El reto de la reforma del empleo público está claro en el panorama del presidente Carlos Alvarado.
En entrevista con el equipo de Política de La Nación, el mandatario esbozó el cambio que propondrá al Congreso.
Su intención es que los funcionarios públicos sean más eficientes. Además, pretende que la reforma abarque a todos los poderes de la República y no solo al Gobierno central, pues los demás actualmente operan con sus propias reglas.
-El presupuesto de todas las instituciones se va en salarios y en pluses salariales, no se han tomado decisiones a futuro, más bien se ha gastado mucho más de lo que la eficiencia del personal permitía gastar… pero, ¿qué tan fuertes van a ser esas decisiones para un personal que no ha sido lo eficiente que debería ser?
-En ese sentido, va la reforma a empleo público, en su eje está la eficiencia. En Costa Rica, debemos poner cada vez más discusión de que las instituciones deben ser sobre fines y no sobre medios, nunca discutimos sobre los fines.
"Como sociedad, discutimos el medio del 8% de la educación, por ejemplo, y pensamos que, tácitamente, el resultado iba a ser una educación más inclusiva. Y lo que sucede es que tenemos el 8% y nunca nos pusimos a pensar para qué ese medio, o cómo tener más educación de más calidad, más inclusiva.
El plan fiscal no es un fin en sí mismo. ¿Cuál es el objetivo de una reforma fiscal? Tener una estabilidad macroeconómica, es finanzas públicas sanas, una reforma más progresiva para que cada quien pague según su capacidad, pero, ¿para qué?, bueno es para tener una plataforma segura de desarrollo, de empuje, de impulso, porque el tema fiscal está comprometiéndonos en otros campos y lo veo día a día.
Yo veo que tenemos problemas en materia de seguridad, tenemos cosas que resolver en materia de pesca, cosas que resolver en otros campos y, muchas veces, en infraestructura pública y en inversión. Pero muchas veces, la discusión termina en el tema fiscal, porque necesitamos invertir más en infraestructura, pero el espacio de endeudamiento ya se nos agotó.
Entonces estamos yendo por la ruta de las alianzas público privadas, pero como tenemos un deterioro de finanzas públicas hemos recortado en capacidades de competencia de lo público, entonces, el personal no está capacitado, no tiene los recursos para poder ser eficientes y sacar adelante ciertas cosas.
Igual en la reforma del empleo público ¿Cuál es su fin? ¿Su fin es recortar? Nosotros podemos recortar si su único fin es recortar. ¿Y qué ganamos? Ganamos un espacio, un margen mayor en lo fiscal. ¿Pero ganamos en eficiencia? Es la discusión que tenemos cada vez que yo voy al campo.
Es una gran dicotomía. Por un lado, con razón, la gente le dice a uno ‘no queremos un Gobierno que gaste más, no queremos más vagabundería’ pero, al mismo tiempo, le dicen a uno ‘queremos el puente, la carretera, el servicio de salud, queremos mejores maestros’, y son dos caras de una misma moneda.
Yo creo que el tema de empleo público tenemos que empujarlo hacia la mejora y la eficiencia de los empleados públicos que se resume en que cada uno de nosotros dé más como ciudadano, como profesional, que sea más productivo que agregue más valor".
-Usted habla de eficiencia en el empleo público. ¿Cuál es la hoja de ruta que va a tener el Gobierno para transformar a los empleados públicos y hacerlos más eficientes?
-Bueno, trasladarles una noción de trabajo por objetivos, por metas y por seguimiento. Así es como yo trabajo, por ejemplo, con los diferentes ministros y presidentes ejecutivos, con un plan de trabajo y teniendo objetivos muy claros para ir consiguiendo una visión estratégica. También hay ministros que ya están trabajando así con su subalternos. Son presupuestos y evaluaciones basados en resultados y en objetivos de desempeño. Hacia eso tenemos que movernos.
