Candy Alvarado Guillén paga desde que inició la huelga, ¢15.000 semanales para que su hija de siete años reciba tutorías sobre lecto-escritura.
A la madre, vecina de Puriscal, le preocupa el atraso que sufre su pequeña en el aprendizaje por culpa del movimiento de protesta que comenzó el 10 de setiembre.
“Trabajo 12 horas al día y gano ¢175.000 al mes, aun así tengo que hacer un esfuerzo para pagarle clases a mi hija porque me preocupa que de los tres grupos de primero que hay en la escuela, en el que está mi hija es el único en el que ninguno de los niños sabe leer”, contó.
Según dijo, este martes, apenas se publicó la noticia sobre la ilegalidad de la huelga, llamó a la Escuela Darío Flores Hernández, de Puriscal, para preguntar cuándo se reincorporarían los maestros y la respuesta fue que la docente no regresaría hasta agotar las apelaciones y demás etapas del proceso.
Daniela Rodríguez, otra mamá preocupada, afirma que ha pagado “una fortuna” en profesores para ayudar a sus dos hijos, quienes se están preparando para hacer bachillerato y también para las pruebas de admisión de las universidades estatales.
Una situación similar relató Shirley Cubillo, vecina de Alajuela.
Ella tiene dos hijos, uno en octavo y otro en sexto grado. Según dice, no es mucho lo que han podido repasar, pues casi no tienen materia.
Mientras, añade doña Shirley, su hija mayor que debe hacer bachillerato, aún no tiene claridad con sus notas, pues varios profesores están huelga, además en el centro educativo le dan tutorías, pero no de todas las asignaturas poruqe los docentes de Biología y Cívica tampoco están asistiendo.
“Más bien para evacuar dudas usamos a veces muchas veces Google y tutorias de YouTube”, indicó.
“Pagar buseta para nada”
El transporte también representa un gasto adicional para los padres, pues aunque los menores no acudan a la escuela hay que pagar el servicio.
“Pagar buseta para nada, se atrasan montones, para que las maestras nos digan que ahora deben empezar de cero y hoy mandaron diciendo que no van a calificar más, que cierran a como quedaron, o sea no dan más materia”, comentó acongojada Denisse López, que tiene hijos en primero y segundo grado.
La mujer, quien también es vecina de Alajuela relató que han tenido que pagar guarderías por el tiempo en que los niños deberían estar en la escuela.
A ella le preocupa que las maestras no les han enviado materia, prácticas o tutorías con las que puedan avanzar en la casa.
La madre, igualmente, preguntó a la docente de uno de sus hijios cuándo retornarían y la respuesta que obtuvo es que los sindicatos les han indicado que no deben regresar porque si no no tendrán cómo justificar las ausencias.
La educadora, finalmente, le informó que para obtener notas finales se promediarían los dos períodos que ya se evaluaron (I y II trimestre).
Yandali Guerrero también ha pagado el transporte del mes, aunque no se ha usado. Como si no fuera suficiente el gasto, ha tenido que faltar el trabajo para cuidar a su hijo en tiempos que debieron ser lectivos.
Otros padres refirieron recortes en sus presupuestos para pagar horas adicionales a las personas que se encargan de sus hijos, aunque su mayor preocupación radica en el atraso en la materia que acumulan tras completarse un mes de suspensión de clases a causa del movimiento contra el proyecto de reforma fiscal, que se aprobó en primer debate el viernes pasado.
Según el último reporte del Ministerio de Educación Pública, de un total de 40.039 docentes reportados, 27.563 estaban ausentes.