Washington. Un ejército de militantes y candidatos recorren Estados Unidos este domingo para llamar a votar el martes en las elecciones de medio mandato, que la oposición demócrata presenta como un referendo sobre la administración de Donald Trump a dos años de haber llegado al poder.
"No se ha visto nunca tanto entusiasmo en los republicanos, salvo quizás en la presidencial del 2016″, dijo el mandatario en la Casa Blanca antes de partir a Georgia para otro mitin en apoyo a los candidatos republicanos.
La oposición es consciente que la historia de estos comicios suele ser fatal para el partido en el poder, y espera un voto castigo aún más categórico contra Trump, a quien varios legisladores y candidatos acusan abiertamente de mentir, enterrar el sistema de protección social y dar rienda suelta a la extrema derecha.
Barack Obama en el 2010, George W. Bush en el 2006, Bill Clinton en 1994 y Ronald Reagan en 1986: cada uno perdió la mayoría en la Cámara de Representantes, la cámara baja del Congreso, cuyos 435 escaños serán enteramente renovados por dos años.
Nunca tanto dinero había sido devorado en una votación de medio mandato, creando una avalancha de anuncios en televisión, radio e Internet.
En uno u otro bando se gastaron más de $5.000 millones para influenciar el voto de los estadounidenses, eclipsando en 35% el anterior récord para unas elecciones de medio mandato, en el 2014, según el sitio especializado Opensecrets.org.
El flujo de dinero y de entusiasmo proviene principalmente del campo demócrata, decidido a romper el dominio republicanoen el Poder Legislativo.
LEA MÁS: ¿Por qué son importantes las elecciones de medio periodo en Estados Unidos?
Sondeos favorecen a los demócratas
Pero la pelea es muy diferente entre las dos cámaras del Congreso. En la Cámara de Representantes, donde los demócratas deben arrancarle 23 escaños a los republicanos para lograr la mayoría, los sondeos les favorecen a nivel nacional.
Una encuesta publicada el domingo por el Washington Post, y similar a otras, le da 50% de intenciones de voto a los demócratas contra 43% para los republicanos. El último sondeo CBS prevé como el escenario más probable una estrecha mayoría demócrata. Pero predecir el resultado en los más de sesenta distritos realmente en juego es tarea imposible.
En el Senado, donde solo 35 bancas de 100 están en disputa para mandatos de seis años, los republicanos marchan con ventaja, porque las elecciones –azar del calendario– tienen lugar sobre todo en estados conservadores.
Según Trump, una derrota en la Cámara de Representantes se explicaría por el hecho de que él físicamente no puede hacer campaña con cada candidato. Sin embargo, “puedo ayudar a los senadores, y pienso haberlos ayudado bien, a cinco, seis o siete de entre ellos”.
Los demócratas reconocen que la probabilidad de reconquistar la cámara alta es baja. “Es duro”, dijo a la AFP, Claire McCaskill, senadora demócrata a la reelección por Misuri, un estado que votó por Trump en el 2016.
“No solo vamos a conservar la mayoría, sino que vamos a reforzarla”, dijo, muy confiado, el senador republicano Thom Tillis a Fox News el domingo. “Será una gran noche”.
Estados Unidos podría entonces amanecer el 3 de enero del 2019 con un Congreso dividido entre los dos partidos. Ese escenario es suficiente para meter trabas al jefe del Ejecutivo, que verá su agenda legislativa completamente bloqueada durante los 22 meses previos a la próxima elección presidencial, en noviembre del 2020.
LEA MÁS: Republicanos y demócratas no se dan tregua en lucha electoral por el control de California
Trump insta a combatir el socialismo
De Misuri a Florida, pasando por Montana, Georgia o Tennessee, Trump está en primera línea para instar a quienes votaron por él hace dos años a ir a las urnas.
En el cierre de la campaña, su mensaje es “muy simple”, como dijo el sábado: prosperidad y seguridad, vanagloriándose de la salud de la economía y una tasa de desempleo en su nivel más bajo en medio siglo.
Una derrota de los republicanos, advirtió en Florida, precipitaría la llegada del socialismo y de hordas de criminales provenientes de América Central.
“Impondrán el socialismo. Bienvenidos a Venezuela”, dijo.
Los demócratas, dijo, “quieren borrar las fronteras” y dar más derechos “a los clandestinos que a los ciudadanos estadounidenses”.
Desde hace varias semanas, el presidente presenta en términos alarmantes las caravanas de miles de migrantes centroamericanos que actualmente atraviesan México camino a Estados Unidos.
El mandatario ordenó el despliegue de miles de soldados a la frontera, y la cadena Fox News difundió el domingo imágenes de militares instalando alambres de púas.
Del lado opositor, Barack Obama salió de su reserva para movilizar al electorado demócrata. Este domingo estará en Indiana y en Chicago, Illinois.
LEA MÁS: Aunque no son candidatos, Trump y Obama libran una batalla por los votos