La calificadora de riesgo Moody’s colocó este jueves 18 de octubre las calificaciones de emisor de largo plazo del Gobierno de Costa Rica en revisión para una eventual rebaja.
El anuncio lo efectuó por medio de un comunicado enviado al mercado, en el que señala que entre los principales impulsores para esta posible degradación, son las perspectivas de un empeoramiento continuo de los indicadores fiscales y de deuda pública, junto con la evidencia de un aumento de las presiones de financiamiento.
Junto con lo anterior, las reservas sobre la capacidad del Gobierno para implementar un plan de consolidación fiscal efectivo y revertir las tendencias fiscales negativas.
“Durante el periodo de revisión, Moody’s evaluará la probabilidad de aprobación de una reforma fiscal integral que resulte efectiva para detener la tendencia al alza persistente en los indicadores de deuda del gobierno. De manera similar, la revisión explorará escenarios de financiamiento alternativos para determinar los riesgos crediticios asociados al acceso restringido al mercado”, destacó en su reporte.
Moody’s señaló que el 15 de octubre pasado, un comité de calificación interno fue llamado para discutir la calificación del Gobierno de Costa Rica.
Precisamente, esta tarde, el presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, explicó en una conferencia de prensa, que la calificadora de riesgo Moody’s inició este mes la evaluación de la calificación de Costa Rica.
La agencia podría dejar sin cambios la nota o reducirla porque la perspectiva es negativa, destacó Cubero.
“Ellos tomarán la decisión según lo que consideren que pasara con el proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas”, manifestó el titular de la autoridad monetaria.
Cubero destacó que hay preocupación no solo de las calificadoras, sino también de los organismos internacionales por la situación fiscal de Costa Rica.
“Han advertido, con claridad, no solo las agencias calificadoras de deuda, sino los organismos internacionales, que de no darse una aprobación del proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, y con un esfuerzo fiscal importante, Costa Rica podría recibir una reducción en las calificaciones de deuda y también podría tener que enfrentar condiciones mucho más desfavorables en los mercados domésticos e internacionales para financiarse”, dijo Cubero.
Agregó que la agencia Moody’s podría tomarse al menos un mes en hacer la evaluación, y que todavía no hay reuniones agendadas con las autoridades del país.
En febrero del 2017 fue cuando Moody’s efectuó la última reducción en la calificación de riesgo de Costa Rica, y en ese acto, mantuvo la perspectiva negativa, lo que dejó al país en una capilla ardiente.
La nota del país paso de Ba1 a Ba2 con perspectiva negativa, esto significa que los bonos de Costa Rica en el extranjero son catalogados como especulativos.
Aquellos emisores con calificación Ba demuestran una calidad crediticia inferior a la media de los emisores y se consideran de grado especulativos. De confirmarse la rebaja, Costa Rica pasaría a Ba3.
¿Qué provocaría la rebaja en la nota?
La calificadora de riesgo advirtió de que, a partir de este momento, evaluará el contenido del paquete de reforma fiscal, su posible efecto en los indicadores de deuda del Gobierno y su probabilidad de aprobación.
Indicó que la revisión también analizará los riesgos crediticios potenciales que surgen de las opciones de financiamiento del Gobierno en un entorno caracterizado por el aumento de las tasas de interés y la reducción del acceso al mercado.
Dada la actual revisión para la baja, una mejoría en la calificación es poco probable.
Sin embargo, Moody’s manifestó que estabilizaría la perspectiva en el nivel de calificación actual si la agencia percibe que el Gobierno adopta ajustes presupuestarios estructurales que combinaran el aumento de los ingresos fiscales y los recortes de gastos, y que fueran suficientes para detener y eventualmente revertir la tendencia al deterioro en los indicadores de deuda pública.
Las perspectivas de un deterioro fiscal continuo asociado con aumentos persistentes en los indicadores de deuda conducirían a una acción de calificación negativa.
La falta de aprobación de una reforma fiscal, o la aprobación de una reforma menos integral, podría dar lugar a una baja de calificación de múltiples niveles.
Además, la evidencia de estrés en el sistema bancario o un aumento significativo en el nivel de dolarización financiera también podría ejercer una presión a la baja en la calificación, destacó el evaluador.
En esta actividad de esta tarde, el jerarca del Banco Central informó de que la Junta Directiva había emitido un criterio afirmativo en relación con el proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, aprobado en primer debate el viernes 5 de octubre, en la Asamblea Legislativa.
Indicó que de acuerdo con las estimaciones de la entidad, este permitiría reducir el déficit financiero del Gobierno Central en 3,68 puntos de la producción, al año 2022.
Colaboró la periodista Patricia Leitón