Berlín. Ángela Merkel, quien sufrió el domingo un nuevo revés electoral regional, anunció este lunes que su actual mandato de canciller de Alemania, que termina en el 2021, “será el último”, y que renunciará además a la presidencia de su partido.
"Hoy ya es hora de iniciar un nuevo capítulo" declaró la canciller, visiblemente emocionada, durante una rueda de prensa en Berlín.
Este mandato, que comenzó en marzo y el cuarto desde que llegó al poder en el 2005, “será el último”, aseguró. Merkel dijo que en el 2021 no tiene la intención de iniciar una carrera política en las instituciones europeas, a diferencia de lo que supusieron algunos medios alemanes.
En resumen: una vez terminado su mandato actual, pondrá fin a su carrera política en el primer plano.
Merkel también anunció que dejará en diciembre la presidencia de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que dirige desde hace 18 años.
La secretaria general de la CUD, Annegret Kramp-Karrenbauer, cercana a la jefa de Gobierno, ya expresó su intención de suceder a Merkel como presidenta del partido, paso previo a una candidatura a la Cancillería alemana.
Todo ello es posiblemente consecuencia del grave revés electoral del partido de Merkel el domingo en la región de Hesse.
Hasta ahora, Merkel había asegurado que consideraba que la presidencia de la CDU y la Cancillería eran indisolubles, pues en caso contrario el jefe de Gobierno podría perder credibilidad y autoridad.
¿Por qué hasta el 2021?
Pero Merkel justifica ahora su intención de agotar su mandato de canciller hasta el 2021 por la necesidad demostrar “responsabilidad” al frente de su país, en un contexto mundial e interno agitado.
Pero este final de mandato puede ser muy complicado para la dirigente.
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Al anunciar su partida con más de dos años de antelación, Merkel corre el riesgo de perder credibilidad, en especial en una Unión Europea (UE) amenazada de crisis.
Al realizar previamente este anuncio durante una reunión de la CDU, Merkel fue ovacionada por los miembros de la dirección de su partido.
La canciller lucha desde hace meses por mantener su coalición con los socialdemócratas del SPD, pero esta parece al borde de la implosión tras los fracasos electorales para ambos partidos este domingo en Hesse y a principios de octubre en Baviera.
Los dos grandes partidos asociados en el gobierno de la canciller en Berlín –su CDU y el Partido Socialdemócrata,SPD– registraron el domingo pérdidas equivalentes en las elecciones regionales celebradas en Hesse, la región en la que se encuentra la capital financiera del país, Fráncfort.
El partido de Merkel quedó primero y podrá seguir gobernando el Land, aliándose con otras formaciones, pero su resultado en torno al 27% representa un retroceso de 11 puntos respecto a las últimas elecciones, de 2013. El SPD también bajó 11 puntos, con algo menos del 20% de los votos.
En cambio, los ecologistas duplicaron sus resultados, con cerca del 19,6% de los votos, mientras que la ultraderecha de AfD (Alternativa para Alemania) logró entrar en el último Parlamento regional en el que no estaba presente, con un salto del 13%.
AfD se felicitó este lunes por los anuncios de Merkel, cuya popularidad no ha parado de caer desde su decisión de abrir la frontera a más de un millón de refugiados en el 2015 y el 2016, mientras emergía de forma paralela la extrema derecha.
Su futura retirada "tiene mucho que ver con nosotros", se jactó el copresidente de AfD, Alexander Gauland.
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El presidente de otro partido de oposición, Los Liberales, Christian Lindner, ironizó sobre el hecho de que “Merkel abandona el mandato equivocado” al renunciar a la presidencia del CDU y no de inmediato a la Cancillería.
Por otra parte, cada vez hay más militantes socialdemócratas del SPD que reclaman una “cura” en la oposición y que se abandone la coalición gubernamental con Merkel, ante el temor de que su partido desaparezca. El SPD está también en caída libre en los sondeos nacionales, ya superado por la ultraderecha, con un 15%, frente al 16% de Alternativa por Alemania (AfD).