El Templo de San Blas de Nicoya, en Guanacaste, será sometido a un nuevo proceso de rehabilitación para retornarlo a su antigua gloria y corregir las huellas que dejó en su estructura el terremoto de 7,6 grados de magnitud momento (Mw), ocurrido el 5 de setiembre del 2012.
Se trata de la tercera y última etapa de un proyecto de restauración, para el cual se destinarán ¢345 millones, según anunció este lunes el Gobierno de la República, por medio de un comunicado de prensa, tras una visita que realizó el presidente Carlos Alvarado al histórico inmueble.
Los fondos fueron incluidos en el anteproyecto del presupuesto 2019 presentado al Ministerio de Hacienda; se espera que durante el mes de setiembre del 2018 “se avance en las condiciones y especificaciones técnicas cartelarias que permitan llevar a cabo el proceso licitatorio durante el ejercicio económico del 2019”.
“Específicamente, esta partida es para reforzar el área correspondiente a las paredes del presbiterio (alrededores del altar mayor) y la sacristía de la iglesia colonial o templo de San Blas de Nicoya, incluyendo la rehabilitación de acabados de pisos, repellos, elementos decorativos, revestimientos y techos”, detalló la ministra de Cultura, Sylvie Durán.
Para solventar los daños provocados por el movimiento telúrico del 2012 en el templo colonial, el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) ya ha invertido ¢370 millones “en refuerzo estructural, prospección arqueológica y en reforzamiento de los muros laterales (costados sur y norte) con bandas de fibra de carbono como sustituto del acero de refuerzo. Asimismo, en intervención de la fachada principal del templo”, señala la nota de prensa.
La iglesia fue construida en 1644, donde estuvo la primera parroquia del país, y reconstruida en 1831 tras los daños que sufrió con los temblores de 1822. En 1995, el templo de San Blas fue declarado de interés histórico y arquitectónico.