En los últimos 73 días, niños y jóvenes no han recibido clases a causa de la huelga, pero ni uno solo de esos días, se le ha dejado de pagar a los maestros por el trabajo que no realizan.
Cada día, los contribuyentes aportan ¢2.215 millones en salarios para el 80% de la planilla del Ministerio de Educación Pública (MEP) que abandonó las aulas en protesta contra la reforma fiscal, proyecto que desde el 25 de octubre está en manos de la Sala Constitucional; el Poder Ejecutivo no tiene injerencia en ese proceso.
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Este dinero se le paga a 28.431 docentes que el MEP ya confirmó como “ausentes” en los centros de trabajo por apoyar la huelga y a 38.104 maestros de quienes no se tienen ningún reporte porque los centros educativos donde laboran están cerrados y ni siquiera hay quien haga el reporte a las autoridades. El monto no incluye la contribución estatal y patronal a los fondos de pensiones ni la proporción que se reserva para el aguinaldo.
La cifra que se les deposita por día por la labor no realizada, alcanzaría para levantar una escuela similar a la que se va a levantar en Colima de Tibás o para que la Caja Costarricense de Seguro Social compre un acelerador lineal para tratar pacientes con cáncer.
Para la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), sin embargo, el único culpable de esta situación es el presidente Carlos Alvarado, por no reunirse con ellos a negociar desde un principio el futuro de la reforma fiscal.
Los docentes que sí cumplen con sus labores son 16.217, según datos suministrados por el Ministerio. En ellos el MEP invierte ¢513 millones diarios.
Toda la planilla, huelguistas y no huelguistas, le cuesta al día al MEP ¢2.728 millones al día.
Costo en el tiempo
Durante el primer mes que los docentes no asistieron a las aulas, el Ministerio les tuvo que pagar ¢66.453 millones. Al cumplirse dos meses de huelga, Ministerio ya les había depositado ¢132.906 millones.
Este miércoles se cumplen 73 días de huelga de educadores, los cuales le han costado al Estado ¢160.600 millones solo en el pago de salarios.
Si al 13 de diciembre, día de cierre del curso lectivo, los maestros continúan en el movimiento, el costo ascenderá a ¢209.00 millones.
Para Edgar Mora, ministro de Educación, las erogaciones en salarios no trabajados “son una rotunda pérdida de recursos, en una época en la que los recursos públicos son escasísimos y las necesidades enormes”.
En criterio del jerarca, la posibilidad real de recuperar ese dinero es “mínima” por resoluciones de huelga anteriores que han establecido que no se rebaje el salario, aun cuando los movimientos resultan ser ilegales. Este es el caso de la Municipalidad de Santa Ana y Correos de Costa Rica.
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"Los grandes perdedores de esta huelga han sido los estudiantes, un gasto infructuoso de estas magnitudes es también una tragedia social. Moralmente, la sociedad ha censurado que los docentes en huelga le digan ‘si al cheque y no al chico’, como le leí el otro día a un ciudadano en una red social. La erogación para el MEP representa más que una contrariedad, un contrasentido absoluto del propósito educativo.
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“Todos los defectos de nuestra educación han sido potenciados por esta huelga ¿Cómo no iba a ser así si ha anulado más de un 35% del tiempo lectivo de un año escolar? Conforme vayamos identificando los datos que revelan estas consecuencias, estos serán evidenciados para que la sociedad los valore”, dijo el jerarca.
Para Roblin Apu, los docentes “están haciendo una retribución de su salario al Estado” con el rebajo de renta, el seguro social y de todas las cargas sociales.
“Nosotros hemos estado en un nivel de huelga con diferentes niveles de afectación, básicamente porque Carlos Alvarado no se ha querido sentar a negociar. Si vemos un culpable, el culpable es el presidente de la República. Al estar en huelga, estamos educando a nuestros alumnos; les estamos diciendo que ellos pueden pelear por los derechos que creen”, manifestó.
Hace 15 días, la presidenta de la APSE, Mélida Cedeño, les dijo a los huelguistas que no se sintieran mal por los salarios pagados en la huelga, en una concentración de la Unidad Sindical en La Cruz, Guanacaste.
“Nosotros (los docentes) trabajamos 24/7, mientras unos duermen, nosotros trabajamos; sábado y domingo, trabajamos. Por eso es que no se tienen que sentir mal porque nos están pagando estos días, están bien ganados, requeteganados”.
La Nación llamó a representantes de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) y del Sindicato de Educadores de la Educación (SEC) pero no contestaron las llamadas.
Sin valorar
Aparte del costo en salarios, la huelga también ha implicado otros gastos, no todo determinados.
En las primeras semanas, por ejemplo, se denunció el cierre de comedores escolares que dejó sin comer a unos 79.000 niños, aunque el MEP estuviera obligado a pagar contratos a proveedores.
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Asimismo, la ausencia de maestros obligó a realizar cambios en el calendario escolar como el traslado de exámenes de bachillerato, atrasos en calificaciones, búsqueda de colaboradores y trastornos para los estudiantes por ausencia de notas en trimestres anteriores.
De los 856.777 estudiantes de primaria y secundaria registrados, en oficinas centrales del Ministerio solo había registro de calificaciones de 1.586.
Para los jóvenes de último año de colegio se ha ha complicado la definición de notas de presentación y podría dificultar la entrega de resultados de bachillerato, prevista para el 26 de noviembre.
Todo esto sin contar todos los vacíos con que niños y jóvenes llegarán al próximo curso lectivo.
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