El daño ambiental en la zona de Crucitas, en Cutris de San Carlos, sería mucho más grave de lo que el Gobierno ha informado y supondría un riesgo para la salud de los habitantes de aquella región.
Contaminación de mercurio superior a la estimada por estudios previos, presencia de drenaje ácido (fuerte aumento de la acidez en aguas de nacientes superficiales) y dispersión de metales tóxicos a otras áreas son las conclusiones de un análisis concluido en diciembre por un grupo interdisciplinario de investigadores.
Los autores son expertos de la Universidad Nacional (UNA), Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Cornell en Ithaca (Nueva York, Estados Unidos).
Estos hallazgos contrastan con los datos revelados por el ministro de Ambiente y Energía (Minae), Carlos Manuel Rodríguez, en setiembre pasado, cuando afirmó que el daño causado por los oreros artesanales en ese sitio es de "bajo impacto y pequeña escala”. Según afirmó, el área impactada por los miles de coligalleros fue de entre 20 y 30 hectáreas.
Sobre el grado de contaminación de las fuentes de agua o con metales pesados no hubo pronunciamiento.
Por su parte, la viceministra Celeste López, manifestó en diciembre que había nuevos estudios en curso y que este mes tendrían un dato oficial.
No obstante, para los expertos responsables de este informe independiente, ellos han recabado suficiente evidencia como para encender las luces de alerta ya.
La situación, señalan, está “poniendo también en riesgo el equilibrio ecológico de la región, en un grado mayor al estimado anteriormente”. Así lo consignaron en un documento al que tuvo acceso este diario.
El análisis surgió por iniciativa de los autores de la investigación ante lo que perciben como una falta de claridad del Minae sobre el tema de la extracción de oro de la mina Crucitas, luego de la partida de la empresa Industrias Infinito, cuya actividad quedó anulada por una sentencia ratificada en 2011.
Según la investigación, tienen evidencia técnica y científica que demostraría un “alto grado de contaminación con mercurio como resultado de la minería ilegal en Crucitas”, por lo cual los investigadores solicitan al Estado tomar las medidas para frenar esa actividad y “contener los daños a mediano y largo plazo”.
“En el presente trabajo confirmamos la presencia de niveles anormalmente altos de mercurio en los sedimentos fluviales de las cuencas de los ríos Infiernito, caño Crucitas y caño Descubrimiento, producto de la minería ilegal”, manifiestan.
Los datos revelarían valores inclusive más altos que los presentados en el informe de la UNA-IRET de setiembre, que la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN) divulgó en diciembre, cuando alertó de una alta contaminación con mercurio en cauces de varias corrientes de agua en la zona de Crucitas.
El nuevo documento reporta valores aún mayores (5 a 200 veces de la presencia natural de mercurio en esa zona) respecto a la investigación que ventiló el PLN.
En el escrito se recuerda que el mercurio es un elemento pesado con gran afinidad con el oro y, por este motivo, se utiliza en la minería ilegal para el proceso de amalgamación, que separa el oro de otros minerales.
Al igual que otros metales pesados, agrega el escrito, el mercurio no se descompone en la naturaleza y más bien se acumula en la cadena alimenticia.
“Los vapores de mercurio pueden foto-oxidarse en la atmósfera y ser transportados como mercurio inorgánico en la lluvia, aumentando su dispersión de la zona de aplicación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es altamente tóxico para el sistema nervioso central y periférico. La exposición a este elemento produce daños en el sistema digestivo e inmunológico, los pulmones y los riñones", alertan los investigadores.
Los especialistas afirman que los niños son especialmente vulnerables y están expuestos directamente si comen pescado contaminado o beben líquido de acuíferos expuestos a minería ilegal donde se utiliza mercurio.
“Cuando el agua o animales contaminados son consumidos por mujeres embarazadas puede generar problemas de desarrollo neurológico en el feto, incluyendo retraso mental, convulsiones, pérdida de visión y audición, retraso en el desarrollo y trastornos del lenguaje”, se lee textualmente.
Finalmente, aseguran, el mercurio puede contaminar la atmósfera y el agua a una distancia muy larga de la fuente de minería ilegal; por lo tanto, "es de suma importancia y altamente urgente que el Gobierno tome todas las medidas pertinentes para eliminar su trasiego uso, y disposición final”.
Los investigadores, no obstante, también solicitan al Gobierno retomar la minería en Costa Rica de forma “responsable”.
“Es urgente que Costa Rica retorne a un modelo de sostenible derogando la ley 8904 ‘para declarar a Costa Rica libre de minería metálica a cielo abierta’, y remplazándola por una nueva ley con una estructura altamente técnica, que permita desarrollar una industria mineral responsable, en lugar de perpetuar daños irreparables al medio ambiente, generando a su vez beneficios a nuestro país”.
¿Cómo se hizo el estudio?
La zona de estudio corresponde a los alrededores de la antigua área del proyecto minero Crucitas, a unos 5 km del río San Juan. La investigación la financió la Universidad de Cornell y contó con apoyo de logística de campo de la UNA y la UCR.
Se trata de una región donde predominan potreros y algunos parches de bosque donde los cauces son poco profundos.
El texto explica que ahí se seleccionaron 12 sitios de muestreo tomando en cuenta evidencias de actividad extractiva o ausencia de esta para comparar valores de mercurio eventualmente altos con valores naturales producto de la mineralización de las rocas o el proceso de formación del suelo.
Las muestras de sedimento (limos arenosos, arcillas y material hidrotermal) se recolectaron del 21 al 23 de noviembre de 2018 en recipientes plásticos especiales para muestreo geoquímico, los cuales se cerraron herméticamente.
Luego de la recolección, los recipientes fueron doblemente sellados en bolsas herméticas especiales para muestreo ambiental de sedimentos y aguas, con el fin de evitar contaminación externa en el transporte y custodia de las muestras.
Todas se remitieron directamente al laboratorio certificado ALS-Vancouver, en Canadá, el 26 de noviembre.
Las muestras analizadas en Canadá revelan que tanto el reporte de la UNA-IRET como el nuevo trabajo coinciden en que el caño Descubrimiento presenta las concentraciones mayores de mercurio.
Esa es la cuenca donde ha habido mayor remoción de suelo por minería ilegal.
Sin embargo, el valor más alto se reporta en la cuenca alta del caño Crucitas, donde dicen los expertos que se observó evidencia de reciente preparación de amalgamas y cerca de un campamento de mineros ilegales.
¿Quiénes son los autores?
El estudio lo lideró Esteban Gazel Dondi, geólogo costarricense y profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera de la Universidad Cornell en Estados Unidos.
Gazel Dondi ganó el Premio Nacional en Tecnología 2009 y, en el 2016, el Premio HisashiKuno que otorga la Unión Americana de Geofísica (AGU, por sus siglas en inglés).
También participaron Aristides J. Alfaro, estudiante de posgrado en Ciencias Geológicas de la Universidad de Cornell y Alejandro Arauz, consultor principal y asociado, respectivamente, de la firma ALARCA Geoquímica EIRL especializada en exploración geoquímica y mediciones ambientales.
Otros autores incluyen a Stephanie Murillo, profesora de Geología de la Universidad de Costa Rica y Ricardo Sánchez Murillo, profesor en Hidrología Química y parte del grupo de investigación en Isótopos Estables de la Universidad Nacional.
Sánchez Murillo recibió en diciembre el Premio Twas/CONICIT para científicos jóvenes 2018 en Química, por sus investigaciones en temas hidrológicos.