El exalcalde David Smolansky salió de Venezuela asemejando la apariencia de un seminarista. En los 35 puntos de seguridad que debió pasar en su camino a Brasil se presentaba como un estudiante religioso y explicaba a las autoridades que trabajaba con un sacerdote para pasar desapercibido. Incluso, decidió cambiar su aspecto: se quitó la barba y se colocó anteojos.
El opositor huyó de su país en setiembre del año pasado, luego de que la Justicia venezolana emitiera una orden de prisión de 15 meses en su contra, porque como alcalde del municipio El Altillo se negó a reprimir protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro. El Tribunal Supremo de Justicia alegó que la petición de captura se dio por una “obstrucción al libre tránsito”.
Cuando llegó a Brasil viajó por aire a Estados Unidos, donde en los últimos meses se ha dedicado a seguir de cerca el tema de la migración venezolana. En setiembre pasado y justo cuando cumplió un año en el exilio, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, lo nombró coordinador del Grupo de Trabajo para Abordar la Crisis Regional de Migrantes y Refugiados Venezolanos.
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En sus primeras observaciones, Smolansky resalta la necesidad de que la región una esfuerzos para dar una respuesta coordinada al éxodo venezolano. Por ello, exhorta a los países latinoamericanos a declarar con urgencia una alerta migratoria, pues se estima que al menos 5.000 personas salen del país a Colombia ante la escasez de bienes básicos que se disparó como efecto de una crisis económica sin precedentes.
El exalcalde, que atendió las consultas de este diario por teléfono el lunes 1° de octubre, también perfila a las personas que huyen del país suramericano y detalla cómo se llevan a cabo los flujos de salida de los venezolanos. Al tiempo que denuncia al régimen de Maduro quien, en su criterio, convirtió la situación del país en “un deslave humano”.
– ¿Cuáles han sido los principales hallazgos del grupo de trabajo en este primer mes de labores?
- Lo primero que hay que decir es que son 5.000 venezolanos los que salen cada día del país. Si uno proyecta esto a un año estaríamos hablando que al menos 2 millones de personas se irían de Venezuela en 12 meses. En segundo lugar, es importante aclarar que ningún venezolano se va por voluntad propia. La inmensa mayoría de personas que salen lo hacen separadas de su familia. De esas 5.000 personas, 2.000 se quedan en Colombia y 3.000 siguen hacia otro país de Latinoamérica.
"Por su parte, Colombia reporta cuatro tipos de flujo migratorio. En primera instancia, la migración destino que es aquella persona que decide quedarse en Colombia. Luego está la migración de tránsito que es cuando las personas utilizan Colombia para llegar a otro territorio. Hay muchos venezolanos que llegan a Colombia y luego siguen a Ecuador, Perú, Argentina o Chile o inclusive a países centroamericanos como Panamá y Costa Rica, pero lo más común es Suramérica.
“En tercer lugar, se encuentra la migración de retorno, que son aquellos venezolanos que decidieron regresar al país. Por último, está la migración pendular, la cual consiste es los ciudadanos que cruzan la frontera al país vecino para comprar comida, medicinas o algún repuesto del vehículo, ya que en Venezuela no se consigue. Diariamente son más de 30.000 personas las que hacen esto. Es realmente escandaloso tener tantas personas que cruzan la frontera no porque haya un intercambio comercial activo, sino más bien lo hacen por necesidad”.
– ¿De dónde obtienen la cifra de los 5.000 venezolanos que salen del país a diario?
- Hemos manejado dos fuentes. El gobierno de Colombia, en la reunión que tuvimos con las autoridades de Migración Colombia, nos dijo que son 5.000 venezolanos los que llegan a diario, y recientemente el jefe del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, dio esa cifra.
“La crisis humanitaria en Venezuela no tiene precedentes. La dictadura venezolana ha generado unos flujos migratorios similares a los de países que han pasado por guerras o catástrofes naturales. La gente se va por la falta de comida y medicinas, también por la inseguridad o la hiperinflación. Además, hay casos de persecución política, personas que han sido amenazadas o que tienen orden de arresto y que la única opción que les queda es salir del país en condición de exiliados”.
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– ¿La salida de venezolanos se incrementó luego de las medidas económicas que impuso el presidente Nicolás Maduro en agosto?
- Este éxodo se ha acentuado desde el 2014 en adelante. Según Naciones Unidas, desde el 2014 hasta el 30 de junio del 2018, 2,3 millones de venezolanos habían salido del país. Esta situación es tan alarmante por la cantidad de personas que han huido y por la cantidad de personas que van a seguir saliendo que urge que la región decrete una crisis de refugiados. Es importante que América Latina decrete esta alerta, porque se puede tener una política similar en toda la región para darle protección y atención a los migrantes y refugiados venezolanos en cuanto a su regularización, documento de identificación, acceso al trabajo, educación y salud.
“También hay una propuesta del Banco Interamericano de Desarrollo para crear un fondo de cooperación multilateral y darle atención al migrante, que no solo se piense en mejorar su situación actual, sino que también se considere a futuro para que esa persona pueda volver a Venezuela y contribuya con la recuperación económica”.
– ¿Cómo se evalúa desde la OEA la respuesta de países como Ecuador, Perú o Brasil para atender la crisis migratoria?
- Como un venezolano que está en el exilio desde hace un año, estamos muy agradecidos con los países que han recibido tantos venezolanos. El tema es que esta situación va a seguir mientras Nicolás Maduro se mantenga en el poder. Creemos que hay oportunidades si millones de personas logran integrarse a esas sociedades, entrar al mercado laboral y capacitarse. Creo que es un ganar-ganar para todos.
