El director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda, Melvin Quirós, declaró este jueves que su departamento advirtió al gobierno de Luis Guillermo Solís que había un hueco de ¢800.000 millones en la partida para pagar deuda este 2018, desde febrero de este año.
De esa manera, desmintió al ex vicepresidente y exministro de Hacienda, Helio Fallas, quien afirmó el lunes que no solicitó un presupuesto extraordinario al Congreso, para tapar el faltante, porque no era posible saber cuándo dinero iba a hacer falta antes de junio o julio pasados.
Según explicó Quirós, la advertencia de febrero fue explícita en el sentido de que era necesario solicitar a la Asamblea autorización para elevar el pago de deuda.
En ese momento, él era el subdirector de Crédito Público.
El funcionario sostuvo que él sí brindó la información a sus superiores, al conocer el alto monto que se debió pagar por amortizaciones de deuda pública en enero, lo que permitía ver que la partida para ello se agotaría pronto.
De acuerdo con el informe Evolución Fiscal, realizado por la Contraloría General de la República, a junio de este año, el Gobierno había agotado el 90% del contenido presupuestario para la amortización de deuda.
Quirós precisó que, entre sus superiores, estaba la entonces viceministra de Hacienda y actual tesorera nacional, Marta Cubillo, de quien dijo no haber recibido respuesta.
En la advertencia, la dirección de Crédito Público sugería la necesidad de presentar un presupuesto extraordinario para honrar la deuda de corto plazo que se había adquirido en el último semestre de 2017, principalmente entre noviembre y diciembre.
La inquietud se la trasladó a Helio Fallas el anterior jefe de la dirección, Julio Espinoza, según señaló el exdirector, sin precisar si esa comunicación detallaba el faltante de dinero en específico.
La comunicación fue verbal, tras varias reuniones con la Tesorería Nacional, en las que se discutió la falta de contenido de presupuestario. Así lo confirmó el propio Julio Espinoza, quien también compareció este jueves ante la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público.
"No puedo entender por qué se tardó la decisión de presentar un presupuesto extraordinario", señaló Quirós ante los diputados.
Este lunes, el exministro de Hacienda dijo bajo juramento que él no solicitó el Presupuesto Extraordinario, entre otras razones porque no era posible saber el dato preciso de cuánto pedir a la Asamblea Legislativa. Además, culpó a los mandos medios.
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Sobre esta afirmación, Quirós señaló: "En el supuesto que no lo tuviera (el dato), él como ministro pudo haberlo solicitado y más que solicitarlo, exigirlo, o bien, tomarlo de la página web ya que, como él bien afirma, ‘todas esas cifras que yo estoy dando acá están en la página web del Ministerio’”.
Según Fallas, la administración se jugó el chance de esperar un canje bonos de largo plazo por $1.500 millones. Sin embargo, esa estrategia fracasó desde el 13 de marzo.
Fallas confirmó que no advirtió a las nuevas autoridades sobre esta situación que puso al país en riesgo de no poder pagar a tiempo a los inversionistas.
Los comparecientes coincidieron que la administración anterior pudo y debió presentar un presupuesto extraordinario.
En lugar de aceptar la sugerencia, Helio Fallas y el expresidente de la República, Luis Guillermo Solís, firmaron una modificación presupuestaria por ¢413.000 millones para pagar deuda de corto plazo con dinero previsto para pagar las obligaciones a largo plazo. Al hacer eso, desfinanciaron la segunda partida.
Sin embargo, Quirós afirmó que ese contenido presupuestario tampoco era suficiente para amortizar la deuda que vencía en los primeros meses del año.
“Esto no es un tema muy difícil de explicar, el presupuesto aprobado de amortización de corto plazo para el 2018 era de ¢372.000 millones y solo en el II semestre de 2017 se colocó deuda con vencimiento de 2018 por ¢891.000 millones. Bueno, resten ¢372.000 millones menos ¢891.000 millones y se darán cuenta que ni con la modificación presupuestaria era suficiente para atender los faltantes presentados y todos estos datos eran observados desde el mes de enero de 2018”, explicó el director.
“Es claro que toda deuda que se coloca se debe pagar y si se coloca en el corto plazo, en un corto plazo se debe honrar, por lo que resulta difícil de imaginar que se creyera que esas colocaciones de fin de año no tendrían un impacto en el pago y en el presupuesto desde inicios de año. Eso sería el símil de usar la tarjeta de crédito y olvidar que, al mes siguiente, viene la fecha de corte y de pago”, detalló.
¿Qué fue lo que ocurrió este año?
Según reveló La Nación, el Ministerio de Hacienda subestimó, el año pasado, el presupuesto para cubrir la amortización de deuda de corto y largo plazo en 2018. Lo hizo confiado en que sortearía el pago de ¢300.000 millones mediante canjes de deuda que no se concretaron.
El canje consiste en cambiar a inversionistas títulos a punto de vencer por unos nuevos de largo plazo, con lo que se posterga la devolución inmediata del capital. Sin embargo, el gobierno anterior fracasó en ese objetivo.
Quirós aseguró a los diputados que también advirtió sobre esta subestimación, lo que le costó que lo apartaran del equipo que elaboraba el presupuesto 2018.
“No es usual que en el presupuesto de servicio de la deuda que se consideren reducciones productos de los canjes de deuda, particularmente en apego al cumplimiento del principio de universalidad e integralidad del presupuesto. De esta forma, el dato cierto e íntegro al momento de la elaboración del presupuesto de amortización es el importe a pagar al vencimiento, sin deducciones de ninguna naturaleza”, señaló el director de Crédito Público.
“Este elemento y los supuestos de la elaboración del presupuesto del servicio de deuda fue lo que hizo que me retiraran de la participación técnica en la elaboración del presupuesto 2018 en agosto de 2017”, agregó.
Además, en los últimos meses del año pasado y también bajo la dirección de Helio Fallas, Hacienda colocó ¢927.000 millones en bonos de corto plazo, más del doble de lo que el Congreso había autorizado para pagar este año: ¢448.000 millones.
Y, en vez de informar al Congreso de la necesidad de incrementar la partida, en marzo de este año firmó un decreto para mover ¢413.000 millones de la partida para pagar títulos de largo plazo a la de corto plazo, dejándole un enorme hueco al gobierno actual en la primera.
En consecuencia, la actual ministra, Rocío Aguilar, debió pagar a los inversionistas ¢182.000 millones sin autorización del Congreso.
Ella, solicitó un primer presupuesto extraordinario de ¢600.000 millones para tapar el faltante.