Madrid. El gobierno socialista español aprobó este viernes un decreto para exhumar al exdictador Francisco Franco del mausoleo donde reposa cerca de Madrid, una decisión que suscita una fuerte crispación política en una España que no acaba de digerir su pasado.
Para ejecutar la medida, a la que se oponen la familia del exgobernante y la oposición conservadora, el gobierno de Pedro Sánchez optó por un decreto ley, que en setiembre deberá ser aprobado en la Cámara Baja (Congreso de los Diputados) del Parlamento.
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Los socialistas son claramente minoritarios, aunque confían en alcanzar la mayoría con el apoyo de la izquierda radical de Podemos y los nacionalistas vascos y catalanes.
“Un país que mira al futuro debe estar en paz con su pasado”, tuiteó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la aprobación del decreto. Señaló que su ejecutivo "actúa con serenidad para devolver la dignidad a las víctimas del franquismo y a la democracia.
Un país que mira al futuro debe estar en paz con su pasado. Vamos a exhumar los restos de Franco con todas las garantías y escuchando al resto de grupos parlamentarios. El #Gobierno actúa con serenidad para devolver la dignidad a las víctimas del franquismo y a la #democracia. pic.twitter.com/hNuKRzAO39
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) August 24, 2018
La exhumación de los restos que reposan en el Valle de los Caídos, un imponente conjunto monumental en la sierra de Guadarrama, a unos 50 km de Madrid, tendrá lugar previsiblemente “a final de año”, explicó a la prensa la vicepresidenta del gobierno, Carmen Calvo.
“No podemos perder ni un solo instante”, enfatizó la vicepresidenta, cargando contra la “tumba de Estado” de que goza el dictador. Y añadió: “No hay ni una sola democracia que haya sostenido una situación como la que hemos sostenido más de 40 años”.
Una vez exhumado, la solución lógica sería que el general sea reinhumado en la cripta que la familia tiene en el cementerio de El Pardo, a las afueras de Madrid.
Los descendientes del “generalísimo” siguen oponiéndose a la medida, pero Carmen Calvo explicó que si la familia no coopera ni indica dónde trasladarlo, será el propio ejecutivo “el que decida a qué lugar digno y respetuoso se trasladan los restos mortales de Franco”.
Mausoleo y controversia
Desde el 23 de noviembre de 1975, tres días después de su muerte, el general Franco, vencedor de la Guerra Civil (1936-1939), reposa en el Valle de los Caídos.
El complejo, de grandes proporciones, cuenta con una basílica horadada en una montaña y rematada de una pesada cruz de 150 metros de altura.
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El militar gallego, quien dirigió el país de 1939 a 1975, está enterrado en el altar de la basílica bajo una losa cubierta siempre de flores frescas, al igual que el fundador del partido fascista Falange, José Antonio Primo de Rivera.
Junto a ellos yacen allí los restos de unos 27.000 combatientes franquistas y de unos 10.000 opositores republicanos, motivo por el cual el dictador presentó el Valle como un lugar de "reconciliación".
Sin embargo, sus detractores lo ven como un insulto a las víctimas de la represión franquista, ya que los cadáveres de los republicanos, sacados de cementerios y fosas comunes, fueron llevados allí sin el consentimiento de sus familias. Y además, el conjunto monumental fue construido por unos 20.000 presos políticos, entre 1940 y 1959.
Pedro Sánchez defendió la iniciativa días después de llegar al poder el 1.° de junio, y afirmó que un lugar como el Valle de los Caídos sería inimaginable en países como Alemania o Italia.
Su gabinete ha insistido además en que la exhumación fue objeto de una proposición aprobada en el Parlamento en mayo del 2017 sin votos en contra, cuando gobernaba el Partido Popular (conservador), ahora en la oposición.
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Pero la memoria sobre la guerra y la dictadura sigue siendo un asunto envenenado en España.
En una encuesta de julio del diario conservador El Mundo, un 41% de los españoles aprobaba la exhumación frente a un 38,5% que se oponía.
Pero el sondeo también indicaba que un 54% aseguraba que no era "un buen momento" para abordar la cuestión.
La medida topa con la hostilidad del Partido Popular, que ha hecho ya saber que recurrirán la exhumación ante el Tribunal Constitucional, alegando que es abusivo echar mano de un decreto ley para un tema que “no es urgente”.
A los socialistas “les interesa más abrir las trincheras cerradas y las cicatrices ya cicatrizadas de nuestro peor pasado, en vez de fijarnos en nuestro mejor presente”, expresó el jueves su líder Pablo Casado.