Gaza, Palestina. El movimiento islamista Hamás y los grupos islamistas palestinos anunciaron el martes un alto al fuego con Israel, alcanzado con el auspicio de Egipto, tras una de las peores confrontaciones entre los dos bandos desde la guerra del 2014.
“Los esfuerzos de Egipto permitieron llegar a un cese del fuego entre la resistencia y el enemigo sionista, y la resistencia lo respetará mientras el enemigo sionista lo haga”, anunciaron los grupos en un comunicado conjunto.
En la franja de Gaza reinaba el martes por la noche una relativa calma y las escuelas, cerradas durante el día, estaba previsto que abrieran el miércoles, según un periodista de la AFP.
Tras el anuncio del alto el fuego, miles de gazatíes participaron en manifestaciones de júbilo en varios puntos del enclave para proclamar la “victoria sobre Israel”.
Por el momento no se obtuvo ninguna confirmación por parte de Israel, que no suele comentar anuncios de este tipo. Solo el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, publicó un comunicado para desmentir haber apoyado el cese de las operaciones israelíes.
En Egipto, mediador histórico en Gaza, el Ministerio de Relaciones Exteriores pidió a Israel, en un comunicado difundido después del anuncio, “cesar inmediatamente todas las formas de acciones militares”.
Según una fuente diplomática conocedora del acuerdo, Israel y Hamás se comprometieron a regresar “a las disposiciones del acuerdo del 2014”, tras una mortífera guerra que los enfrentó durante el verano de ese año. El informante advirtió de que la situación era “muy precaria” y podía estallar “de nuevo”.
Kuwait y Bolivia solicitaron el martes una reunión urgente a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para abordar estos nuevos enfrentamientos.
Repunte de la tensión
Desde el lunes por la tarde, una nueva escalada de violencia en Gaza y las zonas israelíes cercanas hace temer el estallido de una cuarta guerra desde el 2008 en el enclave. En menos de 24 horas, al menos siete palestinos murieron en los ataques israelíes que respondían al lanzamiento de cientos de cohetes desde Gaza que dejaron un muerto y decenas de heridos en territorio israelí.
Entre todos los repuntes de violencia recientes, este es el que más amenazó los esfuerzos de las Naciones Unidas y Egipto para conseguir llegar a una tregua durable entre Israel y Hamás.
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Este martes, aunque seguían disparándose cohetes desde el territorio palestino hacia Israel, desde donde proseguían los bombardeos contra posiciones militares en la Franja, los intercambios eran de menor intensidad.
Durante la noche, decenas de miles de israelíes de Ascalón y otras localidades cercanas al enclave habían estado corriendo sin cese hacia los refugios alertados por las sirenas.
Así amaneció la ciudad de Ashkelon, sur de #Israel. #Gaza #Hamas pic.twitter.com/csVeA2F2ut
— @damianpachter (@damianpachter) November 13, 2018
En la franja de Gaza se oyeron toda la noche los ataques israelíes, que destruyeron varios edificios, incluyendo la sede de la televisión de Hamás y las oficinas de un servicio de seguridad.
El Ejército de Israel contabilizó unos 460 disparos de cohetes desde el lunes a media jornada. Como respuesta indicó haber atacado cerca de 160 posiciones militares del movimiento islamista Hamás y de su aliado, la Yihad Islámica.
Israel se enfrenta “sin duda a los disparos de cohetes más intensos desde el verano del 2014 (...) y al ataque más grave por parte de organizaciones terroristas contras las poblaciones civiles israelíes”, afirmó un portavoz del Ejército, el teniente-coronel Jonathan Conricus.
El Ejército envió refuerzos de infantería y vehículos blindados y desplegó nuevas baterías antimisiles, aunque de momento no apeló a los reservistas, como hizo en 2014. Un periodista de la AFP vio tanques que se dirigían hacia la Franja.
Los grupos armados palestinos y el Ejército israelí intercambiaron amenazas y el brazo armado de Hamás, las brigadas de Ezzeldin Al Qasam, advirtió de que ampliaría su campo de acción en función de la respuesta del Estado hebreo.
La escalada empezó el domingo con una infiltración de las fuerzas especiales israelíes, una operación que terminó con la muerte de un teniente-coronel israelí y de siete palestinos, entre ellos un comandante del brazo armado de Hamás.
En represalia, las brigadas Al Qasam hirieron gravemente a un soldado en un ataque con un misil anticarro, lo que desató la respuesta israelí. Decenas de israelíes resultaron levemente heridos, sobre todo por esquirlas, según los servicios de socorro.
En Ascalón, falleció un trabajador palestino originario de Cisjordania, identificado como Mahmud Abu Asba, de 48 años.
La franja de Gaza vive bajo tensión desde marzo y al menos 234 palestinos murieron desde entonces. También fallecieron dos soldados israelíes.