El nuevo presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, promete que bajo su gestión el tipo de cambio tendrá, gradualmente, grados mayores de flexibilidad de las que ha tenido hasta ahora.
Eso significa que el precio de la divisa respecto al colón podría subir o bajar con mayor holgura de lo que lo ha hecho hasta ahora, según se comporte la oferta y demanda de dólares.
No obstante, aclara que eso ocurrirá de manera gradual y siempre evitando movimientos violentos pues Costa Rica tiene muchas empresas y personas con créditos en dólares e ingresos en colones que podrían verse en problemas de pago ante cambios abruptos en el valor de la divisa, y con ello afectar la estabilidad del sistema financiero.
En una entrevista con La Nación, Cubero, quien fue juramentado el 1.° de agosto anterior, enfatizó que el problema fiscal puede llevar al país a una crisis, pero se mostró confiado en el avance del proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.
Añadió que, como secuela de la incertidumbre fiscal, la economía costarricense se está enfriando y eso, junto con la inflación baja, le hacen pensar que, por ahora, no hace falta hacer cambios en la tasa de interés de política monetaria.
Sobre la coyuntura nacional, su gestión y la situación internacional, conversó Cubero durante una hora. A continuación, un resumen de la conversación, el pasado 17 de agosto.
– ¿Cuál es la lectura que usted hace de la economía costarricense?
– El país atraviesa una conyuntura fiscal difícil, sin lugar a dudas, y en donde tenemos en este momento la oportunidad de evitar que esa situación difícil se nos convierta en una crisis.
"Como consecuencia, en parte de esta situación fiscal, y el impacto que eso ha tenido sobre los agentes económicos, la economía se nos está enfriando un poco, ha perdido dinamismo en los últimos meses.
"Vemos esto reflejado en una serie de indicadores, por ejemplo, en una caída en las importaciones, y en general, en los ingresos arancelarios, (y en) los ingresos tributarios de aduanas, que sugieren que hay una ralentización de las importaciones, y eso, a su vez, sugiere que existe un enfriamiento del consumo de los hogares.
"El crecimiento del crédito al sector privado ha bajado; ha bajado particularmente en colones. Cuando ponemos todas estas variables juntas, concluimos que la economía se está enfriando.
"Tenemos a la vez el IMAE, que es el índice mensual de la actividad económica, acelerándose en los últimos meses como consecuencia de una reactivación muy fuerte del sector construcción (…) pero con mucha dispersión intersectorial, esto es que hay otros sectores que no están creciendo a tasas tan altas.
"Tenemos también una inflación que está controlada y estable, esto es una de las grandes victorias del Banco Central.
“Entonces, el contexto económico es uno donde tenemos esta combinación de indicadores: una situación fiscal muy difícil, una economía que en términos del sector real, nos sugiere un nivel de enfriamiento, y por otro lado, un nivel de precios, reflejado por el índice de precios al consumidor, en tasas de crecimiento bajas y estables”.
– En la revisión del Programa Macroeconómico 2018 2019, el Banco Central hace advertencias importantes de lo que puede venir en caso de que no se solucione el problema fiscal. Sin embargo, a la hora de los números para el próximo año, suponiendo que el proyecto fiscal no se apruebe, se prevé un crecimiento un poco mayor que este año, que el crédito crecería 5%, que la inflación seguiría bajo control y que la inversión extranjera seguiría. Pareciera no calzar la perspectiva que tienen con los números.
– La revisión del Programa Macroeconómico que se publica en julio se construye a partir de indicadores que van desde marzo hasta junio, de manera que la información no es la más actualizada al día de hoy.
"Estamos ya a mediados de agosto y el tema fundamental es: ¿qué ha pasado desde entonces? Yo he visto que la evolución de algunas de las variables sugiere mayor presión fiscal de la que posiblemente se esperaba en la revisión del Programa Macroeconómico, y en particular, mayor presión sobre las tasas de interés.
