Uno de los jefes de departamento del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) recibe cada mes un salario base de ¢958.000; sin embargo, su sueldo termina cuadruplicándose a ¢4,1 millones gracias a los pluses que recibe: ¢2,5 milones por años de servicio, ¢526.000 por dedicación exclusiva y ¢126.000 por carrera profesional.
Por su parte, el auditor general tiene una base de ¢1,3 millones, pero el ICT le desembolsa ¢5,9 millones mensuales. Solo en anualidades, este funcionario cobra ¢3,6 millones, según información suministrada por la entidad.
Por pluses como estos, 53 funcionarios del Instituto de Turismo perciben más dinero que la propia jerarca de la entidad. Ellos equivalen al 20% de la planilla.
Mientras la presidenta ejecutiva tiene un salario de ¢2,7 millones, este grupo de funcionarios tiene sueldos hasta de ¢5,9 millones. Ganan más que cualquier ministro de Estado, quienes perciben menos de ¢2,3 millones incluyendo la prohibición.
Un ejecutivo de turismo puede ganar ¢3,5 millones y un jefe de departamento, casi ¢4,9 millones.
La jerarca tiene un sueldo único, es decir, sin pluses. Sus subalternos, en cambio, si bien tienen salarios base más bajos, engrosan sus ingresos gracias a los beneficios.
Reciben por ejemplo un 7% adicional a la base por cada año laborado, así como un 20% extra por estudios formales, un 55% por dedicación exclusiva e ingresos adicionales por carrera profesional.
Este conjunto de pluses hace que el costo de la planilla crezca en un 180% a nivel general, para el ICT.
Los incentivos están en el Reglamento Autónomo de Trabajo de la institución, que fue ratificado en 1998, en la administración de Miguel Ángel Rodríguez.
Ninguno está sujeto al rendimiento o eficiencia de los empleados.
El pago por estudios formales, conocido como asignación profesional, recientemente fue declarado inconstitucional porque replica el objetivo de la carrera profesional.
Por otro lado, la anualidad resulta técnicamente en un 7%, porque aunque está fijada en 5%, todos los empleados reciben por adelantado el quinquenio, en fracciones de 2% por año. Esta forma de pago, adoptada en 1982, nunca ha sido variada por los jerarcas de la institución.
De acuerdo con la Contraloría General de la República (CGR), el ICT es una de las instituciones que más fondos destina a incentivos por encima de las remuneraciones básicas.
Entre los 277 empleados del ICT, hay quienes ven crecer su salario base hasta en un 400%.
El salario promedio es de ¢1,8 millones, y el 70% de los funcionarios gana más de ¢1 millón.
Los incentivos hacen que las personas que laboran en la misma categoría tengan salarios muy distintos.
El cargo de secretaria ejecutiva tiene un salario base de ¢350.000, pero una persona con ese puesto recibe un salario bruto de ¢1,2 millones.
Asimismo, hay quienes ocupan un puesto inferior y ganan más que sus superiores.
Presidenta ejecutiva prefiere no referirse
Consultada la institución por estos pluses, la entidad alega que el presupuesto del ICT no proviene del Gobierno Central, sino del impuesto de un 5% sobre los pasajes para viajes internacionales que se compran dentro y fuera del país, así como de un impuesto de ingreso de $15.
“Nótese que el ICT no forma parte del Gobierno Central, ni tampoco forma parte de las instituciones cuyo presupuesto proviene de ningún tipo de transferencia”, aclaró la institución.
Por su parte, la jerarca María Amalia Revelo prefirió no referirse al costo de la planilla de la institución por estar en medio de un proceso de negociación.
"Ya está reactivada la mesa de diálogo. Yo preferiría no referirme a eso, precisamente por el tema de la mesa de diálogo", dijo Revelo a este medio, el pasado miércoles.
Se insistió en consultar cuál sería la propuesta para negociar, a lo que ministra respondió: “No puedo adelantar criterio”. Esa misma respuesta dio cuando se le preguntó si estaba de acuerdo con esos pluses.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) confirmó que no existe, oficialmente, ningún proceso de mediación entre los trabajadores del ICT y la jerarquía. Sí lo hubo durante la administración de Mauricio Ventura, en el pasado periodo, pero no ha sido reactivado.
El sindicato de la institución, la seccional ANEP-ICT, negó declaraciones a La Nación. El gremio busca más bien amarrar esos pluses a una convención colectiva, según dijo Ventura a este medio.
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