Moscú. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió el miércoles a Estados Unidos de que si abandona un histórico tratado de misiles nucleares y empieza a desarrollar los misiles vetados en el acuerdo, Moscú hará lo mismo.
Las declaraciones del mandatario ruso a agencias de noticias se produjeron un día después de que el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció ante la OTAN que Washington suspendería sus obligaciones sobre el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio de 1987 (INF por sus siglas en inglés) en el plazo de 60 días, al alegar un “engaño” de Rusia.
Moscú niega haber violado el pacto.
Donald Trump anunció antes este año su decisión de retirarse del INF, considerado una piedra angular de la seguridad global, y acusó a Rusia y China, que no firmó el acuerdo, de violarlo.
Putin dijo el miércoles que la decisión de Washington acerca del INF supone que las autoridades estadounidenses han decidido que su país “debe tener estas armas”. La respuesta de Moscú, según el mandatario, será: “Nosotros haremos lo mismo”.
“Primero, la parte estadounidense anuncia su intención de retirarse del Tratado (...) Después, comienza a buscar motivos para hacerlo”, comentó Putin. “La justificación número uno es que nosotros violamos alguna cosa. Al mismo tiempo, como siempre, no se ha proporcionado ninguna evidencia de estas violaciones de nuestra parte”, agregó.
Funcionarios rusos expresaron antes en el día de “represalias” no especificadas a la decisión de Estados Unidos, quien compartió con sus aliados de la OTAN pruebas de inteligencia que, según afirma, muestran el nuevo misil de crucero ruso SSC-8 disparado desde tierra que podría dar a Moscú la capacidad de lanzar un ataque nuclear en Europa con poco o ningún aviso.
Rusia sostiene que el alcance del nuevo sistema no supera los 500 kilómetros.
El tratado INF (Intermediate Nuclear Forces Treaty) fue firmado en 1987 por el último dirigente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, y el presidente estadounidense de entonces, Ronald Reagan. Este acuerdo, que suprimía el uso de toda una serie de misiles de entre 500 km y 5.000 km de alcance, puso fin a la crisis desatada en los años 1980 por el despliegue de los SS-20 soviéticos con ojivas nucleares en Europa oriental, y misiles estadounidenses Pershing en Europa occidental.
Pompeo añadió que Washington “acogería con agrado un cambio de actitud ruso”, pero que no vio señales de ello.
El jefe del Estado Mayor de Rusia, el general Valery Gerasimov, manifestó en una reunión con agregados militares extranjeros el miércoles que si Estados Unidos “quiere destruir” el tratado, “no lo dejaremos sin respuesta”.
No ofreció más detalles, pero dijo a los militares que serían los países que albergan misiles de alcance intermedio estadounidenses los que se convertirían en objetivos inmediatos de Moscú.
Rusia ya recibió la notificación oficial de Estados Unidos sobre su intención de abandonar el INF, indicó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Zakharova, a reporteros el miércoles.
Zakharova insistió en que el Kremlin siempre ha respetado el tratado y considera que es "uno de los pilares clave de la estabilidad estratégica y la seguridad internacional”.