El abogado litigante Jorge Araya García, nuevo magistrado de Sala IV, es crítico del “activismo judicial desenfrenado”.
Araya asumirá su puesto en la Corte Suprema de Justicia con la certeza de que la Sala IV debe autocontenerse para no invadir el ámbito de acción de los poderes Legislativo y Ejecutivo, e intervenir solo en casos de extrema necesidad.
También considera que ya es hora de hablar de reformas a la jurisdicción constitucional y de encontrar mecanismos para que la ciudadanía vea a la Sala como un órgano eficiente, que mejore su capacidad de respuesta y cuyas sentencias sirvan como un instrumento de educación a la población.
El siguiente es un extracto de la entrevista que Araya concedió a La Nación después de que 38 votos de la Asamblea Legislativa definieran su nombramiento por los próximos ocho años.
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¿Cómo recibe su designación como magistrado de la Sala Constitucional?
Plenamente consciente de la responsabilidad que conlleva en momentos particularmente difíciles para el Poder Judicial y con enormes desafíos para la justicia constitucional costarricense, de tal manera que tomo esta decisión de la Asamblea Legislativa con una gran responsabilidad y consciente de que mi compromiso es únicamente con la defensa de la Constitución, sus principios y sus valores.
En la audiencia ante la Comisión de Nombramientos, a finales de 2015, usted exponía que uno de los grandes retos de la Sala IV es el de no invadir los ámbitos de acción de los otros poderes de la República, el Legislativo y el Ejecutivo. ¿Considera que ese tema, en este contexto y con los temas que se discuten en la agenda pública, toma más relevancia?
Indudablemente. A nivel mundial se está hablando dentro del ámbito del derecho constitucional comparado sobre el desafío que significa ese activismo judicial desenfrenado, de tal manera que se requiere de parte de la justicia constitucional costarricense muchísima mesura y un autocontrol, a efecto de que la intervención del órgano que se encarga de la defensa constitucional sea en situaciones y condiciones estrictamente indispensables, tal como lo establece la Constitución, el derecho de la Constitución y la Ley de la Jurisdicción Constitucional.
Como magistrado suplente tiene conocimiento sobre el funcionamiento del Poder Judicial, pero también se desempeña en el ámbito privado. ¿Qué aporte cree que le puede hacer a la Sala esa perspectiva?
Bueno, por mi formación constitucional tengo un perfifl de juez constitucional en el ámbito teórico. Como usted lo pudo apreciar, soy doctor en Derecho constitucional, especialista en Derecho Constitucional y en Ciencias Políticas. Adicionalmente, soy un comunicador y me parece que va a ser un elemento muy interesante para la Sala Constitucional, que exista una persona que pueda, de alguna manera, comunicar adecuadamente las decisiones constitucionales tan trascendentales que toma este órgano.
Usted llega en un momento de intensa discusión pública, con temas sensibles. ¿Cómo se siente de llegar justo ahora a un puesto de tanto escrutinio público?
Por esas cosas de la vida y de Dios, llego en el momento de mi madurez personal, profesional y académica, muy consciente de la responsabilidad que los diputados han depositado en mí y la manera de retribuir ese gesto de confianza es con una defensa absoluta del derecho de la Constitución, de esos valores y esos principios que son sagrados para la institucionalidad democrática.
Mencionaba antes que su formación como comunicador va a ser muy valiosa para mejorar la comunicación del quehacer de la Sala. ¿Cómo podría mejorar, y cómo puede contribuir usted a ese objetivo?
Es que las sentencias de la Sala son un instrumento de educación y de comunicación, de tal manera que contribuiré en la medida de mis posibilidades con todos mis compañeros que ya tienen una experiencia importante a que esas resoluciones importantes se conviertan en ese instrumento que venga a portar una luz dentro de algunos claroscuros que tiene el ámbito público y privado del Estado costarricense.
Como parte del momento particular en el que llega a asumir su magistratura, hay dos temas en el centro de la discusión pública: la consulta de constitucionalidad de la reforma fiscal y las pensiones de lujo. ¿Cuál es su perspectiva, en un momento en que la Sala asume esos temas medulares?
Como le decía, es una enorme responsabilidad. Lo voy a hacer como he hecho todo en mi vida, con la seriedad, la profundidad y el compromiso patriótico que este mandato requiere.
La audiencia en la que usted expuso sus prioridades ante los diputados fue hace tres años. Desde entonces, ¿usted cree que algo haya cambiado, hay algo que sea de muchísima urgencia para la Sala Constitucional?
Yo creo que los desafíos de la justicia constitucional de América Latina son los mismos que tiene la justicia constitucional costarricense. Me refiero a que tenemos que hacer un esfuerzo en el tema de ver cómo le entramos a esta sobrecarga de trabajo, para poder disminuir sensiblemente la capacidad de respuesta del órgano.
También tenemos que revisar todo el esquema de la ejecución de las sentencias de la Sala, de tal manera que necesitamos verificar, con mayor precisión, si todo lo que la Sala está resolviendo, finalmente, está siendo acatado por los órganos recurridos y por las instancias que han sido recurridas en esos diversos procesos.
Y, por supuesto, tenemos que pensar y tomarnos muy en serio todos los esquemas de reforma a los modelos de justicia constitucional que vengan a enriquecerla. De tal manera que uno de los grandes desafíos es, también, postergar las reformas necesarias a nivel de la justicia constitucional costarricense.
¿En qué sentido?
Bueno, creo que la Ley de la Jurisdicción Constitucional es una normativa de 1989, y ya requiere de algunos ajustes que parecen importantes, y debemos de aprovechar el momento de hacer una revisión de todos aquellos proyectos de ley que han estado haciendo fila en la corriente legislativa, para ver, de esos, cuáles podríamos rescatar para afianzar y fortalecer aún más la justicia constitucional que, como usted bien sabe, se convierte en el gran instrumento de la defensa de la decisión política fundamental más trascendente para un Estado y una sociedad, como lo es su Constitución Política.
¿ A través de cuáles cambios puntuales podría ocurrir eso?
Lo primero que tenemos que ver es los espacios y las dinámicas que tenga el Parlamento costarricense, porque todo tendría que pasar por ahí. También algunos mecanismos de la Sala Constitucional que nosotros podemos ir haciendo a nivel interno, como una reglamentación a lo interno de la Sala, que nos permita ser muchísimo más eficientes en la toma de decisiones y en las diferentes etapas preclusivas que tiene el proceso constitucional a lo interno de la Sala.
Colaboró la periodista Silvia Artavia.