“Esto redundaría, de seguir esa senda, sin la aprobación del paquete fiscal, en mayores tasas de interés en el año 2019 y consecuentemente, menores tasas de consumo e inversión y posiblemente una menor tasa de crecimiento económico en el 2019 en relación con lo que se proyectaba en la revisión del Programa Macroeconómico publicado en julio”.
– ¿Cuál cree usted que sea el papel del Banco Central en medio de esta situación fiscal?
– La meta fundamental del Banco Central ha sido – y seguirá siendo bajo mi gestión–, el mantenimiento de una inflación baja y estable, esa va a seguir siendo el norte que guíe la conducción de la política monetaria, la calibración de las herramientas de la política monetaria.
"Ciertamente, la situación fiscal tan difícil tiene un impacto sobre la conducción de la política monetaria, el Banco Central seguirá, como decía, calibrando la política monetaria en la dirección de conseguir su meta fundamental, que es mantener la inflación en el rango meta entre 2% y 4%.
"Pero podemos ayudar en el campo fiscal. Una forma de ayudar es colaborando con el Ministerio de Hacienda en la coordinación de las operaciones de financiamiento.
“También, el Banco Central puede contribuir al diálogo fiscal insistiendo en la importancia de resolver este problema, que es un problema acuciante, es un problema urgente, en la necesidad de hacerlo para el bien del país”.
– Usted mencionó la presión que está teniendo Hacienda y ha tenido que ajustar sus tasas para poder captar, además, por el lado internacional también hay una expectativa de aumento en tasas de interés. El Banco Central hizo su último ajuste en su tasa de política monetaria en febrero del 2018 al 5%, ¿se estará quedando rezagado un nuevo ajuste?
– En este momento, me parece que la tasa de política monetaria está donde tiene que estar, esto por supuesto lo seguiremos valorando según la lectura que hagamos de las condiciones económicas, tanto nacionales como internacionales.
"Es cierto que la FED, el Banco Central de los Estados Unidos, ha venido aumentando su tasa de interés, normalizando la política monetaria hacia tasas de interés más altas, y que eso pone cierta presión sobre las tasas de interés domésticas, pero también estamos enfrentando una situación donde hay una cierta ralentización, un cierto enfriamiento, como decía antes de la actividad económica costarricense, y tenemos a la inflación marcando niveles bajos y estables de alrededor de 2,1%.
“Las variables de economía doméstica nos sugieren una pausa, nos sugieren que no tenemos necesidad de aumentar las tasas de interés en este momento, pero, por otro lado, las condiciones de la economía internacional nos sugieren que tampoco podríamos bajarlas demasiado, entonces en este momento estamos en un punto donde yo considero que están donde debe estar la tasa de política monetaria”.
Más espacio a Hacienda
– Hablaba usted de la coordinación con Hacienda y estábamos viendo que el Banco Central se retiró de las subastas de bonos en tres semanas de agosto. ¿Hasta dónde tiene el Banco Central esa posibilidad de seguirle dando campo a Hacienda para que capte?
– La programación financiera que requerimos para llevar los niveles de agregados monetarios al nivel que, dadas las circunstancias de la economía local e internacional, es consistente con la tasa de inflación – que es la meta del Banco Central–, en este momento es tal que no nos obliga a ir (a captar recursos) a la subasta en sumas grandes; en este momento estamos haciendo captaciones relativamente pequeñas en términos brutos y de hecho, en términos netos, tenemos programados más vencimientos que colocaciones de manera que, en forma neta, vamos a estar emitiendo dinero más que captando liquidez en los siguientes meses.
– Uno interpretaría que al menos en lo que resta del 2018, el Banco Central le puede dar espacio a Hacienda.
– Así es, no estamos dándole espacio a Hacienda deliberadamente, comprometiendo la meta de inflación, sino que se nos da una feliz coincidencia donde la programación monetaria del Banco Central implica una menor necesidad de captación bruta en la subasta en los próximos meses, justamente cuando Hacienda requiere una mayor presencia en los mercados financieros y de esa manera la cancha queda casi que libre y despejada para Hacienda.