“Así se beneficia a un individuo que de ser refugiado pasa a ser productivo para el país que lo recibe, pues le conviene que una persona aporte a su economía y para el momento de la reconstrucción de Venezuela vamos a necesitar a todas esas personas, porque si hay algo común con los venezolanos que he hablado es que no hay garantía para poder volver a su tierra”.
– Sin embargo, en estos momentos en los que urge la solidaridad de la región, Brasil decidió militarizar la frontera como medida para contrarrestar la migración venezolana. Incluso, se reportaron ataques xenofóbicos.
- En Brasil hay unos 5.000 refugiados ubicados en carpas que son administradas por Acnur. El organismo se encarga de todo el trato con las personas al momento de alimentarlas, implementar algún programa educativo, atención médica. Mientras que la Fuerza Armada de Brasil tiene a su cargo toda la logística, especialmente lo que es la custodia de esos refugios y la instalación.
“Afortunadamente las manifestaciones xenofóbicas han sido focalizadas y minoritarias, pero no podemos dejar que ese monstruo crezca. Cualquier campaña contra la xenofobia tiene que ir impulsada no solo de los gobiernos nacionales, sino de los gobiernos locales. Eso va a ayudar a una integración mucho más sana de los venezolanos en los países que los reciban”.
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– Colombia es el principal país receptor de migrantes venezolanos, ¿cómo ha sido la posición del nuevo gobierno de Iván Duque sobre el éxodo?
- El gobierno de Colombia tiene como prioridad esta crisis migratoria. El presidente Iván Duque impulsa una política que ha denominado “Brazos abiertos”, es decir, ellos no van a dejar de recibir venezolanos, pero también creen que esta crisis hay que afrontarla no de manera aislada, sino de manera regional.
“Uno de los planes que tenemos como grupo de trabajo es que en las próximas semanas vamos a estar visitando distintos países receptores. Ya estuvimos en Colombia, pero queremos ir a Perú, Brasil, Chile y Argentina. Además, la idea es que en unos meses podamos publicar un informe objetivo serio, transparente y legítimo”.
– ¿Cuál es el perfil que manejan de los venezolanos que deciden abandonar su país?
- La familia se separa, no se va del país completa. La mayoría de las personas que están abandonando Venezuela se encuentran en condición de pobreza, vienen de una condición vulnerable. Uno los ve, en el caso de Brasil, durmiendo en carpas. En el caso de Colombia, también se ven durmiendo en albergues o refugios. La Iglesia católica tiene solamente en el norte del departamento de Santander ocho comedores en los que están repartiendo 10.000 comidas diarias. En abril, esos mismos comedores repartían 2.000 comidas a diario. En tan solo meses se quintuplicó el suministro de comida.
“Hay muchos niños y adolescentes con síntomas de desnutrición, porque no podían comer tres veces al día. Uno ve personas que no solo duermen en albergues, sino también en espacios públicos, como calles y plazas. La persona cuando se va de Venezuela no lo hace con maletas muy grandes, se lleva una mochila y ahí mete la ropa que le alcanza”.
– ¿Qué reporte tienen sobre lo que está ocurriendo actualmente en Venezuela?
- En Venezuela se está viviendo un deslave humano. Es una crisis humanitaria sin precedentes, por la falta de comida y de medicinas. También está la inseguridad, Caracas es la capital con la tasa de homicidios más alta del mundo y está dentro de los tres países más violentos del mundo.
"En los últimos cinco años la economía se ha reducido un 50%, eso es peor que la crisis económica que tuvo hace unos años Grecia y que la crisis que tuvo España durante la guerra civil. La situación es solamente comparable con países que han tenido conflictos armados. El venezolano no está viviendo, está sobreviviendo. Hay que entender que Nicolás Maduro hoy no goza de popularidad, él se mantiene por una élite militar que tampoco representa el sentir de la mayoría de la Fuerza Armada Nacional que lo protege con armas, por eso es que se sostiene Nicolás Maduro.
"La mejor solución para la crisis migratoria es que en Venezuela haya democracia. Si hay democracia en Venezuela no solamente se frenará este éxodo masivo, sino muchos países que hoy tienen cientos de miles de venezolanos se les va a descongestionar esta cantidad de gente, porque las personas a querer regresar a Venezuela. Mientras la dictadura perdure, perdurará el éxodo. Mientras más rápido vuelva la democracia, muchos venezolanos van a regresar a su país.
“Nosotros tenemos una política que la llamamos “Mano amiga, brazo fuerte”, la mano amiga es brindarle atención y protección a los migrantes venezolanos en el tiempo que dure esta situación para ellos. El brazo fuerte es no dejar de denunciar la crisis humanitaria y la violación masiva de derechos humanos que ha hecho que tantas personas se vayan en contra de su voluntad de Venezuela”.
– Según la previsión que ustedes tienen, no parece que esta crisis humanitaria vaya a acabar pronto.
- Todo se resume en que en Venezuela hay una dictadura y mientras se mantenga la dictadura en Venezuela van a seguir los flujos migratorios van a seguir a este ritmo, van a aumentar. Cuando se recupera la democracia en Venezuela, el éxodo se va a frenar y mucha gente va a volver. La región debe tener una política unitaria para darle la mejor atención y protección al migrante venezolano, al mismo tiempo tiene que seguir denunciando y ejerciendo acciones por la violación masiva a los derechos humanos.