Schwerin, Alemania
Un año después de que Ángela Merkel abrió las puertas de Alemania a los refugiados, el partido antiinmigrantes AfD quedó este domingo segundo en las elecciones regionales en Mecklemburgo-Antepomerania (noreste) por debajo de los socialdemócratas y superando a la CDU de la canciller, según sondeos.
Según encuestas a pie de urna, y ya con un 21% de los votos escrutados, la Alternativa para Alemania (AfD), creado en el 2013, estaba detrás de los socialdemócratas y superaba a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Ángela Merkel, quien es diputada de la región.
El Partido Socialdemócrata (SDP) estaba a la cabeza con el 30% de los votos, cinco puntos menos que en el 2011, mientras que el partido de Merkel quedaría en tercer lugar con entre un 19% y un 20% de los votos, según sondeos de las cadenas de televisión públicas ARD y ZDF.
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"Lo bueno es que dejamos a la CDU por detrás nuestro (...) quizá esto es incluso el principio del fin para la canciller Merkel", afirmó Leif-Erik Holm, jefe del partido populista en esta región de la antigua Alemania Oriental (comunista).
El secretario general de la CDU, Peter Tauber, reconoció una derrota "amarga" y calificó la votación a favor de AfD de "protestataria". "Lo percibimos con el debate sobre los refugiados", añadió.
Éxito político. La AfD hace de esta forma una entrada triunfal en el Parlamento regional en la primera vez que participa en comicios en este land (estado federado).
Tres años después de su creación, la AfD refuerza de esa manera su posición en la escena nacional, al estar ese partido ahora representado en 9 de los 16 estados con sus éxitos electorales en tres comicios regiones en la pasada primavera (boreal), entre ellos su récord de 24% en Sajonia-Anhalt (este). Los comicios del domingo, con el de Berlín el 18 de setiembre, han sido como un ensayo general a un año de las elecciones legislativas.
El partido basó su campaña en el caos provocado, a su parecer, por la decisión hace un año exacto de la canciller de abrir las puertas de Alemania a los refugiados.
La integración de un millón de solicitantes de asilo el año pasado monopolizó la campaña electoral en este estado-región, abonando el terreno para los populistas de derecha de Alternativa para Alemania.
Pese a que solo hay unos miles de refugiados en Mecklemburgo, "la política migratoria ha provocado una gran sensación de inseguridad en la gente", explicó a la AFP Frieder Weinhold, candidato de la CDU en Wismar, una ciudad de 42.000 habitantes a orillas del mar Báltico.
"Voto por AfD. La principal razón es el tema de los solicitantes de asilo", confirma un jubilado de Ludwig, que quiere permanecer en el anonimato. "Para ellos hay dinero, para los jubilados no", protesta.
La jefa de este partido, Frauke Petry, había pedido el viernes en un video a los votantes que "hagan historia, no sOlo en el estado-región, sino en toda Alemania" votando masivamente por la AfD.
En un mitin, el sábado, en este estado regional donde se encuentra su propia circunscripción, Merkel había advertido del peligro del voto a los populistas, a "esa gente que provocan, pero que nunca han hecho nada por este land".
"Quiero reforzar la unión contra (la extrema) derecha (...) Sobre la AfD solo tengo una cosa que decir: el enfado conduce a decisiones malas", afirmó Ulrike Zschunke, de 31 años.
La última semana, la canciller, quien se encuentra en China con motivo del G20, ha multiplicado este tipo de llamamientos.
La popularidad creciente de AfD es calificada de "aterradora" por el consejo central de los judíos de Alemania.
La prensa ya se ha hecho a la idea. "Ahora Alemania tiene lo que no había existido desde el final de la guerra (en 1945): un partido de extrema derecha", lamentó el diario Die Welt.
Más allá del tema de los refugiados, la AfD se nutre "de las dificultades del SPD y de la CDU para diferenciarse", reconoció Weinhold. "Muchos no se sienten representados", añadió. Un rechazo a las élites, junto a la política de austeridad regional, beneficia a los populistas, pese a la buena salud económica de la zona.
Algunos políticos, desamparados ante el éxito de los populistas, culpan directamente a Merkel.
Esta política "ha provocado una escisión en nuestra sociedad", afirmó el jefe del Gobierno regional saliente, Erwin Sellering (SPD). "El clima en Alemania ha cambiado masivamente", dijo, alarmado.
Merkel sigue insistiendo, sin embargo, en que la acogida masiva a los refugiados era necesaria en el 2015. Desde dos ataques cometidos en julio por solicitantes de asilo y reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), la política de la canciller se centra más en la seguridad.