Barcelona. El presidente regional de Cataluña, Quim Torra, emitió el martes un ultimátum al presidente español Pedro Sánchez: que proponga el próximo mes un referendo sobre la independencia de esa comunidad o, de lo contrario, podría negarle los votos en el Parlamento para aprobar el presupuesto nacional.
La falta de visto bueno al plan de gastos podría significar el fin del gobierno de Sánchez, que lleva apenas cuatro meses, y la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.
Torra, un conocido secesionista, dijo en un discurso en Barcelona que los partidos separatistas catalanes no respaldarán a Sánchez en el Parlamento si no se satisface su reclamo de un voto por la autodeterminación.
“La paciencia (...) no es infinita” , dijo Torra. “Si no hay esta propuesta para ejercer la autodeterminación de manera pactada, vinculante, y reconocida internacionalmente, encima de la mesa antes del mes de noviembre, el independentismo no podrá garantizar ningún tipo de estabilidad en el Congreso de los Diputados al señor Pedro Sánchez.”
Poco tiempo depués, Madrid rechazó la exigencia de Torra.
“El Gobierno de España no acepta ultimátums” , manifestó la vocera del gobierno, Isabel Celaá, y exhortó a Torra a abrir un diálogo entre los catalanes que favorecen y se oponen a la independencia.
“La propuesta que une es la convivencia, no la independencia” , agregó.
El ultimátum apunta directamente al problema creciente de Sánchez por los planes de gastos para el 2019 de su gobierno socialista de centroizquierda.
El gobierno minoritario tiene apenas 84 de las 350 bancas en el Congreso de los Diputados (Cámara Baja). Esto significa que necesita el apoyo de otros partidos, incluidos los secesionistas catalanes, para aprobar el presupuesto.
“La cúpula independentista practica un doble juego insostenible”, sostuvo el martes en su editorial el diario catalán El Periódico.
Para Oriol Bartomeus, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Barcelona, Torra está jugando a algo "muy peligroso".
“En el fondo yo creo que Torra comparte la idea de los CDR (Comités de Defensa dr la República), lo que pasa es que sabe perfectamente que por esta vía el independentismo pierde”, señaló Bartomeus, quien estimó que el secesionismo está dividido porque “está desorientado” y “no tiene un horizonte”.
Radicalización
Los únicos con un plan claro, añadió, son los radicales "defensores de romper, de provocar y de desobedecer" que lideraron las últimas protestas.
Además de los incidentes del lunes, el sábado ya se vivieron choques con la Policía autónoma cuyo director advirtió de que han detectado un “cambio de comportamiento en algunos grupos radicales que buscaban claramente la confrontación”.
“El discurso del Gobierno de Cataluña como tiene poco que ver con la realidad, genera frustración y violencia en los seguidores más radicales”, fustigó Miquel Iceta, líder de los socialistas catalanes.
Hace un año, un frente independentista unido impulsó el referendo de autodeterminación ilegal, con el que justificaron el 27 de octubre la proclamación de la independencia de esta región de 7,5 millones de habitantes.
Pero la república catalana no se materializó y el Gobierno español, dirigido entonces por el conservador Mariano Rajoy, no tuvo problemas en destituir al presidente regional Carles Puigdemont y su ejecutivo y disolver la Cámara para convocar nuevos comicios.
Siete de los responsables de ese intento de secesión, como el mismo Puigdemont, se encuentran ahora en el extranjero y otros nueve están en prisión a la espera de ser juzgados por rebelión, delito por el que pueden condenarlos a hasta 25 años de cárcel.
Ahora, el campo secesionista está partido entre quienes apuestan por continuar con la vía de ruptura unilateral y los partidarios del diálogo iniciado por Torra con el gobierno de Sánchez.