Los $14,5 millones (cerca de ¢8.700 millones) que la Universidad Nacional (UNA) gastará en remodelar la plaza de la Diversidad y construir la Casa Estudiantil provienen del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).
Es decir, esos fondos forman parte de las transferencias que el Gobierno está obligado a realizar anualmente a las universidades públicas, con el dinero recaudado mediante el cobro de impuestos.
El martes, algunos diputados cuestionaron el gasto en esa infraestructura de la casa de enseñanza en un momento de crisis fiscal.
Según informó el rector de la UNA, Alberto Salom, la obra incluye la plaza, un museo, galerías subterráneas, bodegas, rampas de acceso para personas con discapacidad, aulas y cafetería, así como la primera concha acústica de la institución. En total, son nueve edificaciones distintas, según autoridades universitarias.
El monto que gastará la UNA es ligeramente superior al presupuesto del Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (Mivah) para el 2019, que es de ¢7.300 millones). También, es comparable con el del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), de ¢8.400 millones.
Salom defendió la inversión y alegó que el dinero proviene de un ahorro de los fondos del FEES que realizó la Universidad por al menos tres años.
“Vienen del FEES, pero no del FEES de un año porque, si no, no alcanzarían. Es la inversión, los recursos de inversión presupuestados por nosotros, para hacer este complejo”, dijo Salom.
El rector dijo que el presupuesto de la Universidad se divide en tres áreas específicas y que la ley no permite tomar dinero de una de ellas para subsanar necesidades de otra.
“Nosotros tenemos el presupuesto dividido en recursos de inversión, de operación y laborales. Los recursos de inversión son específicos, usted no los puede trasladar para lo laboral porque implica que usted invierte hoy, contrata un profesor o dos profesores, y mañana tiene que mantener los recursos para que los profesores se queden trabajando en la Universidad porque los necesitamos”, añadió el jerarca.
Lo mismo sucede con las becas, según él, pues al momento de asignarlas deben contar con presupuesto para mantenerlas por al menos cinco años. Recordó que la Ley de Administración Pública se lo prohíbe.
“¿Qué es lo que hace una persona responsable, como me creo, al frente de una universidad? Tomar los recursos que hemos estado ahorrando, por decirlo así, durante años, porque desde hace tres años fue planificada esta obra; juntarlos, para hacer este complejo artístico y cultural”, insistió.
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En julio anterior el Ministerio de Educación Pública (MEP) cedió “sobrantes” para financiar el funcionamiento de las universidades el próximo año. Es así como el FEES completará los ¢15.000 millones de incremento, al pasar de ¢496.279 millones en 2018 a ¢511.154 millones en 2019.
La distribución de esos fondos es la siguiente: la Universidad de Costa Rica recibe un 57,79%; la UNA, 23,40%; el Instituto Tecnológico de Costa Rica, 11,3% y la Universidad Estatal a Distancia (UNED), un 7,51%.
El ministro de Educación, Édgar Mora, dijo desconocer las inversiones en la plaza y la Casa Estudiantil y recordó que las universidades tienen autonomía presupuestaria. No obstante recordó que cada vez más la ciudadanía vigila el desempeño de las instituciones, por lo cual hay que tener presentes no solo los límites jurídicos y económicos, sino también los morales.
Según Salom, el nombre de la licitación N° 2017LN-000012-SCA (Nueva Plaza de la Diversidad y Casa Estudiantil), que se publicó el martes en el diario oficial La Gaceta, condujo a error a los sectores que lo han criticado, porque no explica la totalidad de las obras que construirán.
Precisó que la casa de enseñanza ya invirtió en la construcción de otras obras consideradas como necesarias, como es el caso de las residencias en las sedes regionales, que se levantaron con recursos provenientes de un préstamo del Banco Mundial.
“Hicimos residencias en Pérez Zeledón, en Nicoya, Liberia, Sarapiquí; construimos un complejo deportivo en Coto (tuvo un defecto en su construcción porque se empozaba el agua pero ya se arregló), hay otras obras que no se han terminado porque las empresas a las que se les había adjudicado quebraron y nos dejaron la obra sin concluir, pero ya están adjudicadas otra vez”, explicó Salom.
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Llamado a comparecer
Esta mañana trascendió que el diputado liberacionista Wagner Jiménez, presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología y Educación, promueve una moción para llamar al jerarca universitario a comparecer.
“(..) para que rinda cuentas y explique al pueblo costarricense, cómo en medio de la situación económica tan delicada que atraviesa el país, se pretende hacer una inversión de esta naturaleza”, explicó Jiménez en un comunicado de prensa.
Erwen Masís, diputado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), coincide en que es necesario que el rector explique su decisión.
“No sé en qué país vive don Alberto, que no se ha dado cuenta que el país está en crisis, que está en un momento en el cual todos estamos haciendo un esfuerzo muy grande para aprobar el plan de fortalecimiento (proyecto de ley 20.580), que los costarricenses tendremos que pagar. Y entonces, a sabiendas que el país no está en condiciones de poder darse ese lujo, sale indicándonos que va a gastar $14 millones en una plaza”, reprochó Masís.
Instó al rector a revalorar y replantear la inversión de los recursos y aseguró que es necesario que detalle de qué manera prioriza la UNA sus gastos.
Jonathan Prendas, del Partido Restauración Nacional y presidente de la Comisión de Ingreso y Gasto Público, dijo que hoy estarían definiendo en cuál comisión interrogarían al rector y que esperan que sea en un plazo no mayor de 15 días.
Ayer, Roberto Thompson, diputado del Partido Liberación Nacional (PLN), también criticó la situación.
“En medio de la grave crisis fiscal que vive el país, la UNA contrata y adjudica la remodelación de una plaza y una casa estudiantil en $14,5 millones, cerca de ¢8.700 millones. ¿Uso eficiente de los recursos públicos?”, escribió en su cuenta de Twitter.
Su homólogo y jefe de fracción del PLN, Carlos Ricardo Benavides, incluso ironizó también desde Twitter: “¿Crisis? ¿Cuál crisis? Crisis hay en la hermana República de Costa Rica. ¡Nosotros estamos pura vida!”, manifestó en referencia el mismo tema.
En medio de la grave crisis fiscal que vive el país, la UNA contrata y adjudica la remodelación de una plaza y una casa estudiantil en 14.5 millones de dólares, cerca de 8.700 millones de colones! Uso eficiente de los recursos públicos? pic.twitter.com/5bGGSy4lUe
— Roberto H. Thompson Chacón (@rothocha) October 9, 2018
Componentes del Proyecto
Según Salom, la remodelación de la plaza de la Diversidad incluye, específicamente, la construcción de galerías, salas de exposición y proyección, bodegas, oficinas administrativas, centro de monitoreo de seguridad institucional, el escenario con la concha acústica, bosque urbano, rampas y pasarelas con el fin de brindar adecuada accesibilidad a personas con discapacidad a diferentes edificios de los alrededores y de la plaza cumpliendo con la Ley 7600.
También contempla adecuación de zonas verdes y espacios de permanencia de estudiantes.
Por otra parte, la construcción de la Casa Estudiantil contempla bodegas, áreas de carga y descarga, soda universitaria, aula para danza, bodegas de instrumentos, sonido y vestuario, espacios para diferentes órganos estudiantiles, aula taller para la vida estudiantil, oficina de voluntariado, área de comedor estudiantil, espacios de plaza para actividades culturales y adecuación de áreas verdes y accesos, así como la ampliación de 34 espacios para parqueo de vehículos.