– ¿Y usted cree que esa feliz coincidencia es sostenible? En una coyuntura más hacia adelante, donde no hay una reforma fiscal, de pronto pueden terminar topándose (Hacienda y Banco Central) en los mismos mercados y en los mismos plazos.
– Pero justamente, confiamos en que se apruebe la reforma fiscal porque, en efecto, como usted bien lo dice, el Ministerio de Hacienda, el Gobierno, se ha ido desplazando, o se ha visto desplazado por el mercado, hacia títulos cada vez más de más corto plazo (…), que es normalmente el territorio de la curva soberana de los plazos de deuda que ha ocupado el Banco Central, entonces Hacienda se mete en el terreno del Banco Central forzado por la circunstancia de que los inversionistas domésticos están cada vez más renuentes o se han visto cada vez más renuentes a invertir en títulos de largo plazo.
“De ahí la importancia de volver a restaurar la confianza en la sostenibilidad fiscal del país y la confianza en los inversionistas para que puedan seguir invirtiendo en títulos valores de largo plazo del Ministerio de Hacienda, y dejarle ese espacio de la curva soberana de los títulos de más corto plazo al Banco Central para la operación de su política monetaria”.
– ¿Cómo ve usted, tanto interna, como externamente, el manejo presupuestario que se ha dado en Hacienda, las dificultades que han salido a la luz, si eso puede minar la confianza de los inversionistas?
– El Ministerio de Hacienda claramente se ha enfocado en tratar de controlar ahora con medidas administrativas, y eventualmente, si lográramos la aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, con medidas legislativas, el problema fiscal; entonces, ahí la expectativa es justamente que este conjunto de medidas nos logren estabilizar o por lo menos llevar cerca de la estabilización de la razón de la deuda pública a PIB (producto interno bruto), que es un indicador fundamental de la sostenibilidad de la deuda a largo plazo, que esa deuda no esté creciendo sistemáticamente.
– El tema de que el presupuesto extraordinario se debió haber presentado antes, que se debió haber avisado antes de la situación que se estaba dando, ¿cree usted que puede generar algún tipo de duda entre los inversionistas sobre las cifras?
– A mí me parece que es fundamental que los inversionistas tengan plena confianza en que la deuda que se ha emitido es deuda que se va a pagar, el Gobierno está muy comprometido con el pago de sus obligaciones de deuda pública, y ahí por supuesto, se ha enfatizado en la necesidad justamente de la aprobación de este presupuesto extraordinario para que el Gobierno pueda seguir haciendo colocaciones en la subasta pública que le permitan amortizar la deuda que se va venciendo y cumplir con los pagos de deuda que se vayan dando.
“Pero es también muy importante que entiendan que este aumento en las necesidades brutas de financiamiento que resulta de colocaciones de deuda al más corto plazo, que se han venido dando básicamente desde finales del 2017, no tiene un impacto sobre el superávit primario o el déficit primario del Gobierno”.
– Perdón don Rodrigo, pero el inversionista le juega al Ministerio de Hacienda con la necesidad, y le pide tasas de interés muy altas porque sabe que está en una necesidad, o sea, hay un costo futuro vía tasa de interés.
– Así es (…) la necesidad de estarse financiando recurrentemente ha empujado las tasas de interés al alza y eso sí tiene un impacto, ese canal sí tiene un efecto directo sobre la tasa de endeudamiento total del Gobierno y ese también, eso es una razón adicional para uno aprobar el presupuesto extraordinario que permita seguir pagando la deuda a corto plazo, pero sobre todo resolver el problema fiscal de manera sostenible, con la aprobación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y la consolidación de las medidas de contención del gasto de naturaleza administrativa que está tomando el Gobierno.
