Río de Janeiro. ¿Bolsonaro fue realmente apuñalado? ¿Haddad cree que los niños son propiedad del Estado? Las noticias falsas se viralizan en las redes sociales brasileñas como reguero de pólvora, mientras las autoridades tratan de limitar los daños.
“Hecho comprobado: Jair Bolsonaro FABRICÓ el atentado contra él mismo para ganar el corazón de electores indecisos”, dice uno de los mensajes difundido tras la puñalada recibida el 6 de setiembre por el ultraderechista Jair Bolsonaro, favorito en las encuestas de la primera vuelta de las elecciones del 7 de octubre.
La teoría conspirativa sobre la fake facada (puñalada falsa) se registró en el 40,5% de los perfiles que comentaron el evento, según un estudio de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
Las fake news, que dominaron el escenario político estadounidense durante la campaña que eligió a Donald Trump en el 2016, se tomaron la campaña brasileña y apuntan contra todos los candidatos.
"Al cumplir 5 años, el niño pasa a ser propiedad del Estado! Nos cabe decidir si el niño será niña y viceversa!", asegura una declaración atribuida al izquierdista Fernando Haddad en un meme compartido más de 150.000 veces en Facebook desde el 23 de setiembre hasta el miércoles, cuando fue retirado. El servicio de verificación de la AFP con apoyo del proyecto Comprova determinó que no hay indicios de que el candidato haya hecho tal declaración.
Las noticias falsas son “otra herramienta del juego político, como la propaganda electoral”, explicó Pedro Burgos, creador del proyecto Impacto.jor, de análisis mediante robots de la repercusión de notas periodísticas. “Ahora aparecen más (gracias a Internet) porque las noticias falsas forman parte de la historia de todas las elecciones”, afirmó.
Desinformación y daño
Aunque todos los partidos hayan firmado un compromiso de colaboración contra las noticias falsas, es difícil controlar ese sunami de desinformación.
"La comprobación de datos es una contención de daños, pero el daño ya está hecho y lo que se puede hacer es disminuirlo un poco, ya que probablemente ese material siga difundiéndose ", estimó Fabricio Benevenuto, profesor adjunto del Departamento de Ciencia y Computación de la Universidad Federal de Minas Gerais y coordinador del proyecto Eleições Sem Fake.
La justicia electoral realiza campañas educativas y montó equipos de inteligencia para controlar la propaganda virtual.
De su lado, los políticos salen a desmentir historias en el valioso horario electoral televisivo o sobre sus propios servicios de chequeado: “No, Ciro Gomes nunca agredió a (su exesposa) Patricia Pillar”; “Grandes mentiras circulan en Internet: Geraldo Alckmin NO va a apoyar al PT”.
Para detectar noticias falsas, en Brasil funcionan al menos nueve núcleos de análisis.
Estos se dividen entre aquellos que verifican contenidos audiovisuales, como Cromprova (que engloba a 24 medios locales, incluida la AFP en Brasil), y las agencias que corroboran los discursos de personas públicas. Comprova desmiente un promedio de once por semana y las agencias de chequeo siete.
Aunque la tía en el grupo familiar de Whatsapp no haya divulgado noticias falsas adrede, "se le puede mostrar un chequeo y decirle: 'tía eso está equivocado'. Y tal vez no lo haga de nuevo. (...) Es una forma de vacunar a la sociedad contra esta enfermedad", explicó Benevenuto.
Pero dado que el 48% de los brasileños utiliza Internet para informarse sobre los candidatos, según Ibope, las consecuencias de esta desinformación en las urnas serán difíciles de medir.
Para Burgos, las noticias falsas "tienen mucho menos influencia de lo que se piensa", ya que generan "adhesión en personas que ya están hiperpolitizadas". Su papel es "reforzar las diferencias tribales, sin cambiar necesariamente el voto".
Las noticias falsas suelen ser creadas en el marco de una campaña de desinformación y pueden incluir imágenes y videos.
Detrás de esas campañas “pueden existir grandes grupos (económicos), empresas, pero también activistas, personas que realmente creen en un determinado candidato”, conjeturó Benevenuto.
Ambiente de polarización
La campaña brasileña se ha caracterizado por la radicalización del electorado, que según las encuestas da preferencia a dos candidatos de polos opuestos: Bolsonaro y Haddad.
"Esta elección no solo está polarizada, también es muy negativa de forma general: se trata de un clima de 'si no te gusta mi partido estás contra mí'. Y eso no tiene nada que ver con robots" o programas creados para dar visibilidad a publicaciones en Facebook o convertirlas en tendencia en Twitter, sentenció Burgos.
En promedio, el 37,4% de los seguidores de los presidenciables en Twitter son perfiles bots, según una investigación del instituto InternetLab.
“Si nuestra elección transcurriera mucho en Twitter podría creer que los robots tienen un papel importante en ella. Pero ocurre mucho en Whatsapp. (...) El boca a boca, la palabra de tu amigo en Whatsapp tiene mucho más influencia que 80.000 bots en Twitter”, estimó.