-Claro, pero ¿cómo transformar la visión de los empleados, por ejemplo, del Poder Judicial, cuando los poderes del Estado alegan su independencia? Son empleados acostumbrados a ganar más por pluses que por salario, por ejemplo ¿Cómo transformar esa visión de los empleados de un poder de la República?
-Nosotros hemos cambiado elementos administrativamente, por ejemplo, de las dedicaciones exclusivas, de la carrera profesional. Esa será una transformación importante del empleo público. Hay que entender que también la transformación del empleo público se da para los nuevos ingresos, pues en algunos campos hay derechos adquiridos pero eso lograría transformar la forma del empleo público. Y sí, en esta materia, mi aspiración es que el proyecto englobe todo el empleo público desde los tres poderes de la República, el poder electoral (Tribunal Supremo de Elecciones) e incluso las municipalidades, que es todo el aparato público.
“También para que no existan esas disparidades o desigualdades de si yo quiero hacer un plus, diay, el Departamento de Recursos Humanos se lo inventa y lo instituye”.
-Así funciona…
-Sí. En algunas instituciones es así. Para eso tiene que generarse algún tipo de autoridad o algún tipo de normalización para que no ocurran esas desigualdades y es parte del reto que tenemos; pero lo que tenemos que poner como el objetivo de fondo es cuál es el objetivo final, que es que la máquina pública funcione para los ciudadanos.
"No es que ni que sea más chico o más grande, ni que cueste menos o más. Es que tenga el tamaño justo, el costo justo en función del objetivo que se traza, porque como país tenemos anhelos y objetivos de desarrollo que los vemos todos los días. Tenemos anhelos de ser mejores, de tener mejor infraestructura, con energías renovables, con una educación de primer mundo.
“Y es donde entra la discusión de quién paga qué. Entonces, es ahí, también, donde el esfuerzo colectivo se diluye en que cada grupo de presión quiere que ‘ustedes paguemos la reforma".
Fundir instituciones
-Hace un mes, en un foro de la OCDE y del BID en la Asamblea Legislativa, la ministra de Hacienda dijo que, prácticamente, tenía ya identificado qué hacer con 330 entidades adscritas a los ministerios, que era fusionar o cerrar. ¿Usted lo descarta?
-Yo lo que creo es que entraremos en un proceso de hacer que las cosas funcionen mejor.
-Pero ¿qué implica hacer que las cosas funcionen mejor? ¿Cuál es la ruta para eso?
-Hacer algunos cambios, hacer algunas reformas...
-¿Usted descarta cerrar instituciones? ¿Qué significaría eso en materia de reestructuración estatal?
-Bueno, a la larga, la que cierra las instituciones es la Asamblea Legislativa, porque la mayoría están creadas por ley.
-¿El Ejecutivo no va a tomar la iniciativa?
-Podría tomarla; yo no lo descarto. Pero, a ver, ¿cuál es el fin? ¿Hay un fin? ¿Cuál es la finalidad de cerrar instituciones, o de abrirlas, incluso?
"Hay un objetivo social. Eso es lo que debemos poner en el centro. ¿Cuáles son los objetivos que, como sociedad, queremos?
Y el armado institucional tiene que respondernos a esos objetivos. Tenemos que reevaluar cuáles de las instituciones actuales responden a esos objetivos. Yo veo muchas instituciones que responden a los objetivos y a las aspiraciones costarricenses. Uno es la Caja, por ejemplo... responde a un objetivo y a una aspiración costarricense".
-¿Hasta dónde va a presionar el Gobierno las tasas de interés en su necesidad de recursos? ¿Tienen un límite?
-Yo preveo que una vez logrando la reforma (fiscal), más bien generemos un desahogo. Entonces, ya eso va a ayudar mucho a la economía, a la reactivación. Yo preveo que vayamos hacia un escenario donde logramos revertir esa tendencia, pero para eso necesitamos tomar la decisión ya. Preveo un escenario optimista.