A principios de este siglo, la mayoría de los costarricenses no conocía el concepto de telefonía prepagada. Todos estaban acostumbrados a pagar un recibo por el consumo del mes. Sin embargo, los celulares abrieron la senda del prepago y hoy es un servicio muy popular.
¿Está cerca también la electricidad prepagada? Esta le serviría, por ejemplo, a una persona con una propiedad de uso ocasional. Bajo este esquema, ya no tendría que pagar siempre un mínimo de energía, sino que podría contratar el consumo por días, semanas o meses según sus necesidades y pagando por adelantado. La proveedora se encargaría de proveer e interrumpir el suministro.
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) confirmó que sus planes para reconvertir su negocio de electricidad incluyen este sistema de venta de electricidad prepagada, así como la creación planes de consumo a la carta y servicios de detección de “fugas de energía”.
¿Por qué? Los futuros servicios nacen ante los cambios en los patrones de consumo de la gente junto al crecimiento previsto de la generación distribuida en el país, mediante la cual empresas o personas producen y almacenan su propia energía, por ejemplo, mediante la colocación de páneles solares. También, influyen redes inteligentes y nuevas tecnologías.
Irene Cañas, presidenta ejecutiva del ICE, confirmó a los diputados de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Legislativa que la entidad prepara un nuevo portafolio de servicios porque ahora la entidad, como otras distribuidoras en el mundo, perciben mucho menos ingresos por la venta de electricidad.
“No podemos seguir esperando que el ingreso mes a mes sea por kilovatios/hora vendidos. Impulsaremos nuevos modelos de negocios. Estamos trabajando en ese nuevo portafolio” aseguró Cañas.
Al ser consultada por este diario sobre qué tipos de novedades se ofrecerían, Cañas confirmó la intención de brindar a sus 760.000 abonados servicios de energía “a la carta” aprovechando el proceso de instalación de 158.000 nuevos medidores eléctricos inteligentes por un monto de $13,6 millones, el cual incluye los concentradores de datos y las licencias.
Esos aparatos son la clave para los nuevos servicios, pues permiten la lectura del consumo y la gestión de servicios eléctricos en forma remota tanto de clientes residenciales como comerciales.
Hoy, unos 75.000 clientes del ICE ya tienen estos dispositivos instalados, con los cuales la entidad aspira a comprender mejor cómo usan la electricidad.
Ese conocimiento podría conducir a innovaciones en los tipos de tarifas y servicios. Por ejemplo, permitiría vender planes personalizados según el estilo de vida y consumo de energía de cada usuario. En el proceso, el proveedor podría optimizar sus recursos y generar ahorros.
De ahí, nace la posibilidad de vender energía prepagada, pero se puede ir más allá.
“Podríamos ofrecer opciones comerciales de apagado y encendido de iluminación en casas, edificios y otras instalaciones según la necesidad de los usuarios”, agregó la jerarca, quien incluyó servicios para optimizar consumo y detectar “fugas de energía”.
Otro servicio sería suministrar alertas a clientes cuando se detecta algún incremento inusual en el consumo, lo cual va ligado a vender servicios de reparación de fugas de energía o detectar hurtos de esta.
Con los nuevos medidores, además, el ICE detectaría con precisión horas y aparatos que disparan el consumo en una casas o negocio como efecto de un mal funcionamiento o de hábitos de consumo.
Adiós a los inspectores de medidores en las calles
Cañas agregó que el cambio hacia los medidores inteligentes y la renovación del portafolio en electricidad supone ahorros y una mejor gestión para el Instituto y su subsidiaria, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL).
Una primera ventaja para el Instituto es que ahorrará tiempo y dinero en lectura de medidores pues será innecesaria la figura de los inspectores que todavía recorren las calles para anotar el consumo de casas, industrias y comercios. Todos los datos con los medidores inteligentes viajarán en tiempo real a los sistemas del ICE, lo cual permitirá un mejor monitoreo de la demanda eléctrica.
Además, se podrá saber si los medidores son alterados, removidos o si varias casas están tomando electricidad de una misma conexión.
La jerarca confirmó que también está un curso un proceso de entrenamiento para formar a sus funcionarios en los nuevos esquemas de trabajo de cara a estos cambios. Incluso, anunció la salida en diciembre del actual gerente corporativo de electricidad, Luis Pacheco Morgan, por motivos de jubilación.
“Tenemos que ir llevando a nuestros colaboradores en ese aprendizaje constante. Ahora estamos buscando a una nueva persona para esa gerencia de Electricidad que lidere parte de estos cambios", aseguró Cañas.
Los nuevos horizontes comerciales del ICE semejan los intereses comerciales de la cooperativas de distribución eléctrica hoy, también en un proceso de instalación de medidores inteligentes.
La sustitución de 250.000 viejos medidores por nuevos dispositivos inteligentes le permitirá a las cooperativas de electrificación ofrecer nuevos servicios (electricidad prepago y la detección de “fugas de energía”; incluidos hurtos).
El cambio de medidores se iniciará este 2019 y la sustitución concluiría en cinco años. En los primeros tres se cambiarían al menos 200.000 aparatos (80% del total) que desplazarían los aparatos de lectura electromecánicos o electrónicos asignados a alrededor del 13% de abonados de electricidad del país; principalmente en zona rural.
Así lo había confirmado Érick Rojas, gerente del Consorcio Nacional de Empresas de Electricidad de Costa Rica R.L (Coneléctricas R.L.), el cual integra a las cooperativas de electrificación Coopelesca R.L, Coopesantos R.L, Coopeguanacaste R.L y Coopealfaroruiz R.L.