Moody’s Investors Service (“Moody’s”) rebajó este miércoles 5 de diciembre las calificaciones de emisor a largo plazo y de bonos senior no garantizados del Gobierno de Costa Rica a B1 de Ba2, y cambió su perspectiva de calificación a negativa, concluyendo la revisión para rebaja que se inició el 18 de octubre de 2018.
Entre las razones de la rebaja la calificadora cita el empeoramiento continuo y proyectado de la deuda por los grandes déficits a pesar de los esfuerzos de consolidación fiscal.
Además, los importantes desafíos de financiamiento que están surgiendo para el país a medida que el aumento de la deuda, los déficits y los costos de intereses llevan a un rápido aumento de los requisitos de endeudamiento.
La agencia reconoció que Costa Rica promulgó una nueva ley de consolidación fiscal que fue aprobada por la Asamblea Legislativa el 3 de diciembre.
“Pero incluso con la nueva reforma vigente, el déficit presupuestario seguirá siendo alto en los próximos años y llevará varios años”, señaló la agencia.
Según la calificadora, la reforma apunta a reducir el déficit fiscal por debajo del 4% del PIB en el 2023, a través de una combinación de aumentos de ingresos y reducciones del gasto.
“Pero varias de sus previsiones se extienden a lo largo del tiempo, y la mayor parte de la reducción prevista se basa en limitar el crecimiento de los gastos actuales, lo que será difícil frente a la oposición popular y en un entorno de desaceleración del crecimiento; Moody’s espera que el crecimiento del PIB real se desacelere a un promedio anual de 2.5% entre 2019 y 2022”, señala el comunicado.
La agencia estima que la reducción del déficit fiscal llevará tiempo y el impacto total de la reforma tendrá que esperar hasta el 2022.
La agencia de calificación pronostica que el déficit fiscal se mantendrá alto, un 7% del PIB en el 2018 y un aumento de alrededor del 7,5% en el 2019, en contraste con las estimaciones oficiales que proyectan una disminución del déficit para el próximo año.
Moody’s pronostica que el índice de deuda aumentará a casi el 59% en el 2019 y alcanzará un máximo de alrededor del 65% en el 2022.
La agencia explicó que los déficits fiscales promediaron un monto equivalente al 5,2% del producto interno bruto (PIB) desde el 2010, con lo cual casi duplicaron la carga de la deuda de Costa Rica durante ese período.
Moody’s estima que para fines del 2018, la deuda del gobierno de Costa Rica habrá aumentado a casi el 54% del PIB y a 360% de los ingresos. En comparación, la mediana de los bonos soberanos con calificación B1 será del 54% del PIB, pero solo del 241% de los ingresos.
En una decisión relacionada, Moody's también redujo los límites máximos a largo plazo de los países de Costa Rica: el techo de bonos en moneda extranjera a Ba2 de Baa3; su techo de depósitos en moneda extranjera a B2 desde Ba3; y sus techos de bonos y depósitos en moneda local a Baa3 desde Baa1.
El techo de bonos en moneda extranjera a corto plazo se redujo a Not Prime ( no pertenece a ninguna de las categorías de calificación Prime) desde P-3 y el techo de depósitos en moneda extranjera a corto plazo se mantiene sin cambios en NP.