La reciente confesión de Michael Cohen, el antiguo abogado personal de Donald Trump, puso contra las cuerdas al presidente de Estados Unidos.
En una audiencia que se llevó a cabo la tarde del martes en un juzgado de Manhattan, Cohen admitió que durante la campaña del 2016 dio dinero a la actriz de cine porno, Stormy Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, y a la modelo de Playboy, Karen McDougal, por orden del entonces candidato presidencial para asegurar el silencio de ambas mujeres sobre una supuesta aventura que tuvieron con el magnate y evitar poner en riesgo la imagen de Trump de cara a las elecciones que disputó con la demócrata Hillary Clinton.
Esta es la única causa que implica al mandatario en un delito por vulnerar normas electorales y, por lo tanto, lo acerca a declarar en un proceso judicial.
Cohen afirmó que el pago a las mujeres lo hizo a solicitud de Trump con el fin de “influir en las elecciones”. Por este motivo, el abogado se declaró culpable de dos cargos: realizar de forma intencionada una contribución corporativa ilegal y efectuar una contribución excesiva a petición de un candidato o campaña. Ambas acciones se castigan con al menos cinco años de prisión.
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Las dos mujeres manifestaron haber tenido relaciones sexuales con Donald Trump en el 2006 y también afirmaron que recibieron dinero para mantener su silencio. Daniels habría obtenido $130.000, mientras que McDougal $150.000. Al inicio de la investigación, Cohen negó haber llevado a cabo los pagos.
Stormy presentó una demanda contra el gobernante en marzo de este año en la que solicitó que se anule un acuerdo mutuo de confidencialidad sobre un encuentro sexual que habrían tenido. La actriz alega que el pacto puede ser cancelado porque Trump nunca lo firmó. De esta manera, la estrella porno podría conceder entrevistas sobre su supuesta relación con el gobernante o publicar un libro.
Por su parte, Michael Avenatti, abogado de Stormy, propuso que el mandatario sea interrogado por el caso.
Las transacciones se dieron en los meses previos a las elecciones del 8 de noviembre del 2016, por lo que pueden considerarse contribuciones ilegales en la campaña del Partido Republicano.
El exasesor también admitió cinco cargos de evasión fiscal y otro por efectuar declaraciones falsas a una institución financiera.
Cohen, quien formó parte del círculo íntimo del mandatario, hizo la declaración de culpabilidad en un acuerdo con la Fiscalía sin que al parecer existiera una exigencia de cooperación, pero eso no le impide proporcionarle información al fiscal especial, Robert Mueller, para lograr una reducción de la pena.
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Un día después de la audiencia, Trump rechazó las declaraciones del abogado. “Si alguien busca un buen abogado, ¡sugiero enérgicamente que no contrate los servicios de Michael Cohen!”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
Este martes, Cohen quedó en libertad tras pagar una fianza de $500.000 y con la condición de entregar sus armas y el pasaporte. La sentencia está prevista para el 12 de diciembre.
How ya like me now?! # teamstormy
— Stormy Daniels (@StormyDaniels) August 21, 2018
El caso Manafort y el fiscal Robert Mueller
Casi al mismo tiempo que Cohen daba su declaración, un jurado del estado de Virginia declaró culpable a Paul Manafort, jefe de campaña de Trump durante la contienda presidencial del 2016, por ocho cargos de fraude bancario y fiscal.
Un hecho que remeció la Casa Blanca por tratarse de una persona cercana a Trump, pero que no representa un peligro legal para el mandatario, pues no lo apunta de forma directa.
Tanto el caso de Cohen como el de Manafort se llevan a cabo en el marco de la investigación que lleva adelante el fiscal especial Robert Mueller sobre la posible injerencia de Rusia en la campaña electoral del 2016. No obstante, pese a que ambos se relacionan con transacciones ejecutadas en vísperas de esos comicios presidenciales no tienen que ver con la pesquisa rusa.
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La investigación de Mueller incluye la piratería a correos electrónicos de los demócratas, la posibilidad de que la campaña de Trump haya cooperado con Rusia y si el presidente obstruyó la Justicia.
El gobernante ha criticado el trabajo de Mueller en varias ocasiones. Sin embargo, desde fue nombrado fiscal especial en mayo del 2017, no ha hecho comentarios públicos sobre el progreso de su investigación ni ha respondido a los ataques casi diarios del magnate.