El llamado que realizó el papa Francisco, en su encíclica sobre medio ambiente, a favor de una "revolución valiente" para salvar el planeta generó reacciones encontradas entre los políticos alrededor del mundo.
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, fue uno de los primeros en defender el documento de 200 páginas, presentado el jueves, mientras que sus contrincantes políticos, del Partido Republicano, fueron quines más criticaron el texto.
"Saludo la encíclica de su santidad el papa Francisco y admiro profundamente la decisión del papa de argumentar —claramente, poderosamente y con toda la autoridad moral de su posición— en favor de tomar acción para combatir el cambio climático global", dijo Obama.
Frente el apoyo del mandatario, el llamado del papa fue rechazado por congresistas republicanos, al tiempo que la mayoría de los candidatos presidenciales lo ignoraron completamente.
"No quiero parecer irrespetuoso, pero no lo considero un experto en asuntos ambientales", dijo el representante republicano Joe Barton, miembro del panel de Energía y Comercio.
Incluso los católicos en el Congreso norteamericano, pese a la reverencia de su religión por el santo padre, no parecieron conmovidos por el llamado urgente de Francisco a salvar el planeta.
El presidente de la cámara baja, el republicano John Boehner, un católico que invitó al pontífice a hablar en el Congreso este año, dijo que el papa no teme expresar opiniones controversiales en varios temas. "Yo respeto su derecho a hablar sobre esos asuntos importantes", dijo Boehner, pero objetó cuando se le preguntó si las opiniones del papa pudieran alentar acciones legislativas por parte de los republicanos.
"Hay muchas propuestas de ley en el Congreso. No estoy seguro en qué parte del proceso esas propuestas pudieran estar", dijo Boehner.
Por su parte, los precandidatos republicanos que aspiran a remplazar a Obama en la Casa Blanca no fueron entusiastas con el tema. Varios de ellos, incluyendo los senadores Ted Cruz y Rand Paul, evitaron referirse al texto. Además, el exgobernador de Florida Jeb Bush cuestionó la incursión papal en la ciencia climatológica, al discutir el asunto el jueves antes de la publicación de la encíclica.
"No pienso que debamos politizar nuestra fe", dijo.
En Latinoamérica, el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos y el líder venezolano Nicolás Maduro le dieron un espaldarazo al pensamiento del pontífice.
"Asumo plenamente este compromiso como católico, como cristiano, lo asumo papa, lo asumimos desde Venezuela, recibimos la bofetada. Sí, la bofetada que usted le está dando a la humanidad", dijo Maduro durante un acto de gobierno transmitido por la estatal venezolana VTV.
Organizaciones entusiasmadas. La encíclica también tuvo una buena acogida desde los organismos internacionales.
"Es un llamado a la acción" para salvar el planeta, destacó el jueves Manuel Pulgar, presidente de la Conferencia de las Partes (COP), que se reunirá en París en diciembre para buscar un acuerdo que frene el calentamiento global.
"Es un elemento que suma significativamente al debate climático, es una llamado a la acción y una invocación a la toma de conciencia sustentado en el valor ético de la responsabilidad que tenemos para salvar el planeta", dijo a la AFP Pulgar, también ministro peruano de Ambiente, sobre el documento papal presentado en el Vaticano.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, coincidió con Pulgar y urgió a los gobiernos a que en la Cumbre del Clima adopten un acuerdo "ambicioso" contra el cambio climático.
" Su primera encíclica enfatiza que el cambio climático es uno de los mayores retos que afronta la humanidad y que es un asunto moral que requiere de un diálogo respetuoso con todas las partes de la sociedad ", dijo Ban en un comunicado.
Por su parte, el director de la división de Clima de la La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Martin Frick, dijo que el documento es "realmente un hito porque nunca un papa habló tan directamente sobre el medioambiente", a pesar de que los dos anteriores, Juan Pablo II (1978-2005) y Benedicto XVI (2005-2013), ya se habían "expresado a favor del medioambiente".
Finalmente, el director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Achim Steiner, agradeció la llamada a la acción lanzada por el papa.
"Esta encíclica es una llamada que resuena no solo en los católicos, sino en todos los pueblos de la Tierra. La ciencia y la religión están alineadas en esta materia: Ahora es el momento de actuar", comentó Steiner.
¿Qué dice la encíclica? El texto acusa sin rodeos a la política, a la tecnología y a las finanzas de depredar el medio ambiente y generar pobreza.
"La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilo de vida, de producción y de consumo", escribió el papa.
Francisco acusa a "la política y a las empresas de no estar a la altura de los desafíos mundiales", tras haber hecho un "uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto" en la Tierra.
El papa argentino condena con palabras firmes el consumismo y el capitalismo salvaje y los señala como responsables de la degradación de la "madre y hermana Tierra", como la llama.
"La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería", lamenta el pontífice.
Escuchemos el "gemido de la hermana Tierra", acosada por un brutal cambio climático y la "cultura del descarte", pide.
El papa advierte al mundo en su documento que las "predicciones catastróficas" de los ecologistas "ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía" y recuerda que "a las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad".
Francisco propone ante todo un nuevo modelo de desarrollo, basado en la sobriedad y la solidaridad, y analiza a lo largo de varios capítulos las razones del deterioro del planeta y de cómo las estructuras de poder lo han ocasionado.
"Ha llegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se pueda crecer sanamente en otras partes", escribió.
El pontífice argentino exige que se pongan "límites" porque es "insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana".
Francisco denuncia el actual sistema económico mundial que usa la "deuda externa como instrumento de control" y acusa a los países ricos de no reconocer la "deuda ecológica" que tiene con los países en vías de desarrollo.
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Tienen una "deuda ecológica" con "los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera y que siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro", recalca.
El pontífice latinoamericano, que se inspiró en San Francisco de Asís, el santo defensor de la naturaleza y los pobres, teme una guerra por el agua, denuncia la pérdida de la biodiversidad y la desigualdad entre regiones ricas y pobres.
El documento está dirigido a todo el mundo, y no solo a los católicos e invita a reflexionar sobre el inmenso poder que, a través de la ciencia y la tecnología, los más poderosos tienen con "la biotecnología, la informática, el conocimiento de nuestro propio ADN", escribe.