Los temores, prejuicios, la falta de información en torno a los programas de sexualidad del MEP, que tuvieron eco incluso en la campaña política, calaron en los padres de 1 de cada 4 alumnos (25%) que debían recibir la materia a partir de este año.
Según datos del MEP, de los 42.219 alumnos que estaban matriculados para recibir la asignatura, 10.583 no asisten amparados en una carta enviada por sus papás al centro educativo.
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El 75% restante de los jóvenes sí reciben la materia de Educación para la Afectividad y la Sexualidad, que está a cargo de docentes de Psicología. Entre los contenidos que reciben los alumnos de décimo, en colegios académicos, y de undécimo, en colegios técnicos, están derechos sexuales y reproductivos, relaciones coitales placenteras, sexualidad para personas con discapacidad, así como paternidad y maternidad responsables.
También se abordan los derechos de la población LGTBI (lesbianas, gais, bisexuales, personas transgénero e intersexuales), las relaciones libres de abuso y violencia; y las nuevas masculinidades y feminidades.
Para el Ministerio de Educación Pública (MEP) los “mitos” y la “mala campaña” que se le hizo al programa explica por qué el 25 % de los alumnos no asiste a las clases. Sin embargo, para la Institución “es positivo” que el 75% de los alumnos acudan a las lecciones.
Édgar Mora, ministro de Educación, explicó que tiene evidencia de que los muchachos que no asisten a las lecciones lo hacen por decisión de sus padres y no por su propia decisión.
Desde que el MEP anunció, en julio del año pasado, que la sexualidad iba a ser una nueva asignatura, se informó que los padres tenían la opción de enviar una carta al centro educativo en caso de que no quisieran que sus hijos recibieran la materia.
“No tenemos datos que reflejen por qué en general los alumnos no asisten a las clases, pero es evidente que ha habido una campaña en contra de las lecciones y de los programas. Eso alguna incidencia habrá tenido, también hay prejuicios familiares, posiciones sociales, que desfavorecen este porcentaje menor de personas que no asisten a las clases. Este dato lo único que tiene margen es de crecimiento y no de decrecimiento ”, manifestó el ministro.
Desde que se anunció la materia, grupos se organizaron desde redes sociales para entablar una fuerte oposición contra lo que denominaron “ideología de género”, con la idea de que esta clases le enseñarían a los estudiantes que podían ser del género que quisieran. Así mismo, se despertó el temor de que promovería una sexualidad más temprana.
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Entre las manifestaciones más importantes, estuvo el rechazo de 17 municipalidades que pidieron al MEP la suspensión “inmediata” de los programas. Además, estas clases fueron uno de los temas que motivaron la “Marcha por la Vida y la Familia” en diciembre anterior.
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También, las clases dieron origen a protestas de padres quienes cerraron 20 escuelas en San Carlos, a pesar de que en primaria no se imparte el programa. Esto complicó el inicio del curso lectivo: la entonces ministra de Educación, Sonia Marta Mora, se tuvo que desplazar hasta San Carlos para explicarles la importancia de las clases pero no hubo acuerdo.
Sin embargo, también hubo otros grupos a favor de los programas amparados en cifras como las de la Clínica del Adolescente, que indicaban que el 75% de los jóvenes creían que el coito interrumpido era efectivo para prevenir el embarazo y el 67% no sabía cómo evitar enfermedades de transmisión sexual.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2013 hubo 12.800 embarazos de menores de 19 años; en 2015, fueron 11.600; en 2017 se reportaron 7.029.
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En Nicoya se reporta la menor asistencia
De los 740 alumnos de colegios académicos y técnicos de la Dirección Regional de Nicoya, que deben recibir la clase de Afectividad y Sexualidad, solo el 27% (203) va.
Clara Espinoza, directora regional de Nicoya, explica la baja asistencia en la “cultura machista y tabúes” en estos temas que hay en la provincia de Guanacaste.
Las razones que en sus cartas manifestaron lo padres, según Espinoza, era que las clases motivarían a los jóvenes a iniciar a muy temprana edad su vida o que se iban a “convertir en lesbianas y gays”.
“Ha habido una resistencia de los padres, no se les puede obligar. Los mismo chicos que reciben las clases recomiendan a los otros alumnos las lecciones, les cuentan de qué es lo que se ve en la clase. Hay padres que tiene una visión errada de los programas y las opiniones colaboran en poco a cambiar esa visión. (Para aumentar el porcentaje de asistencia) Hemos hablado sobre eso con los compañeros de que tenemos que ir implementando estrategias para permear estos procesos, no los podemos obligar”, manifestó la funcionaria.