– Anduvo por aquí la agencia Moody’s con la situación de que se dio el desajuste presupuestario y creo que hizo unas críticas, siento que bastante severas, de la información que se brindaba en torno a la transparencia del presupuesto. Me preguntaba si ha tenido contacto con las calificadoras de riesgo recientemente.
– Yo no he conversado recientemente con calificadoras de riesgo (...) pero es claro que ellas, las calificadoras de riesgo, están a la expectativa de qué va a ocurrir con el plan de ajuste fiscal, el plan de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, al igual que lo están haciendo los organismos multilaterales, que lo estamos haciendo básicamente todos los costarricenses y las costarricenses.
“Si no se diera la aprobación, vamos a ver una degradación de la calificación de deuda de Costa Rica, sin lugar a dudas, pero seguimos muy confiados de la aprobación de la ley de fortalecimiento de las finanzas públicas, que eso, aunado a las medidas administrativas, reestablezca la confianza en las calificadoras de riesgo; no solo de ellas, sino también en los organismos multilaterales, en los inversionistas internacionales y sobre todo en los inversionistas y consumidores domésticos, y que eso va a redundar, sin lugar a dudas, en una reactivación del crecimiento económico costarricense”.
Mercado cambiario
– Usted pudo observar en las elecciones presidenciales el debate que se dio en el tema del tipo de cambio, que si estaba en equilibrio, que si era necesario un ajuste. Queremos tener su opinión de este debate.
– Costa Rica adoptó formalmente un régimen de metas de inflación, en enero de este año, y con esa adopción el país se compromete a tener un régimen de política monetaria orientado a la consecución de una meta de inflación a mediano y largo plazo, que en este momento es una meta del 3%, más (o) menos 1%.
"Todas las variables que tienen que ver con la política monetaria, los instrumentos de política monetaria, deben ajustarse para la consecución de esa meta, incluyendo la variable cambiaria, entonces es importante, para seguir consolidando nuestro tránsito hacia las metas de inflación, que el tipo de cambio vaya adquiriendo niveles cada vez mayores de flexibilidad, y la política monetaria ciertamente bajo mi gestión se moverá en una dirección donde el tipo de cambio tendrá grados mayores de flexibilidad, esa es la dirección en que queremos marchar”.
– ¿Mayores respecto a lo que hemos vivido hasta ahora?
– Mayores respecto a lo que hemos vivido en los últimos meses y años, que ha sido un tipo de cambio relativamente estable, creemos que es importante permitir mayores niveles de flexibilidad, pero hacerlo gradualmente, hacerlo paulatinamente.
"¿Por qué? Por dos razones: porque tenemos una vulnerabilidad muy importante en el sistema financiero, que viene dada por el hecho de que se han otorgado créditos por parte del sistema financiero en moneda extranjera a no generadores de moneda extranjera.
“También, porque es importante hacer este paso gradualmente de manera que no comprometa las expectativas inflacionarias, entonces, es importante también tomar eso en cuenta, pero con esas consideraciones sí creemos que el nivel de flexibilidad del tipo de cambio debe ir aumentando gradualmente, debe ir aumentando paulatinamente y en esa dirección nos vamos a mover”.
– Algunos habían criticado que el sistema de flotación administrada era más administrado que de flotación, pareciera que bajo su gestión va a nivelar las dos palabras.
– En efecto, flotación administrada significa que hay cierto nivel de administración cuando las fluctuaciones en el tipo de cambio se estimen violentas, así lo llama justamente la normativa del Banco Central, que autoriza al Banco Central a intervenir para mitigar las fluctuaciones violentas en el tipo de cambio, pero tiene que haber también flotación, y eso es fundamental, es el componente fundamental de ese binomio flotación administrada.
“En respuesta a su primera pregunta, el tema de si estamos o no en punto de equilibrio del tipo de cambio, lo que nos sugiere el mercado cambiario en este momento es que la oferta y la demanda de divisas están más o menos equilibradas”.
