Washington. La política estadounidenses inició este jueves un nuevo capítulo con la inauguración de un Congreso que refleja la división del país y promete hacer contrapeso a Donald Trump, quien tras dos años gobernando con viento a favor deberá negociar con los demócratas que recuperaron la Cámara Baja.
Este nuevo Congreso, que marca un récord en el número de mujeres y de representantes provenientes de minorías, asumió sus funciones después del mediodía local (11 a. m. en Costa Rica).
En medio de los aplausos, el vicepresidente Mike Pence juró a los nuevos senadores en el Senado, donde 53 republicanos controlarán la mayoría frente a 45 demócratas y dos independientes alineados con estos.
Para Trump, la asunción del 116.º Congreso marca el paso de la Cámara de Representantes al control de los demócratas, que tendrán 235 de los 435 escaños frente a 199 republicanos.
En este ciclo electoral, una de las figuras centrales será Nancy Pelosi, de 78 años, quien este jueves fue designada presidente (speaker) de la Cámara Baja, un cargo que ocupó entre el 2007 y el 2011.
Pelosi llegó al Capitolio vestida de fucsia con una sonrisa llena de emoción antes de someterse a la votación del pleno que la confirmó en el tercer cargo e elección popular más importante en Estados Unidos, después del presidente y del vicepresidente.
El nuevo Congreso va tener una vocación unificadora y va a “debatir y hacer avanzar las buenas ideas, sin importar de dónde vengan”, de acuerdo con Pelosi, según los extractos de su discurso publicado con antelación.
Escollo para Trump
La pérdida de la Cámara Baja complica el panorama a Trump para el resto de su mandato y en especial para proyectos como la construcción de un muro en la frontera con México, una de sus promesas insignia de campaña.
La inauguración se produce en medio de una feroz pugna que tiene parcialmente paralizado al gobierno desde el 22 de diciembre por la demanda de Trump de incluir en el presupuesto fondos para el muro.
Los demócratas se han opuesto firmemente a esta iniciativa, que tiene un costo de más de $5.000 millones y que, según la oposición, no es una respuesta adecuada para un tema complejo como la inmigración.
Hasta ahora, los demócratas proponen, por un lado, renovar hasta el 30 de setiembre los presupuestos de las agencias que no son objeto de ninguna controversia y prolongar solo hasta el 8 de febrero la partida del Departamento de Seguridad Interior, que se encarga de las fronteras.
Pero cualquier propuesta puede quedar en nada si no cuenta con 60 votos en el Senado.
Trump, quien tiene derecho a veto, advirtió de que mantendrá la situación actual “el tiempo que haga falta” y convocó a una reunión el viernes.
La dilatación de la negociación hace posible que ambas partes busquen un acuerdo más amplio. Por ejemplo, una hipótesis es que los demócratas den los fondos para el muro a cambio de un estatuto para los dreamers, los indocumentados que llegaron siendo niños a Estados Unidos.
Con el control de la Cámara, los demócratas podrán no solo bloquear iniciativas del mandatario, sino también investigar sus finanzas y ahondar en la presunta colusión entre su equipo de campaña y Rusia en el 2016, lo cual aumenta o la posibilidad de que se inicie un proceso de destitución en su contra, aunque con pocas posibilidades de éxito.
Con la oposición en la Cámara se perfilan también nuevas investigaciones parlamentarias.Hasta ahora, Pelosi ha dicho que es contraria a lanzar un proceso de destitución, pero los demócratas sí podrían agitar el clima político concretando su promesa de exigirle al presidente que presente su declaración de impuestos.
El nuevo Congreso es el que tiene el mayor número de hispanos de toda la historia, la mayoría de ellos demócratas.
Además marca la irrupción de una nueva generación de políticos, más alejados de las élites y con orígenes sociales y raciales más diversos. Una de ellos es la demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y nacida en el Bronx hace 29 años, quien hizo historia al convertirse en la mujer más joven en ser electa al Congreso.
En esta oleada de cambio también entraron a la Cámara de Representantes dos mujeres indígenas: Sharice Davids y Deb Haaland, electas con la promesa de defender el medioambiente en lo alto de sus prioridades.
Los demócratas han prometido una comisión especial para abordar “la crisis climática”, después de que Trump anunció el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París.