Caracas. Venezuela puso en marcha este martes un nuevo sistema cambiario con una devaluación de 96% del bolívar, en un cuestionado plan de reformas que busca sacar al país petrolero de la debacle económica.
Un día después de la entrada en circulación de nuevos billetes que restaron cinco ceros a la moneda local, el Banco Central publicó una tasa equivalente a 60 bolívares por dólar, formalizando una macrodevaluación asomada hace cuatro días por el presidente Nicolás Maduro.
Bajo las viejas denominaciones, la tasa salta de 248.210 a 6.000.000 de bolívares por dólar, como se esperaba cuando Maduro ancló el bolívar a la criptomoneda estatal petro y estableció sus valores.
El mandatario fijó el petro en 3.600 de los nuevos bolívares y lo equiparó a un barril de crudo venezolano, unos 60 dólares; por lo que se infería la cotización ahora formalizada.
Bajo el nuevo esquema, la banca fue autorizada a comprar divisas a particulares, pero no a venderlas, anunciaron los ministros de Comunicación, Jorge Rodríguez, y Economía, Simón Zerpa. Eso fue considerado "un sin sentido" por Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica.
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"No tiene nada que ver con un esquema abierto", apuntó Oliveros, quien considera que el dólar negro seguirá disparándose, como ha sucedido en los últimos días. El dólar en el mercado paralelo se cotizaba este martes en 90 bolívares, aunque el número de operaciones, según expertos, fue bajo debido a la expectativa por los efectos de las reformas.
Luego de la derogación de una ley que castigaba con multas y cárcel a quienes transaran divisas al margen de un férreo control de cambios vigente desde hace 15 años, el gobierno había aceptado inicialmente estas operaciones solo a través de casas de cambio "autorizadas".
La primera subasta del relanzado sistema, prevista para este martes, se retrasó hasta el miércoles.
Zerpa aclaró que las pujas solo serán alimentadas por divisas del sector privado, sin asignaciones del Estado. No habrá límites para ofertar, pero sí para comprar: $400.000 mensuales para empresas y 500 para personas naturales.
"Quieren captar dólares por donde sea", dijo a la AFP el economista Leonardo Vera.
El gobierno necesita liquidez, pues la renta petrolera se desploma, el déficit roza 20% del PIB y la deuda externa alcanza $150.000 millones.
Después de días de nerviosismo alrededor de la reconversión monetaria, el país volvía a la normalidad. La mayoría de los comercios abrió.
Los caraqueños hicieron largas filas en cajeros electrónicos que dispensaban los nuevos billetes, con un límite de 10 bolívares, insuficientes para tomarse un café.
Pocos locales permanecían cerrados, unos por la incertidumbre frente a los ajustes económicos de Maduro y otros por la huelga de 24 horas que convocaron partidos de oposición contra esas reformas.
"Los bancos están trabajando y dando efectivo (...). He podido hacer transferencias (electrónicas), pagos y todo normal", dijo César Aguirre, contador de 38 años, tras retirar dinero.
Sin embargo, los temores de una escalada de precios afloraban. "Todo sigue caro", se quejó Carmen Maldonado, ama de casa.
En sus reformas, Maduro anunció un aumento del salario mínimo de unos 3.400%, que según la patronal Fedecámaras pone a muchas empresas "en riesgo de quiebra" en un país donde el sector industrial funciona al 30%.
El plan incluye alzas de impuestos aprobadas este martes por la oficialista Asamblea Constituyente (el IVA pasa de 12% a 16%) y del precio de la gasolina, la más barata del mundo. Con un dólar oficial pueden comprarse seis millones de litros.
El programa "paralizará la economía y obligará a mucha más gente a salir del país, mientras la espiral hiperinflacionaria se profundizará", prevé un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, basado en Washington.
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Unos 2,2 millones de venezolanos han migrado huyendo de la devastadora crisis, con una hiperinflación proyectada en 1.000.000% por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y escasez de alimentos y medicinas; generando tensiones migratorias en países como Colombia, Brasil, Ecuador y Perú.
Uno de los convocantes a "paro nacional", el dirigente opositor Andrés Velásquez, estimó que la huelga "se cumplió en 60%", especialmente fuera de Caracas, aunque reconoció que la respuesta no fue la esperada.
Javier Rodríguez, gerente de una inmobiliaria en el sureste de Caracas, sí acató la paralización en "protesta por el desastre", dijo a la AFP.
Pero, al mismo tiempo, en el centro de Caracas, centenares de chavistas marcharon hacia el palacio presidencial de Miraflores para respaldar al gobernante socialista. Maduro no acudió.
“Respaldamos de manera absoluta al presidente”, dijo el líder oficialista Diosdado Cabello, presidente de la Constituyente, durante un discurso que coincidió con un sismo de 7,3 de magnitud que se sintió en Caracas y otras ciudades. Ni se inmutó.