS.
Para prevenir los brotes de sarampión, al menos un 95% de la población debe estar cubierta con dos dosis de vacunas (en Costa Rica la primera se aplica a los 15 meses y la segunda, a los seis años). El problema, según el documento de la OMS, es que en algunos países la tasas de vacunación son menores al 70%.
En Costa Rica, de acuerdo con los datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el 93,5% de los niños reciben la primera dosis y un 89,2% la segunda.
El riesgo no es solo para los no vacunados, pues se baja la tasa de “inmunidad rebaño”: cuando más individuos están protegidos contra una enfermedad, es más difícil que surja, y así se protege a niños menores de 15 meses o a personas con sistemas inmunitarios débiles (como quienes nacen enfermos y no pueden ser inoculados) o quienes tienen, desde el nacimiento, alguna condición de alergia que no les permite vacunarse.
En una entrevista anterior, Roberto Arroba, coordinador de inmunizaciones del Ministerio de Salud, habló del riesgo de no vacunar a la población: “hay quienes piensan en que es mejor crear inmunidad natural y dejar que el organismo cree sus propios anticuerpos. Sin embargo, está comprobado que, después de la potabilización del agua, las vacunas son la medida de salud pública que más vidas ha salvado".
Los especialistas concuerdan en que no debe verse el sarampión como una enfermedad de brotes en la piel y fiebre, pues las complicaciones podrían presentárseles a cualquier persona y en ocasiones, causarles la muerte.
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