Costa Rica será la sede de la reunión preliminar de la Cumbre del Cambio Climático en octubre del 2019, es decir, de la Pre-COP.
Al mismo tiempo, el país ayudará a Chile a organizar la COP25 que se celebrará en el país suramericano a finales de ese mismo año.
Así lo anunció este viernes el gobierno costarricense mediante un comunicado de prensa.
A Costa Rica llegarán los jefes de cada una de las delegaciones de los países partes de la Conferencia, alrededor de 350 personas, para participar en las discusiones políticas previas a la cumbre en Chile.
Según informó el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), Italia y otras naciones expresaron interés en colaborar con Costa Rica en la organización de esta Pre-COP.
El acuerdo entre Costa Rica y Chile, para organizar ambos encuentros, fue aprobado hoy por la Cumbre del Clima de la Conferencia de las Partes del Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 24) que se celebra en Katowice, Slaskie, Polonia.
El presidente Carlos Alvarado afirmó que la organización conjunta permitirá posicionar el plan de descarbonización costarricense y “estrechar lazos con cooperantes para llevar a cabo las metas, además de impulsar acuerdos más ambiciosos en materia de cambio climático y descarbonización de las economías en el mundo”.
Por su parte, el ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez, sostuvo que el acuerdo demostró organización y compromiso a nivel latinoamericano.
“Vamos a trabajar en fortalecer y ayudar a Chile a este trabajo y hemos acordado que vamos a hacer un equipo de trabajo para poder llevar adelante esa presidencia, que la va a tener Chile, pero que Costa Rica apoyará", declaró.
Guatemala, Barbados y Bahamas también se habían postulado para organizar la COP25, ante la decisión de Brasil de renunciar a ser la sede por razones fiscales.
La COP es una asociación de países que se reúnen todos los años para abordar el problema global del cambio climático. Dentro de sus principios, la convención reconoce la existencia de un cambio climático debido a la actividad humana y atribuye a los países industrializados la responsabilidad principal para luchar contra este fenómeno.