– Hay una propuesta que hizo el Banco Central, que fue la de que el margen cambiario del día siguiente no pudiera ser mayor al margen efectivo del día anterior; los bancos hicieron sus observaciones, pero como se hizo la consulta cuando usted no estaba, ahora que usted entra, ¿cómo ve esa propuesta?
– No, la consulta en efecto procedió, el sector financiero tuvo observaciones importantes, en términos concretos no estaban contentos con la propuesta y el Banco Central ha tomado la decisión de dejar de lado esa medida.
– El objetivo que tenía detrás esa medida era reducir el margen cambiario y tratar de llevarlos a un sistema de mayor competencia. El objetivo detrás de la medida, ¿usted cómo lo ve?
– El objetivo fundamental es dejar que el mercado, a través de mejores niveles de competencia, pero también de mejores niveles de información, logre ir empujando el margen de intermediación cambiaria a la baja, pero ciertamente para esto lo que es más importante es dotar de mejor información al público.
– ¿Cómo ve la competencia en el sector financiero? El Estado de la Nación hizo un estudio en el 2016 donde hablaba de que en Costa Rica y leo textual: “La ineficiencia operativa en la banca estatal y su gran poder oligopólico en la intermediación en colones, es una barrera o bien una oportunidad, para que las autoridades puedan exigir un mayor compromiso con la reducción de gastos o generación de nuevos ingresos, para así romper el obstáculo que está provocando en parte una rigidez de los ajustes a la baja en las tasas. ¿Cómo lo valora usted don Rodrigo?
– Yo creo que, en efecto, el Gobierno tiene que ejercer, como accionista único de los bancos del Estado, una función de contralor de la eficiencia administrativa y operativa de los bancos del Estado, y es importante que se ejerza esa función de contralor exigiéndoles que brinden cuentas sobre sus niveles de gastos operativos, por ejemplo, y sus niveles de eficiencia operativa, de manera que los bancos del Estado logren ir reduciendo gradualmente sus márgenes de intermediación financiera.
– Hasta ahora, ¿cómo ve usted ese papel? ¿Se ha hecho o todavía hay que reforzarlo?
– Específicamente, en ese tema la administración (de Luis Guillermo) Solís, la administración anterior, emitió una directriz, que me parece que es del 2015, que creaba una unidad de monitoreo de la eficiencia administrativa de los bancos, y requería un reporte periódico al Consejo de Gobierno sobre cómo iban evolucionando esas métricas, esas variables de eficiencia administrativa que le había pedido a los bancos del Estado que reportaran periódicamente, y eso se ha venido dando, y la administración del señor presidente Carlos Alvarado está empeñada en seguirlo haciendo.
- ¿Cómo está viendo usted la situación de Argentina y Turquía? Si puede llegar a generar un efecto contagio, si puede afectarnos a nosotros como país.
– Tenemos un contexto internacional donde hay desafíos importantes para los mercados emergentes, en particular, uno de los desafíos es esta normalización en la política monetaria por parte de los Estados Unidos, que implica que se espera una salida de capitales gradual de los mercados emergentes hacia los Estados Unidos.
"Se ha dado una salida de capitales de los mercados emergentes hacia los Estados Unidos, pero esa salida de capitales se ha dado específicamente en mercados que se han visto como más vulnerables, Argentina, Turquía; Indonesia en alguna medida también, por razones específicas, vulnerabilidades de sus propias economías.
“Hay otros desafíos importantes para los importadores de petróleo. El aumento en los precios del petróleo sin duda y nosotros Costa Rica, Centroamérica en general, somos importadores de petróleo, es un tema que nos afecta y nos afecta también en la política monetaria, es un desafío que estamos enfrentando, y está también el tema de los niveles crecientes de proteccionismo y el riesgo de que se dé una guerra comercial, una guerra de aranceles entre los países sobre todo los Estados Unidos, Europa, China”.