Buenos Aires. El Senado de Argentina rechazó este jueves un proyecto para legalizar el aborto con 38 votos en contra de la iniciativa, 31 a favor y dos abstenciones, informó la presidenta de la Cámara, Gabriela Michetti.
La propuesta había sido aprobada en primer debate por la Cámara de Diputados, pero necesitaba la ratificación del Senado para convertirse en ley.
Aprobada en primera discusión por la Cámara de Diputados el pasado 14 de junio, la propuesta tuvo en el Senado 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones, informó la presidenta del parlamento, Gabriela Michetti.
Para convertirse en ley, la iniciativa necesitaba la ratificación del Senado.
La decisión fue recibida con un estallido de alegría por los manifestantes que se oponían a la norma y que desde las primeras horas del miércoles coparon los alrededores del Congreso.
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Entre los que apoyaban el sí, la reacción osciló entre la tristeza y la rabia. Algunos lanzaron piedras y quemaron basura, mientras la policía trataba de disolverlos con chorros de agua y gases lacrimógenos.
Pero los impulsores de la legalización del aborto aseguraron que no se darán por vencidos.
“El futuro no le pertenece al no. Más temprano que tarde las mujeres van a tener la respuesta normativa que necesitan. Más temprano que tarde el sí va a ganar este debate”, dijo el senador Miguel Angel Pichetto, jefe del bloque del Partido Justicialista (peronista) en su discurso de cierre.
Durante los últimos cinco meses Argentina vivió un intenso y acalorado debate que del parlamento se trasladó a las calles.
En varias ciudades de América Latina, como Ciudad de México, Quito, Lima, Rio de Janeiro y Santiago, grupos a favor de la legalización del aborto se manifestaron frente a representaciones diplomáticas de Argentina con el característico pañuelo verde de la campaña por el aborto legal.
En la noche, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, ofició una misa en la catedral de Buenos Aires, retransmitida desde una pantalla gigante ubicada en una desierta Plaza de Mayo, a un kilómetro de la sede del Senado.
En Argentina, país del papa Francisco, hay gran influencia de la Iglesia católica. Sin embargo, el país fue pionero en la región en aprobar el matrimonio igualitario en el 2010.
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En América Latina, el aborto solamente es legal en Cuba y Uruguay. También se permite en la Ciudad de México.
Con el rechazo del Senado, las únicas posibilidades de realizarse un aborto en Argentina seguirán siendo cuando corra peligro la vida de la mujer o cuando el embarazo sea producto de una violación.
Sectores a favor de la ley evalúan convocar un referendo.
“Cuando hay una Cámara que opina de una manera y otra que piensa de otra manera, en caso de que sea rechazado, demuestra que la representación del pueblo está dividida. Eso amerita, tal vez, un sistema de decisión de democracia directa que prevé la Constitución a través de la consulta vinculante. Es posible que propongamos esto”, adelantó Daniel Lipovetzky, diputado del oficialista Cambiemos y que tuvo a su cargo el debate en la Cámara baja.
Una iniciativa para reducir de 14 a 12 semanas el lapso en el que se autorizaría el aborto y lograr así más adhesiones en el Senado fracasó.
Al igual que ocurrió en la Cámara de Diputados, las posiciones de los senadores son individuales y no responden a líneas partidistas.
En la sesión, intervino la expresidenta y actual senadora Cristina Fernández, en su primera aparición pública en semanas.
Al defender la iniciativa, Fernández sostuvo que “se puede estar de acuerdo o no, pero lo más grave de esta noche es que estamos rechazando un proyecto sin proponer nada alternativo y la situación va a seguir siendo la misma”, en alusión a los abortos clandestinos que ONG calculan en unos 500.000 al año.
Fernández, que durante sus dos mandatos (2007-2015) se rehusó a presentar el proyecto de ley, aseguró en el Senado que “fueron las miles de chicas que se volcaron la calle quienes me hicieron cambiar de opinión”.
El presidente Mauricio Macri, impulsor del debate, sostuvo que “no importa cuál sea el resultado, hoy ganará la democracia”.
Durante toda la jornada, decenas de miles de manifestantes a favor de la legalización, identificados con pañuelos verdes, y los que se oponían, que usan el color celeste, se mantuvieron apostados en los alrededores del Congreso.
“Esto no es aborto sí o aborto no, es aborto legal o aborto clandestino”, afirmó Adriana Saucedo, de 57 años, en alusión a uno de los lemas de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, lanzada hace 15 años.
Entre los celestes, el sacerdote Federico Berruete, de 35 años, se congratuló por lo que consideró “una gran muestra de fe”.
“Mucha gente se ha movilizado para un país más humano. Hay que defender al niño por nacer”, afirmó.