Beirut. El Ejército de Bashar al-Asad entró este viernes en la región de Manbij, en el norte de Siria, después de que las fuerzas kurdas le pidieron ayuda, lo que supone un cambio de alianzas en la guerra como consecuencia del anuncio de retirada de las tropas estadounidenses.
Ankara, que amenazó con una ofensiva contra los kurdos en esta región, reaccionó afirmando que las fuerzas kurdas no tienen “derecho” a pedir ayuda a Damasco y lanzó una advertencia ante cualquier “provocación”.
El anuncio del régimen llega en un momento en el que multiplica sus victorias militares y parece estar a punto de romper su aislamiento diplomático, tras la reapertura, el jueves, en Damasco de la Embajada de Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El regreso de las tropas del régimen a la región de Manbij, por primera vez en seis años, se produce cuando las fuerzas kurdas, amenazadas por la ofensiva de Ankara, fueron sorprendidas por el anuncio de su aliado estadounidense sobre la retirada de sus soldados desplegados en Siria.
“Unidades del Ejército árabe-sirio entraron en Manbij”, anunció un portavoz del ejército, leyendo un comunicado en la televisión oficial. El texto no precisó si estas tropas entraron en la ciudad misma de Manbij.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el ejército y milicias aliadas se desplegaron en sectores al norte y al este de la ciudad, creando una “zona de separación” entre los territorios rebeldes pro-Ankara y la ciudad misma, precisó la ONG.
Un portavoz militar de Estados Unidos afirmó este vierne sque las fuerzas sirias no entraron en la ciudad.
"A pesar de la información incorrecta sobre los cambios en las fuerzas militares en la ciudad de Manbij, (la coalición liderada por Estados Unidos) no ha visto indicios de que estas afirmaciones sean ciertas", dijo el teniente coronel Earl Brown, portavoz del Comando Central de Estados Unidos.
Manbij es una ciudad estratégica cerca de la frontera turca donde se han desplegado fuerzas kurdas desde el 2016.
Más de 300 combatientes de las fuerzas prorrégimen fueron desplegados en la región, según el Observatorio, que cuenta con una vasta red de información en Siria.
Amenazas de Turquía
Poco antes, las Unidades de Protección Popular (YPG), principal milicia kurda de Siria, pidieron al régimen el envío de tropas a Manbij, después de haber afirmado que se habían retirado de allí.
“Pedimos al Estado sirio enviar sus fuerzas armadas para recuperar (nuestras) posiciones y proteger la región de Manbij ante las amenazas turcas”, anunciaron en un comunicado las YPG.
La coalición internacional liderada por Washington, que apoya a las fuerzas kurdas en la lucha contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), tiene tropas en el sector, especialmente norteamericanas y francesas, según el OSDH. Ésta no anunció la retirada de sus efectivos.
“No podemos decir dónde están desplegadas nuestras fuerzas en Siria”, indicó la coalición en un comunicado.
Tras el despliegue del Ejército sirio, varias facciones rebeldes afines a Turquía se concentraron en una línea de demarcación al oeste de Manbij, constató un periodista de la AFP.
Apoyado militarmente por sus aliados, Irán y Rusia, el régimen de Al-Asad ha multiplicado sus victorias sobre los rebeldes y los yihadistas. Ha recuperado el control de casi dos tercios del territorio, país dividido por esta guerra que ha provocado más de 360.000 muertos desde 2011.
El Kremlin consideró “positiva” la entrada del Ejército sirio en Manbij, y dijo que esto contribuiría a “estabilizar la situación”.
El tema se abordará el sábado durante una visita a Moscú de los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa turcos, que debe "proporcionar claridad" y permitir "sincronizar las acciones" entre Rusia y Turquía, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Desde mediados de diciembre, Turquía amenaza con lanzar una ofensiva junto a sus aliados rebeldes contra las fuerzas kurdas, enviando refuerzos en la frontera y en el norte de siria.
Amenazas especialmente preocupantes para los kurdos, después de que el presidente Donald Trump anunció el 19 de diciembre la retirada de unos 2.000 militares estadounidenses desplegados en Siria.
La entrada del régimen sirio en Manbij supone también un cambio de las relaciones entre las fuerzas kurdas y el poder de Damasco, que llegó a calificarlos de “traidores”.
La minoría kurda, oprimida durante décadas por Damasco, aprovechó el conflicto para ganar una autonomía de facto en regiones del norte y del noreste, casi el 30% del territorio del país.