Washington. “Ridícula”, “vergonzosa”, “engañosa”: los virulentos ataques del presidente estadounidense Donald Trump esta semana contra la pesquisa sobre la trama rusa muestran un creciente nerviosismo por sus conclusiones.
La investigación independiente del fiscal especial Robert Mueller es una “caza de brujas ilegal al estilo de Joseph McCarthy”, afirmó el mandatario en Twitter, visiblemente enojado.
“Los medios de ‘noticias falsas’ describen a Bob Mueller como un santo, cuando en realidad es todo lo contrario”, dijo en otra serie de tuits.
¿Por qué está tan molesto el presidente con la indagatoria iniciada hace 18 meses?
En nuevos cargos presentados el jueves por Mueller, Michael Cohen, exasesor de Trump, admitió haber mentido al Congreso sobre la negociación de un acuerdo para construir una Torre Trump en Moscú.
Cohen, quien era abogado personal de Trump y un alto ejecutivo de la la Organización Trump, el negocio de bienes raíces del mandatario, reconoció contactos directos con la oficina del presidente ruso, Vladimir Putin, por negocios de Trump hasta la primera mitad del 2016, en plena campaña electoral.Cohen había dicho antes que los contactos con Moscú habían cesado a principios de 2016.
Pero una denuncia penal presentada el jueves muestra a Cohen en contacto regular con el principal portavoz de Putin, Dmitri Peskov, bien entrada la campaña, buscando incluso un viaje de Trump a Rusia para reunirse con Putin.
La demanda también dice que Cohen mantuvo informados de estos intentos a figuras del entorno de Trump, lo que sugiere que el mismo candidato podría haber estado al tanto.
George Papadopoulos, quien tuvo un breve pasaje como consejero diplomático de la campaña de Trump y fue procesado por haber mentido al FBI, también ha dicho su verdad a los investigadores a cambio de una sentencia de solo 15 días de prisión, que acaba de comenzar.
Más gente en la mira
Otros dos allegados a Trump podrían ser acusados en breve por Mueller, según reportes.El activista conservador Jerome Corsi y al asesor de la campaña Roger Stone están en la mira del fiscal especial por sus supuestos intentos de coordinar con WikiLeaks, entre julio y octubre del 2016, la difusión de material para dañar a la candidata rival de Trump, la demócrata Hillary Clinton.
WikiLeaks, un sitio en Internet dedicado a filtrar información, publicó en julio del 2016 miles de mensajes de altos cargos del Partido Demócrata con consignas internas, incluyendo correos del jefe del equipo de campaña de Clinton, que fueron difundidos en la recta final de la carrera para las elecciones presidenciales celebradas en noviembre.
Estados Unidos dice que esos correos electrónicos fueron pirateados por la inteligencia rusa, que los envió a WikiLeaks con el objetivo de inclinar la elección a favor de Trump.
Mueller ya acusó a 25 ciudadanos rusos como parte de una “conspiración” criminal para influir en los comicios.
¿Mueller tiene evidencia de que, al tratar de contactar a WikiLeaks, Corsi y Stone estaban trabajando en nombre y con el conocimiento de Trump o de los principales funcionarios de la campaña de Trump? ¿Y eso significa que podrían verse como conspirando con los rusos?
El propio hijo del presidente, Donald Trump Jr, podría ser imputado por asistir a una reunión en el 2016 en la Torre Trump de Nueva York con una abogada rusa que afirmó tener información comprometedora sobre Clinton.
En setiembre, Mueller logró un acuerdo de culpabilidad de Paul Manafort, jefe de la campaña de Trump durante cinco meses, al descubrir malas prácticas financieras previas al 2016.
El hombre de 69 años, con contactos extensos en Ucrania y Rusia, acordó cooperar con los investigadores para reducir su sentencia. Pero el lunes, el fiscal especial lo acusó de mentirle al FBI después de este acuerdo, lo que lo expone a una abultada multa.
Según los medios de comunicación estadounidenses, puede estar esperando un indulto presidencial. Trump, quien elogia su “coraje”, dijo que el miércoles no descartó esa opción.
Pero ahora se plantean preguntas sobre si Trump ha obstruido la Justicia sugiriendo el indulto.
Los nuevos cargos contra Cohen y Manafort se produjeron justo después de que Trump respondió una larga lista de preguntas que le envió Mueller centradas en los contactos con Rusia.
La Casa Blanca se demoró en responder a ese cuestionario desde el comienzo de este año, preocupada de que Trump pudiera quedar atrapado en una posible mentira al hacer declaraciones contrarias a pruebas que Mueller puede haber recogido de otros.
La ira de Trump con la investigación de Mueller plantea la posibilidad de que Cohen o Manafort contradigan sus respuestas.
Trump se arriesga, si la evidencia es suficiente, a ser involucrado en colusión u obstrucción de la Justicia, lo que podría justificar la apertura de un procedimiento de juicio político.