Tijuana, México. Unos 500 migrantes centroamericanos se lanzaron sobre la valla fronteriza que divide a México de Estados Unidos en Tijuana, pero desistieron de cruzar al ser alcanzados por gases lacrimógenos desde el norte, al tiempo que los estadounidenses cerraron la frontera.
Desesperados de estar hacinados en un albergue donde hay aproximadamente 5.000 personas, unas 500 personas se treparon sobre una de las dos vallas fronterizas y un puñado consiguió por momentos superar la segunda, cubierta de alambre de púas, constató un equipo de la AFP.
“Estamos dispuestos a dejar aquí la vida con tal de pasar”, dijo Mario López, hondureño que empujaba a su hija de tres años a través de un agujero del muro fronterizo a ras de terreno durante la intentona. La pequeña, quien había perdido sus sandalias en la estampida, se arrastró en la tierra queriendo pasar al otro lado.
Unas tres horas después de la refriega, los migrantes asustados y resignados empezaron a regresar al albergue, y sólo unas decenas quedaban en las cercanías de la valla que separa a Tijuana de la estadounidense San Diego.
“Cuando nos echaron los gases químicos nos asustamos mucho, pensamos que nos iban a disparar y por eso nos alejamos del muro”, expresó Flor Jiménez, hondureña de 32 años, mientras empujaba una carriola."Nos habían dicho que si cruzábamos ya nos iban a dar asilo, porque estábamos en Estados Unidos, pero ahora parece que nos querían matar y nos dio mucho miedo", añadió la mujer que viaja con su esposo, su hermana y su hija pequeña.
El Ministerio de Gobernación de México advirtió en un comunicado de que “procederá a deportar inmediatamente a las personas plenamente identificadas que participaron en estos hechos violentos”, aunque no informó de migrantes ya detenidos.
La Alcaldía de Tijuana indicó que por estos hechos 24 hondureños y 15 mexicanos fueron aprehendidos, sin precisar si los entregó a Gobernación.
Tras el incidente, en puntos estratégicos de Tijuana desplegaron agentes antimotines y policías migratorios mexicanos.
Todo empezó por la mañana, cuando un millar de migrantes salieron del refugio, donde algunos ya tienen una semana, para marchar hacia el puente fronterizo de El Chaparral, donde querían exigir, como hicieron el jueves sin incidentes, que Estados Unidos les permita pasar para solicitar asilo.
Pero unos 500, incluidas mujeres con niños, decidieron separarse de la columna para lanzarse hacia la valla, donde se empezaron a arremolinar, empujándose entre ellos en medio de gritos y llantos de niños.
“¿Ya estamos en Estados Unidos?”, preguntaron con desesperación migrantes mientras intentaban cruzar.
Contención desde Estados Unidos
Desde México se escuchaban las sirenas de los vehículos de la patrulla fronteriza estadounidense que recorrían la zona levantando una nube de tierra.Helicópteros estadounidenses sobrevolaron cerca de la frontera, controlando los intentos de los migrantes y lanzado gases lacrimógenos. Incluso cruzaron el límite y sobrevolaron el lado mexicano, constató AFP.
La multitud trató de protegerse de los gases cubriéndose el rostro, mientras mujeres auxiliaban a los niños. Muchos recularon e incluso una mujer cayó del muro y se desmayó. “Nos van a matar!”, gritaba otra tratando de recoger a la desmayada.
La intentona tomó desprevenidas a la Policía de Tijuana y a la Federal, que estaban cerca de la marcha y que se vieron superadas.
Luego del incidente, la agencia de aduanas y de seguridad fronteriza de Estados Unidos cerró por completo el paso fronterizo con Tijuana, aunque horas después permitía el paso de peatones.
Un periodista observó que un puñado de centroamericanos consiguieron por momentos cruzar hacia territorio estadounidense, pero regresaron cuando lanzaron los gases.
“Algunos grupos (de migrantes) trataron de manera violenta e intempestiva de ingresar por diversos medios y lugares a territorio estadounidense”, declaró a la televisora Milenio Alfonso Navarrete, ministro de Gobernación (Interior) de México.
Afirmó también que tienen identificadas “a dos o tres personas que estuvieron instigando de manera violenta” a los migrantes.
Junto al muro del lado mexicano quedaron esparcidas ropa, cobijas y otros objetos que las personas abandonaron para escalar la valla.
Estos migrantes, la mayoría de hodureños, forman parte de una gigantesca caravana que llegó a sumar unos 7.000, de los cuales 5.000 han llegado hasta Tijuana.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha advertido de que no permitirá que pidan refugio quienes crucen ilegalmente y ha amenazado con cerrar los más de 3.200 km de frontera con México.
Además, presiona para que México albergue a los migrantes mientras esperan a que sus solicitudes de asilo sean procesadas en Estados Unidos.El sábado, el diario The Washington Post publicó que Estados Unidos y el próximo gobierno mexicano –encabezado por el izquierdista Andrés Manuel López Obrador– se encaminan a un acuerdo sobre el espinoso tema de esa migración.
Olga Sánchez Cordero, actual senadora y futura ministra de Interior y quien era citada por el rotativo estadounidense para confirmar el acuerdo, precisó en un comunicado que aún no se ha cerrado pacto alguno, que el nuevo gobierno asume el 1.° de diciembre y su principal objetivo es preservar los derechos humanos de los migrantes.
La caravana salió de Honduras hace más de un mes en un agotador recorrido de más de 4.000 km hasta Tijuana.