Exonerar la canasta básica no solo reduce la recaudación de impuestos, sino que le resta progresividad a la reforma fiscal y elimina la posibilidad de controlar a los evasores que participan en la cadena de producción de esos bienes.
Así justificó el Ministerio de Hacienda la necesidad de gravar los productos de consumo básico con el impuesto de valor agregado (IVA), propuesto en la reforma fiscal que se discute en el Congreso y cuya tasa reducida sería de 2%, a excepción de los productos agropecuarios que tendrían un gravamen de 1%.
Sin embargo, los diputados de la Comisión Especial que dictamina el proyecto de ley decidieron, este miércoles, mantener la exoneración de la canasta básica, tras la aprobación de una moción del diputado de Restauración Nacional, Carlos Avendaño, con apoyo de otros partidos como Integración Nacional, Liberación Nacional y Frente Amplio.
Actualmente, están exonerados del impuesto general sobre las ventas (que se reemplazaría por el IVA) productos alimentarios como las carnes, frijoles, arroz, pan, leche y otros bienes como pasta de dientes, papel higiénico y pañales.
Con la propuesta del Gobierno, Hacienda y el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) establecerían un listado de los productos que tendrían tarifa reducida, posibilidad que se esfumó este miércoles.
Sin embargo, la fracción oficialista tiene una carta bajo la manga, pues presentó una moción para mantener la propuesta original del gobierno, la cual todavía no ha sido votada;en ella recae la posibilidad de que los diputados recapaciten este punto.
En un comunicado de prensa, Hacienda lamentó la decisión de exonerar la canasta básica y pide a los diputados revertir la decisión por cuatro razones:
1. Con la exoneración, se elimina la posibilidad de ejercer controles sobre los sectores que participan de la cadena productiva, pues se pierde el principio de trazabilidad, principal razón de ser del cobro del IVA sobre esta canasta.
2. Se reduce la expectativa de recaudación del IVA de 0,65% a 0,55% del producto interno bruto (PIB). Esto se traduce en unos ¢65.000 millones anuales.
3. Se beneficiarán más quienes tienen mayor capacidad de consumo. En declaraciones anteriores, la jerarca de Hacienda, Rocío Aguilar, señaló que exonerar la canasta básica también implica que las personas con más ingresos, tampoco pagarán los impuestos sobre esos productos. Previo a este cambio, el Gobierno valoró la posibilidad de devolver el IVA a la población con menos ingresos, dejando el peso del nuevo impuesto en las personas con más ingresos.
4. Sectores como el agropecuario y el de salud, que participan en la cadena productiva y están gravados con IVA, no podrán deducir el costo de esos insumos como un crédito ante Tributación, por lo que esos costos los tendrá que pagar el consumidor, finalmente.
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