En el Liceo de Nicoya fueron “pocos” los padres que enviaron la carta para evitar que sus hijos fueran a las clases de sexualidad, según comentó el director de este centro educativo, José Luis Ramírez.
Ramírez considera que estos programas se “satanizaron” desde que salieron.
“Fueron muy pocas las cartas que recibí, el principal motivo fue que al principio hubo mucho bombadeo por parte de los medios de comunicación, la gente entró como en un estado de miedo y desconfianza de sus hijos recibieran cosas que no fueran con la moral y buenas costumbres de sus familias. Se satanizó el asunto de las clases de afectividad y sexualidad, se satanizó por parte de la prensa y lógicamente la gente entra en pánico colectivo sin estar bien fundamentado. Ese tipo de educación va a fomentar la madurez en los estudiantes”, explicó el director.
Otras direcciones regionales que reportan poca asistencia a las clases son la de Sulá, en Talamanca (45%); Cañas (53%), Puntarenas (60%) y Grande de Térraba (62%).
El Ministerio de Educación Pública (MEP) explicó que va a trabajar muy de cerca con las comunidades que reportan menos asistencia.
Yeimy Quesada, asesora nacional de Psicología del Ministerio, dijo que se van a volver a reunir a los padres de esas comunidades para darles información y convencerlos de la necesidad de que sus hijos vayan a las clases.
La funcionaria dijo que, justamente, el haber reunido a los padres para explicarles puntualmente qué se les iba a enseñar a sus hijos en las clases de sexualidad contribuyó a que la mayoría de los alumnos asistiera.
“Esto nos ayudó mucho a bajar los temores y la ansiedad que los padres tenían. En las Direcciones Regionales con menor asistencia, vamos a incentivar todas las estrategias de volver a reunir a los padres; volver a darles información. Que los estudiantes no vayan es una decisión del padre y vamos a seguir respetándola, pero es muy importante darles la información pertinente. Un punto a favor es que las comunidades en general han ido viendo cómo se desarrollan los programas. Los alumnos están muy contentos”, explicó Quesada.
La asesora añadió que, por ejemplo, una docente durante una clase de sexualidad detectó que una alumna estaba teniendo una relación impropia en la cual estaba sufriendo situaciones de abuso y violencia. La alumna, los padres y la comunidad avalaban la relación de la estudiante porque la veían normal. La docente puso la denuncia del caso.
En la Dirección Regional de Los Santos el 94% asiste a las lecciones
Para Víctor Hugo Durán, director regional de Los Santos, la constante información a los padres de familia ayudó a que el 94% de los alumnos (349 de 373) asistieran a las clases de sexualidad.
Durán explicó que ellos se reunieron en varias ocasiones con los supervisores regionales y directores de los centros educativos para explicarles de la necesidad de aclarar dudas de los padres y atacar los mitos que surgieron tras el anuncio de la nueva materia.
“Se le brindó mucha información a los padres de familia. Además, se les habló a los docentes del tacto que tiene que tener el educador a la hora de mediar los contenidos para que tome en cuenta el contexto en donde se desarrolla el programa de manera que el programa pueda desarrollarse tomando en cuenta las características de la comunidad educativa”, explicó.
La Dirección Regional de Santa Cruz es la segunda que reporta mayor asistencia a las clases, con un 89%; le sigue la Dirección San José Oeste (88%) y la de San José Norte (86%).
Alejandra Bustos, directora del Liceo Diurno de Guararí contó que, al inicio del curso lectivo les dijo a los padres que no les iba a recibir ninguna carta para evitar que sus hijos fueran a las clases de sexualidad “hasta que la escucharan”.
Bustos le enseñó a los padres un video de la exministra Sonia Marta Mora en donde explicaba de forma “muy puntual” la implementación de los programas.
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“Lo que hicimos fue convocar a los padres de familia a una reunión; se les explicó en que consistían los programas; los alcances y el vocabulario que se iba a utilizar. Se les explicó el temario punto por punto, se les dijo que no iba a haber evaluación. Se abrió una sesión de preguntas y respuestas. Al día siguiente nos quedamos esperando si algún papá enviaba la carta pero nadie la presentó”, indicó la funcionaria.
Bustos dijo que los padres tenían muchas dudas, las cuales fueron aclaradas.
“Especialmente las dudas eran por su orientación religiosa. Los padres no querían que los programas sirvieran para que sus hijos tuvieran la curiosidad de experimentar en el campo de su sexualidad o que si las guías iban a causar en los chicos dudas sobre su orientación sexual; pero como la profesora les explicó tan bonito, que fue un éxito la reunión y los padres quedaron sin dudas”, contó la directora.