El quiosco del parque Central de San José fue sometido a un riguroso procedimiento ‘quirúrgico’ para solventar los graves daños estructurales que arrastraba el edificio y que ponían en riesgo su continuidad.
“Tenía acumulado un proceso de deterioro muy grande, fundamentalmente toda la losa del quiosco, o sea el piso, estaba fallado, y eso hacía que el sótano, donde funcionó durante muchísimos años la Biblioteca (Municipal) Carmen Lyra, tuviera muchas filtraciones de agua, que hacían que ese espacio, que es bastante grande, fuera prácticamente inutilizable”, señaló el alcalde capitalino Johnny Araya.
Estudios hechos por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) y otros ingenieros, revelaron la necesidad de cerrar el quiosco inmediatamente, ante el riesgo que podrían correr las personas, en caso de que la estructura cediera, Los trabajos para solventar los problemas comenzaron en abril de este año.
“Aquí ha habido una intervención que va muchísimo más allá de lo estético, hay una intervención de reforzamiento estructural del quiosco y de ponerlo en condiciones para que pueda funcionar en el sótano”, dijo Araya.
La Municipalidad contrató una empresa especializada en reconstrucción que procedió a demoler todo el piso, colocar nuevas vigas, columnas, drenajes y dar un acabado especial al piso, el cual que tiene 30 centímetros de espesor y está reforzado con acero.
La losa del piso cuenta con un diseño especial, acordado entre el gobierno local y el Centro de Patrimonio Cultural. Se trata de una especie de rosa de los vientos, hecha con piedra blanca, ocre y cintas de metal, para poder generar los colores y darle un estilo antiguo.
Nueva vida desde los cimientos
Aún se trabaja en finiquitar detalles menores de las obras, cuyo costo ronda los ¢135 millones.
“Quisimos abrirla antes de terminarla para que la gente pudiera disfrutarlo en diciembre porque no queríamos que las latas que estuvieron por unos meses siguieran puestas”, indicó Marco Vinicio Corrales, gerente de Provisión de Servicios de la municipalidad.
Los trabajos también buscan habilitar la parte inferior del quiosco al dotarlo de nuevos baños y una rampa de acceso para sillas de rueda, con el fin de cumplir con lo estipulado en la Ley 7600. También se busca que este espacio pueda albergar en el futuro un espacio de ocio.
“Siempre hemos tenido la idea de poder poner a funcionar una cafetería en el sótano del quiosco del parque Central, que eventualmente pueda compartir el espacio con una pequeña oficina de información turística”, expresó el alcalde.
Una vez concluidos los trabajos y todos los detalles que faltan, se abriría un proceso de licitación o de remate, para adjudicarle a una empresa la instalación del negocio que operaría en la parte inferior.
La amenaza de las palomas
Al interior del quiosco se pueden observar mallas que buscan evitar que las palomas lo conviertan en su nido, debido a lo que son sus desechos y los riesgos que suponen a la salud pública, aunque el municipio reconoce que esta no es la solución definitiva.
“Hay una Comisión donde está la Municipalidad, el Ministerio de Salud, Senasa y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), así como algunos otros entres de la academia, que buscan una forma biológica de combatirlas”, señaló Corrales.
“Ya hay un producto que se trajo de Italia, es una semilla que allá se está probando, que controla el nacimiento y muy pronto lo vamos a poner a prueba, vamos a tratar que de que en lugar de que se venda maíz en algunos lugares de acá les demos ese tipo de alimento, para ir tratando de disminuir la población de ellas, no eliminarlas pero sí disminuirlas, y tratar que la población sea más sana”, añadió.