París. Los violentos incendios que dejaron decenas de muertos en las últimas horas cerca de Atenas figuran entre los más mortíferos en Europa en lo que va de siglo, con los de Portugal en 2017 y otros también en el país heleno en 2007.
64 personas murieron y más de 250 resultaron heridas en un gigantesco incendio forestal que se declaró el 17 de junio de 2017 en Pedrogao Grande, en el centro del país, y luego se propagó a regiones cercanas.
La mayoría de las víctimas perecieron en sus coches, atrapados por las llamas.
En cinco días el fuego consumió unas 46.000 hectáreas de bosque y maleza.
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Portugal ya había sido golpeado en 2003 por graves incendios que arrasaron durante una ola de calor el centro y el sur del país durante semanas, con saldo de 20 muertos. Unas 425.000 hectáreas quedaron reducidas a cenizas.
En 1966, un incendio en el bosque de Sintra, al oeste de Lisboa, provocó la muerte de 25 militares que trataban -en vano- de combatir las llamas.
En 2015, 34 personas murieron en los incendios que arrasaron desde mediados de abril 10.000 km2 en Siberia.
Los focos, que arrancaron en Jakasia (sur siberiano), destruyeron 2.000 casas, se propagaron hasta Mongolia, unos 200 km más al sur, desde donde continuaron para alcanzar casi la frontera china, según la sección rusa de Greenpeace.
Cinco años antes, en 2010, la parte occidental del país, enfrentada a una ola de calor y una sequía sin precedentes, fue devastada por incendios que se cobraron unas 60 vidas entre finales de julio y finales de agosto. Más de un millón de hectáreas de bosques y matorrales fueron destruidas y pueblos enteros fueron calcinados.
77 personas murieron a finales de agosto en unos incendios forestales sin precedentes, que quemaron 250.000 hectáreas en el Peloponeso (sur) y la isla de Evia (nordeste de Atenas).
Muchas víctimas fallecieron cuando trataban de huir presas del pánico de los pueblos rodeados por las llamas, que amenazaron las ruinas de Olimpia.
En 2012, cinco personas acusadas de tener responsabilidad por estos incendios fueron condenadas a 10 años de prisión con la sentencia en suspenso por un tribunal del Peloponeso: un subprefecto, un exalcalde, el jefe de los bomberos locales, un bombero y una mujer acusada de provocar el incendio cuando cocinaba.