La Administración de Luis Guillermo Solís heredó un faltante de ¢600.000 millones, en el presupuesto del 2018, necesarios para el pago de deuda interna que se vence antes de finalizar el año.
Para solventar la carencia de recursos, el Ministerio de Hacienda se vio obligado a enviar a la Asamblea Legislativa un presupuesto extraordinario, este 31 de julio, y poder así pagar a los inversionistas.
“Con el objetivo de subsanar un faltante en los recursos contemplados originalmente en el presupuesto para el 2018 que se aprobó el año anterior en relación con la amortización de la deuda interna, el Poder Ejecutivo remitió hoy un presupuesto extraordinario por ¢600.044,99 millones a la Asamblea Legislativa”, informó la entidad, por medio de un comunicado de prensa.
El monto solicitado por el Poder Ejecutivo es equivalente a 1,73% del producto interno bruto (PIB), que el Banco Central estimó para este 2018.
Rocío Aguilar, jerarca de Hacienda, confirmó a La Nación que al tomar posesión el gobierno de Carlos Alvarado se desconocía la carencia de esos recursos en el presupuesto de este año.
El Gobierno de Solís enfrentó, a finales del año pasado, un problema de liquidez que lo obligó a elevar el uso de títulos de deuda de corto plazo. Sin embargo, no presupuestó la amortización de dichos títulos antes de dejar el poder, el 8 de mayo anterior.
La estimación del anterior Gobierno, para el segundo semestre del 2017, era colocar ¢292.700 millones. Sin embargo, al final se emitieron bonos por un total de ¢891.700 millones, es decir, ¢599.000 millones más de lo previsto.
Aguilar explicó que hay más vencimientos de deuda de los presupuestados inicialmente por la administración Solís, pues se previeron canjes de bonos por una suma superior a los ¢300.000 millones; pero apenas se llegó a los ¢88.000 millones.
En las operaciones de canje Hacienda trata de intercambiar bonos con un vencimiento cercano, por otros que maduran a mayor plazo, así que posterga el pago del capital invertido.
“Yo no tenía idea de esta diferencia (el monto de las obligaciones que vencen este año). La Tesorería consideró que a través de canjes (de deuda) podía solventar la situación; pero la realidad del mercado no fue esa”, afirmó la Ministra de Hacienda.
La Nación remitió consultas al exministro de Hacienda anterior, Helio Fallas, pero no respondió al cierre de esta información.
El Presupuesto Ordinario del 2018, aprobado por el Congreso el año pasado, fue de ¢9,3 billones.
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La jerarca de Hacienda recalcó que la situación generada no tendrá ningún efecto en la previsión de déficit fiscal para este año. El Banco Central prevé que dicho indicador cierre en 7,2% del producto interno bruto (PIB).
Para el economista Francisco de Paula Gutiérrez, con el envío del presupuesto extraordinario Hacienda reconoce un problema heredado por la anterior Administración y demuestra la seriedad de la problemática de las finanzas públicas.
“Si el presupuesto extraordinario es sólo para financiar la amortización de la deuda, su aprobación no afectaría el saldo de la deuda respecto al PIB. Pero, si para poder conseguir los recursos, el Gobierno se ve forzado a pagar una tasa de interés mayor a la de los títulos que están venciendo (lo cual es muy probable), el déficit financiero a futuro será mayor”, enfatizó el expresidente del Banco Central.
La solicitud de Hacienda generó críticas entre diputados de varios partidos políticos, pues consideran que la aprobación de recursos extraordinario afectará la discusión de la reforma fiscal.
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Más inconvenientes
Los dolores de cabeza de la Administración de Carlos Alvarado aún no acaban. La Ministra de Hacienda confirmó que los ingresos por la recaudación tributaria para este año son menores a los previstos, lo cual obligará al Gobierno a enviar otro presupuesto extraordinario por al menos ¢300.000 millones.
“Hay que pedir una nueva autorización para compensar la caída en los ingresos, si no se logra revertir, con deuda adicional. La reestimación debe trabajarse en conjunto con la Contraloría (General de la República) para confirmar la estimación para este año y para el 2019”, recalcó Aguilar.
Según los datos de Hacienda, durante el primer semestre del año, la estimación de ingresos estuvo ¢150.000 millones por debajo de lo previsto.
De mantenerse la tendencia en la menor recaudación de impuestos, el faltante de recursos sí deberá sustituirse por nueva deuda, lo cual implicaría un incremento en el déficit fiscal del Gobierno.
Aguilar explicó que, aunado a la nueva estimación de cálculo de ingresos, hay presupuestos de ministerios en proceso de reducción lo cual permitirá presentar el nuevo presupuesto extraordinario.
El Ministerio espera que los recursos adicionales, para este año se avalen en la Asamblea Legislativa antes del inicio de la discusión del presupuesto del 2019.
La Nación también consultó al Banco Central si este presupuesto extra del Gobierno estaba contemplado en los supuestos utilizados en la revisión del Programa Macroeconómico 2018-2019, presentado el pasado 23 de julio, y cómo podría afectar las proyecciones económicas del país, pero al cierre de edición no se había obtenido respuesta.